La vida
de las celebridades siempre ha sido material de primer orden para el cine.
Dentro del grupo, las estrellas de rock siempre han llevado la delantera: son
muy ruidosos, son perseguidos constantemente, tienen muchos pendientes en sus difíciles
vidas, tienen muchas heridas sin cicatrizar, consumen mucho alcohol y tienen
más sexo del que recomiendan los entendidos.
En ese
sentido, varios filmes han hablado de las grandes estrellas del rock, desde The
Doors (1991, Oliver Stone), esa sicodélica visión de la banda que
lideraba Jim Morrison, hasta Bohemian Rhapsody (2018, Bryan
Singer), que le valió el Oscar a Rami Malek por su caracterización de Freddie
Mercury, pasando por filmes tan curiosos como Control (2007, Anton
Corbijn).
Ahora
nos llega Rocketman, dirigida por el inglés Dexter Fletcher quien,
curiosamente, fue el encargado de concluir Bohemian Rhapsody cuando cancelaron
al director Bryan Singer.
Rocketman
es un musical de fantasía sobre los traumas acumulados desde su infancia por
Elton John, uno de los grandes del pop rock de las últimas décadas. Como el
filme se permite recrear con toda la imaginación posible algunas (solo algunas)
de las canciones más emblemáticas de la exitosa dupla de Elton John y Bernie Taupin
(compositor de las letras), eso lo aleja notablemente de la claustrofobia que
se siente en algunos momentos del filme sobre QUEEN, que era la simplona
recreación de las grabaciones en los estudios o los videos realizados para las
canciones.
Al igual
que Bohemian…
Rocketman
está concebida como un solo vehicle,
es decir, un vehículo para el lucimiento de su actor, un Taron Egerton
(conocido por la saga Kingsman) que demuestra que tiene
talento de sobra (vocaliza todas las canciones del filme) y que comienza a
cosechar elogios dondequiera que el filme se presenta. No me extrañaría que
también consiga algunas nominaciones dentro de unos meses, en la próxima
Temporada de Premios.
Egerton mantiene
esa delgada línea de equilibrio para un personaje tan extravagante como John
que puede, a partes iguales, generar rechazo automático o admiración
incondicional. Pero nadie se queda indiferente a sus canciones (y al vestuario
con que las interpreta), partes fundamentales de la banda sonora de nuestras
vidas.
Al
principio teníamos nuestras sospechas con relación a la honestidad con que
sería abordada la vida del cantante por una razón muy simple: Elton John es uno
de los productores ejecutivos del filme. Todas las dudas quedaron disipadas
desde los primeros minutos y se percibe que el guionista Lee Hall (responsable
de los guiones de Billy Elliot (2000) y Victoria & Abdul (2017)) tuvo
total libertad a la hora de hablar de los aspectos más sórdidos de la vida del
cantante, sobretodo su promiscuidad y su adicción a las drogas.
El
problema con Rocketman es que nos deja esperando por más. Algo así como
cuando escuchamos un sencillo porque no podemos comprar el álbum completo, sea
porque todavía no está disponible, sea porque no nos alcanza la mesada de
adolescente.
Para los
fans de Elton John, una cita obligada. Aunque se les parta el corazón al
conocer más de lo que les gustaría, sobre la vida de quien pregona una de las
pocas verdades absolutas de nuestro tiempo: “Sorry Seems To Be The Hardest Word”.
Rocketman
(2019). Dirección: Dexter Fletcher; Guion: Lee Hall; Fotografía: George
Richmond; Edición: Chris Dickens; Música: Matthew Margeson; Elenco: Taron
Egerton, Jamie Bell, Bryce Dallas Howard.