El Festival de Cannes sigue siendo la cita cinematográfica de mayor prestigio del mundo. En su 75 aniversario nueva vez ha convocado a los grandes nombres del cine del planeta. Se puede estar o no de acuerdo con la selección, pero nadie puede negar la indudable trayectoria de los nombres que la componen.
Para que se
tenga una idea, 2,200 películas aspiraban a competir por la Palma de Oro y solo
20 han entrado en la Sección Oficial. Un tremendo trabajo que le espera al
Jurado que preside el actor Vincent Lindon.
Ahora bien:
entre los seleccionados hay 4 que ya han ganado la Palma de Oro, a saber: Hirokazu
Kore-eda, Cristian Mungiu, Ruben Östlund y los hermanos Jean-Pierre
y Luc Dardenne.
El
japonés Kore-eda se llevó su Palma de Oro en 2018 por Un asunto de familia, una
maravillosa película que lo confirmó como uno de los grandes directores del
cine contemporáneo y validó su Gran Premio del Jurado por De tal padre, tal hijo
(2013). En esta ocasión se presenta con su nuevo título Broker, filme rodado en
Corea del Sur que narra la historia de un grupo que asiste a un Baby Box, encuentro
con cajas configuradas para que aquellos ya no pueden mantener a sus bebés los
entreguen de forma anónima.
Los hermanos
Dardenne, son unos belgas que han ganado en dos ocasiones: en 1999 con Rosetta y
en 2005 con L'enfant, dos filmes absolutamente impactantes que no dejan al
espectador indiferente. Este año compiten con Tori y Lokita, en la
que un joven y una adolescente llegados de África confrontan su amistad
invencible con las crueles condiciones que su exilio les impone.
En 2017, el
sueco Östlund se llevó el máximo galardón con The Square, filme que
pone a prueba nuestra capacidad de concentración. Su apuesta para este año es
Triangle of Sadness, la historia de dos modelos que naufragan junto a un grupo
de millonarios y una sirvienta. Cuando llegan a una isla desierta, la sirvienta
es la única que sabe pescar.
El rumano
Mungiu en 2007 encabezó el palmarés con 4 meses, 3 semanas, 2 días, un filme
muy perturbador sobre un aborto y este año intenta revalidar su status con RMN,
sobre los efectos de las políticas europeas en Transilvania.
¿Ser
ganadores previos les da alguna ventaja? Indudablemente.
Pero no
podemos olvidarnos de quienes pueden dar la “sorpresa”:
El
canadiense David Cronenberg fue Premio Especial del Jurado en 1996 con Crash
y regresa con Crimes of the Future, filme con el que el director pone a
prueba tu estómago como nunca y con la que lanza el desafío de “aguantar 5
minutos”. ¿Autopromoción?
El
polaco Jerzy Skolimowski regresa con EO, una reinvención contemporánea de Al
azar de Baltasar (1966), genialidad del Maestro Robert Bresson. Skolimowski
ganó el Gran Premio del Jurado con El grito (1978). Luego se mudó a Los Ángeles
y por 20 años se dedicó a la pintura abstracta. La posibilidad de premiar a
este maestro de 84 años y, de paso, honrar a Bresson, el más incomprendido está
latente.
Finalmente, la invasión a Ucrania ha impedido que los cineastas rusos participen en Cannes, excepto aquellos que abiertamente son críticos del gobierno de Putin. Es el caso de Kirill Serebrennikov, a quien se le negó el permiso para viajar a Cannes en 2020: está condenado a 3 años de prisión con libertad condicional por “fraude y desvío de fondos públicos”. Medio exiliado en Alemania, presenta Tchaikovsky's Wife y el escenario está servido para la polémica o para darle una bofetada mediática al gobierno ruso
No hay comentarios.:
Publicar un comentario