La cineasta Lourdes Portillo, responsable de documentales como La ofrenda (1989), El diablo nunca duerme (1994) o Señorita extraviada (2001) ha fallecido a los 80 años en su casa de San Francisco. La realizadora mexicana estuvo nominada al Oscar en 1985 por Las Madres de la Plaza de Mayo, documental que codirigió junto a la argentina Susana Blaustein Muñoz.
Nacida en Chihuahua (México) en 1944, se desempeñó, a lo
largo de su trayectoria, como artista visual, periodista de investigación
y activista social. Destacó, en gran medida, por escribir, dirigir y
producir películas y piezas audiovisuales centradas en la
identidad y la justicia social en Estados Unidos y América Latina.
Las problemáticas sociales, emociones y circunstancias de
las experiencias latinoamericanas, mexicanas y chicanas, que abordaba mezclando
muy distintos modos de narración, fueron algunos de los temas que trató con
mayor exigencia.
Uno de sus proyectos clave fue Las Madres de la Plaza de Mayo,
documental que pone el foco en las madres de los miles de ciudadanos que
desaparecieron durante la dictadura militar argentina entre 1976 y 1983. La
cámara sigue sus perseverantes protestas semanales en la Plaza de Mayo de
Buenos Aires, instando al Gobierno a revelar información sobre sus hijos
desaparecidos.
Portillo
también investigó en el documental Señorita extraviada el secuestro, violación y asesinato
de más de 350 mujeres jóvenes en Ciudad Juárez (México) reflejando, a través de
testimionios de las familias de las víctimas, la desidia o incluso mala fe de
las autoridades locales a la hora de resolver o incluso evitar los asesiniatos.
Con este documental ganó el premio Ariel, el premio en el Festival de
Málaga y el premio también al mejor documental en Sundance.
En su filmografía también destacan otras piezas
como La ofrenda, donde
escarbaba en el origen y significado actual de la tradicional festividad del
Día de los muertos; y El diablo
nunca duerme, donde la cineasta entrevista a la familia
mexicano-americana y al entorno de de su tío, Oscar Ruiz Almeida,
después de su repentina y extraña muerte que fue calificada de forma oficial
como un suicidio.
Aunque la mayor parte de su obra fueron documentales,
también creó diversas videoinstalaciones. El museo de la Academia de Hollywood
exhibe actualmente una galería dedicada a Portillo, que pondera su vida y su
carrera, como parte de su ciclo Limited Series and Spotlights.
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