El peso del talento, de Tom Gormican, hace es un claro
ejemplo de metacine, partiendo de la figura de su actor principal, Nicolas
Cage, quien hace de sí mismo y, de paso, recrea varios de los personajes que ha
hecho a lo largo de su carrera. El título en inglés del filme, El
insoportable peso del talento total, funciona como el mejor elogio para
Cage, uno de los mejores actores de su generación y ganador del Oscar por Leaving Las Vegas.
Se dice que
el metacine, como recurso, es tan antiguo como el Séptimo Arte. Es una
discusión más propia de lingüistas, así que prefiero enumerar algunos títulos
clásicos para clarificar las diversas formas en que podemos disfrutarlo. El metacine
estaba presente en el El crepúsculo de los dioses (1950),
del inmenso Billy Wilder, en Ocho y medio (1963, una de las 10
mejores películas del Cine) de Fellini, en Memorias del subdesarrollo (1968) de
Gutiérrez-Alea, en La noche americana (1973) de
Truffaut y Annie Hall (1977), de Woody Allen. También en filmes más recientes como: Una película de parejas
(2021) filme dominicano de los talentosos Natalia Cabral y Oriol Estrada, La
rosa púrpura del Cairo (1985) de Allen, Being John Malkovich
(1999) de Spike Jonze con guion de Charlie Kaufman. Y en otro brillante guion
de Kaufman, Adaptation (2002), también dirigida por Jonze y protagonizada
por Nicolas Cage, en su doble papel de Charlie y Donald Kaufman. El primero es
el propio guionista, un tipo que paga impuestos (digamos que es el angelito),
el segundo es su alter ego que, como cualquier artista, sufre de muchas
inseguridades (digamos que es el diablito).
Precisamente
esa es la estructura de presentación que ha asumido Tom Gormican y su
coguionista, Kevin Etten. En El peso del talento, Nicolas Cage se
parodia a sí mismo, como un actor desesperado por encontrar trabajo que se ve
forzado a ser parte del cumpleaños de un millonario español que le idolatra por
su exitosa carrera.
Como parte
de esa carrera, hay que recordar que Cage primero se estableció como actor de
carácter en filmes como: Rumble Fish (1983), Birdy
(1984), Peggy Sue (1986), Moonstruck (1987) y Wild
at Heart (1990), la formidable película de David Lynch ganadora de la
Palma de Oro. Luego que Cage ganó el Oscar, Hollywood lo vio como la respuesta
a sus plegarias y nació un nuevo héroe de acción para: The Rock (1996), Face/Off
(1997), Con Air (1997), Gone in Sixty Seconds (2000) y National Treasure (2004), todos citados a lo largo de El peso del talento.
Para
vincular al actor Cage con la celebridad Cage, ambos protagonistas a partes
iguales, Gormican se vale de divertidos gags que le permiten recrear algunos
diálogos de esos blockbusters y de un
elenco español que encabezan Pedro Pascal y Paco León, que suman sus talentos
humorísticos y su formidable química, para lograr una de las comedias más
inteligentemente divertidas de los últimos años.
Un humor
que se hace presente hasta en los créditos finales: Nicolas Cage es “Nick Cage”,
mientras Nicolas Kim Coppola (su nombre real) es “Nicky”.
Diré algo
obvio: mientras más cinéfilo el espectador, más posibilidades tiene de
disfrutar un filme de múltiples referencias a otras películas, no solo las
protagonizadas por Cage, como son: El gabinete del doctor Caligari
(1920), joya del expresionismo alemán, y Paddington 2, uno de los mejores
filmes del siglo XXI.
El peso del
talento (2022). Dirección: Tom Gormican; Guion: Tom Gormican y Kevin Etten;
Fotografía: Nigel Bluck; Edición: Melissa Bretherton; Música: Mark Isham;
Elenco: Nicolas Cage, Pedro Pascal, Paco León, Sharon Horgan.
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