La actriz, cantante y presentadora de televisión española Carmen Sevilla, una de las artistas más populares y queridas de España y también muy conocida en América Latina, murió en Madrid a los 92 años, según informó su hijo, Augusto Algueró.
Nacida el 16 de octubre de 1930 en Sevilla, padecía alzhéimer desde 2009 y
debido a su muy deteriorada salud fue ingresada en una residencia de Aravaca
(Madrid) en marzo de 2015.
La actriz comenzó su trayectoria profesional a los 14 años como bailarina y a
los 17 inició su carrera cinematográfica, que la llevó a participar en grandes
producciones internacionales rodadas en España, como Marco Antonio y Cleopatra,
junto al actor estadounidense Charlton Heston.
Pocos
jóvenes que hoy se asomen a la personalidad de Carmen Sevilla sabrán que en los
años 50, 60 y 70 no solo desataba pasiones por su gran belleza, sino que su
carrera cinematográfica, con más de setenta películas, incluye los éxitos más
sonados del cine español de la posguerra y el destape, o que protagonizó la
primera cinta española seleccionada para el Oscar.
Estas son algunas de las más destacadas:
La venganza, la cinta de Juan Antonio Bardem en la que Carmen Sevilla daba vida a
la hermana vengativa de un exconvicto en la España rural, fue la primera
película española en ser candidata al Premio Óscar a la Mejor Película de habla
no inglesa.
Sevilla, que compartía cartel con Raf Vallone y Jorge Mistral, estaba
espectacular en esta nueva versión de la folklórica, soberbia en su papel
dramático.
Con
apenas 20 años, la imagen de la artista sevillana ya ocupaba en solitario los
carteles de sus películas, famosos musicales como La revoltosa o Los
cuentos de la Alhambra, y muy pronto, como pareja de los actores más
prestigiosos de la época – que, casi siempre, podían ser sus padres-, como el
tenor Luis Mariano, con quién rodó El sueño de Andalucía (1951), Violetas
imperiales (1952) y La bella de Cádiz (1953).
Luis Lucia la captó para protagonizar La hermana San Sulpicio junto al guapísimo
Jorge Mistral, otro “pelotazo” de taquilla en un momento en el que el folclore,
los toros, el fervor religioso y la lágrima fácil arrasaba entre el público de
posguerra. De esa época son también La pícara molinera (1954) o La
fierecilla domada (1955).
Carmen
Sevilla era la versión española de las divas de Hollywood. Su tipo al gusto de
la época con cinturita de avispa, su dulce voz para las coplas, con su chispa
sevillana, y una belleza que no lograron apagar ni el alzheimer ni los más de
noventa años vividos, la convirtieron pronto en ‘la novia de España’.
Y de Latinoamérica. Carmen Sevilla, que hizo las ‘áméricas’ muchas veces junto
a sus amigas Paquita Rico (otra belleza) y Lola Flores (una fuerza de la
naturaleza), inolvidables las tres, divertidísimas, en El balcón de la luna
(1962), tocadas con pelucas imposibles y falsos lunares en sus mejillas, con
las que actuaban en el local de variedades.
También hizo ‘remakes’. Sevilla hizo una versión francesa de El
sueño de Andalucía (“Andalousie”), también con Luis Mariano, que
dirigió Robert Vernay, y poco después Muchachas de Bagdag (“Babes in
Bagdad”, Edgar G.Ulmer).
También participó en grandes producciones internacionales rodadas en España
como Rey
de Reyes (1961) de Nicholas Ray; Aventura para dos (1958), de Donald
Siegel, o Marco Antonio y Cleopatra (1972), junto a Charlton Heston.
La
pudorosa Carmen Sevilla se sumó al cine del destape pero nunca en desnudo
integral; aunque había hecho cintas eróticas que alimentaban la imaginación, su
primer “destape” fue El techo de cristal (1971), con Eloy
de la Iglesia, donde por primera vez mostró un escultural cuerpo de largas
piernas y un pecho del que ella misma se sentía orgullosa.
Después vendrían El apartamento de la tentación, No es bueno que el hombre esté
solo (donde hacía de prostituta, 1973) o la más erótica de todas La
loba y la paloma (1974). Para los curiosos, Carmen se acababa de
separar de su marido Augusto Algueró, que le había sido infiel, y quiso
“vengarse” con estos papeles ligeros de ropa.
Sex
o no sex (1974), Dormir y ligar todo es empezar
(1974), Una mujer de cabaret (1974), Terapia al desnudo
(1975), Striptease a la inglesa (1075), La promesa (1976) y Nosotros
los decentes (1978) de Mariano Ozores, y tras rodar Rostros
se retiró del mundo cinematográfico.
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