El actor
murió “serenamente, de vejez, esta mañana en su casa, rodeado de sus seres
queridos”, precisó Hoepfner.
Desde hacía varios años sufría de cáncer. Tímido y discreto,
forjó sin embargo una larga carrera con más de 160 papeles, entre cine y
teatro.
Su
entrada en la historia del cine fue sonada, con Un hombre y una mujer, de Claude
Lelouch,
Apenas tres
años después logró el premio a la mejor interpretación masculina con Z,
de Costa Gavras, una requisitoria contra la dictadura de los coroneles griega
que resonaría rápidamente en América Latina.
En activo
desde 1956, Jean-Louis Trintignant trabajó en más de 110 películas junto con
nombres tan ilustres como Brigitte Bardot, Jeanne Moreau, Dino Risi,
Costa-Gavras, Éric Rohmer...
Nacido
el 11 de diciembre de 1930 en Piolenc, en el sur de Francia,
cerca de donde murió, Trintignant comenzó haciendo teatro, pero alcanzó mayor
fama en el cine, particularmente al protagonizar con
Brigitte Bardot Y Dios creó a la mujer, en 1956. Ambos vivieron una
historia de amor fuera de la pantalla que sorprendió a muchos.
Trintignant describió que recurrió a la actuación para
superar su timidez. Un actor “es ser una página en blanco, partir de la nada,
del silencio. A partir de ahí, no necesitas hacer mucho ruido para que te
escuchen”, dijo al periódico Le Monde.
Protagonizó
películas italianas y varias del gran director francés Claude Lelouch, la más
famosa Un hombre y una mujer, de 1966, que ganó la Palma de Oro en
Cannes y el Oscar a la mejor película extranjera. Trintignant interpretó a un
piloto de carreras, una pasión suya de la vida real, en un complicado romance
con Anouk Aimée.
Dejó de actuar durante casi una década tras la muerte de su
hija Marie, también actriz, en 2003. Su novio, el cantante francés Bertrand Cantat, la mató a golpes durante
una pelea en un cuarto de hotel en Lituania, donde ella estaba rodando una
película. Trintignant no recuperó las fuerzas para filmar hasta el 2012, año en
el que Michael Haneke le dirigió en la desasosegante Amour. Por casualidad de
la vida su último rodaje fue Happy End, también de Haneke, aunque
recibió más propuestas.
Hace cinco
años, Jean-Louis Trintignant anunciaba que dejaba la actuación, que ya no podía
aguantar físicamente las luchas de un rodaje y que sentía la sombra de la muerte
demasiado cerca como para dar vida a un nuevo personaje: “El cine acabó para
mí... Tuve miedo de no dar la talla físicamente. Ya no logro desplazarme solo, siempre necesito
a alguien a mi lado”, dijo en su momento.
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