Lucas finalmente estrenaba Guerra de las galaxias en poco más de 40 salas, cedidas a regañadientes por sus dueños quienes pensaban que los filmes de ciencia ficción eran cosa del pasado.
Pero ya conocen al caprichoso destino: Star Wars debutó con una recaudación de $1.5 millones y se convirtió en un fenómeno social en todo el mundo. Para noviembre de ese año, había destronado a Tiburón (de Spielberg) como la película más taquillera en la historia del cine.
Ellos entonces no lo sabían, pero habrían de convertirse en los arquitectos de eso que ahora llamamos “verano cinematográfico”. En esas vacaciones, Lucas le comentó a Spielberg sobre una idea que tenía para una película: un arqueólogo que enfrenta tremendos peligros para salvar al mundo, algo así como un héroe de carne y hueso, típico del cine de aventuras.
Así nació Indiana Jones. Ellos entonces no lo sabían, pero estaban pariendo el mayor mito cinematográfico de los 80.
Los cazadores del Arca perdida (1981) consiguió $384 de dólares en las taquillas. Le siguió Indiana Jones y el templo de la maldición (1984) con $333 millones de los verdes. La trilogía se completó en 1989 con Indiana Jones y la última cruzada que reportó $494 millones en la taquilla de USA.
19 años después, los compadres decidieron desempolvar el látigo y el sombrero de Indiana y sometieron a Harrison Ford (66 años) a los avatares propios del héroe. Todo con la finalidad de que la screen generation conozca un héroe como los de antes. Y pague por verlo.
Para ello, también desempolvaron a Karen Allen, heroína del primer filme (Jones, como su predecesor James Bond, estrena una distinta en cada aventura), han acudido al guionista David Koepp y al fotógrafo Janusz Kaminski, todos reincidentes en eso de trabajar para Spielberg.
Lo de irse a Hawai a esperar los resultados de las taquillas se ha convertido en una costumbre de Lucas y Spielberg cada vez que estrenan un filme.
Imagino que ya saben que Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal con sus $150 millones, se ha convertido en el segundo mejor debut en el fin de semana del Memorial Day.
¿Tendremos más Indiana Jones? Recuerden que las trilogías son la especialidad de George Lucas.
Ellos entonces no lo sabían, pero habrían de convertirse en los arquitectos de eso que ahora llamamos “verano cinematográfico”. En esas vacaciones, Lucas le comentó a Spielberg sobre una idea que tenía para una película: un arqueólogo que enfrenta tremendos peligros para salvar al mundo, algo así como un héroe de carne y hueso, típico del cine de aventuras.
Así nació Indiana Jones. Ellos entonces no lo sabían, pero estaban pariendo el mayor mito cinematográfico de los 80.
Los cazadores del Arca perdida (1981) consiguió $384 de dólares en las taquillas. Le siguió Indiana Jones y el templo de la maldición (1984) con $333 millones de los verdes. La trilogía se completó en 1989 con Indiana Jones y la última cruzada que reportó $494 millones en la taquilla de USA.
19 años después, los compadres decidieron desempolvar el látigo y el sombrero de Indiana y sometieron a Harrison Ford (66 años) a los avatares propios del héroe. Todo con la finalidad de que la screen generation conozca un héroe como los de antes. Y pague por verlo.
Para ello, también desempolvaron a Karen Allen, heroína del primer filme (Jones, como su predecesor James Bond, estrena una distinta en cada aventura), han acudido al guionista David Koepp y al fotógrafo Janusz Kaminski, todos reincidentes en eso de trabajar para Spielberg.
Lo de irse a Hawai a esperar los resultados de las taquillas se ha convertido en una costumbre de Lucas y Spielberg cada vez que estrenan un filme.
Imagino que ya saben que Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal con sus $150 millones, se ha convertido en el segundo mejor debut en el fin de semana del Memorial Day.
¿Tendremos más Indiana Jones? Recuerden que las trilogías son la especialidad de George Lucas.