Lo peor que le puede pasar a una nación es que sus hijos pierdan toda la fe en su porvenir económico, quemen las naves y se marchen a otras tierras con la firme convicción de no volver. Esos migrantes que buscan mejorar sus condiciones de vida son una herida que desangra nuestras posibilidades de ser mejores, como país o como individuos, y cada vez condiciona nuestro futuro a los dictados del azar.
Esos
migrantes, en su mayoría, son carne de cañón destinados a los peores oficios
del mundo, los peores remunerados, a sufrir la xenofobia habitual y a vivir
permanente en un camino de amargura, entre sentidas bachatas y botellas de
cerveza.
Ese es la
terrible realidad que describe Morena(s), emotivo documental escrito
y dirigido por Victoria Apolinario e Iván de Lara. Morela Mateo Medina, es la
“Morena” del título y regentea el bar restaurant Sabor Caribeño en el
barrio Constitución, en Buenos Aires (Argentina). Su drama es que necesita dinero
para salvar su negocio y debe recurrir a su exnuero, quien plantea unas
condiciones inaceptables.
En
realidad, el principal problema de Morena es el desarraigo que le corroe el
pecho y le intranquiliza el alma. Como muchas otras, Morena ha emigrado para
tratar de echar pa’lante y superarse
y brindarles una mejor vida a sus hijos, comenzando por la necesaria
reunificación: el menor de ellos todavía vive en Dominicana.
A veces,
una bachata de Anthony Santos funciona como bálsamo a sus penas. Pero ese dolor
del emigrante sigue ahí, intacto, presto a intensificarse en los peores
momentos. Morena se aferra a sus raíces caribeñas y baila con tristeza
contenida. Ríe, pero el dolor sigue ahí. Pero una bachata y una botella de
cerveza es lo que necesita su identidad en construcción para no rendirse, para
no tirar la toalla ante tanto espanto.
Uno de los
aspectos más sobresalientes de Morena(s) es que Apolinario y De
Lara han logrado la maravilla de hacerse invisibles para sus protagonistas,
quienes nos abren sus corazones de par en par, nos hacen testigos privilegiados
de sus testimonios (contando hasta lo que no se debe), de sus penas y sus
alegrías, de sus pequeños momentos de colores, en un entorno donde no florece
la esperanza de un futuro mejor.
Morena(s) navega las aguas del documental
puro y duro (con notoria influencia del Neorrealismo Italiano), ese que no
manipula emociones, ni repite testimonios con mejor iluminación. Sus
realizadores se entregan por entero a la aventura de rodar y hasta sortean uno
que otro “despojo” de su zona de interés, la locación donde se hacen añicos los
sueños.
Morena(s) es un brillante ejercicio de las
posibilidades narrativas de nuestros documentales. Y hace tiempo que títulos
como Ramona,
Diáspora
y No me conoces (por solo mencionar tres) lo han dejado bien claro: el cielo
es el límite, si los enemigos de la Ley de Cine lo permiten.
Morena(s)
(2022). Dirección y guion: Victoria Apolinario e Iván de Lara; Fotografía: Iván
de Lara; Edición: Nathalia LaFuente; Elenco: Morela Mateo Medina, Leomarys
Medina, Sabrina Fernández.
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