sábado, septiembre 18, 2021

Mario Camus (1935-2021).


El director de cine Mario Camus, autor de una treintena de películas entre las que se encuentran La Colmena, con la que ganó el Oso de Oro del Festival de Berlín en 1983, y Los Santos Inocentes, ha fallecido a los 86 en Santander, han informado sus familiares.

Mario Camus, director y guionista de cine con seis décadas de trabajo y Goya de Honor en 2011, adaptó también a grandes de la literatura española al cine o a la televisión como Ignacio Aldecoa o Benito Pérez Galdós, además de haber sido director de series como Curro Jiménez.

Camus formó parte de la generación del “nuevo cine español”, junto a Carlos Saura, Basilio Martín Patino, Miguel Picazo o José Luis Borau. Para TVE escribió series como Conozca Ud. España, Si las piedras hablaran o Los camioneros.

Aparte del Goya de Honor (2011), recibió el Oso de Oro de Berlín, el Premio Nacional de Cinematografía 1985 y el Goya al mejor Guion Original entregado en 1994 por Sombra en una batalla.

A pesar de ser uno de sus autores de cabecera en los manuales de Historia del cine español, especialmente tras aquellas tres primeras películas, Los farsantes (1963), Young Sánchez (1963), y Con el viento solano (1965), que delimitaban el nuevo paisaje provinciano y un nuevo tono desencantado afín a otros títulos del movimiento, el santanderino Mario Camus siempre ha trascendido la adscripción al Nuevo Cine Español de Fraga, García Escudero y la EOC por esa vía, también común a otros cineastas como Borau o Aranda, que lo acercaba al cine industrial no sólo como modo de supervivencia, sino como aspiración legítima y meramente profesional para quien tal vez haya sido el mejor artesano de los cineastas de aquel grupo inventado por las instituciones para airear, limpiar y rejuvenecer la imagen de nuestro cine en el exterior.

En efecto, Camus transitó entre el universo autorial y lo comercial sin variar demasiado sus enfoques, casi siempre al servicio de guiones ajenos o de prestigio literario (Sueiro, Aldecoa, Delibes, Cela, Lorca, Mendoza), y con una voluntad de estilo parco o invisible que, partiendo de ciertos presupuestos realistas, fue decantándose siempre hacia la austeridad y la eficacia narrativa como principales argumentos para una larga y continuada carrera de cinco décadas que pasa de los musicales y dramas a la medida para Raphael (Digan lo que digan) o Sara Montiel (Esa mujer) en los años 60 o la televisión popular de los 70 (Los camioneros, Curro Jiménez), a esas últimas y singulares películas de los 90 y primeros del siglo XXI (Después del sueñoSombras en una batalla, El color de las nubes, La playa de los galgos, El prado de las estrellas, su último filme, estrenado en 2007) en las que se deja sentir la mano sólida y experimentada de un director de primer nivel y fuera de toda moda que trabaja ya a escala íntima y de cámara con sus propios materiales e inquietudes.

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