Probablemente
hay que remontarse a miles de años atrás, cuando en una cueva, un grupo se
juntaba alrededor de una fogata para escuchar al más visionario, al narrador de
cuentos que captaba toda nuestra atención y usaba su propia imaginación para
proyectar historias en nuestras mentes.
Ese mismo
principio físico: una sala oscura y una pantalla luminosa, han servido para
establecer al Cine como un arte esencial para nuestras vidas.
Como cuando éramos niños, debe existir un “Erase una vez…” que abra las
puertas de la imaginación y nos arrastre hasta el centro mismo de las
emociones. Porque de eso se trata: de sentir las mismas emociones que nuestros
protagonistas, de enfrentar al miedo y los dragones, de celebrar el triunfo de
los buenos como si fuera lo más importante en el mundo. Y lo es.
Por
supuesto, vamos a que nos cuenten una historia. El Maestro Godard lo sintetiza
de manera perfecta: “Todo lo que se necesita en
una película es un arma y una mujer”. Maestro, las hemos tenido de todos los calibres
y de todos los tamaños, repetidas, como la verdad de las mentiras, a 24 por
segundo.
Parafraseo al Maestro Fellini: “Una buena película, como el buen vino, dura un instante y te deja en
la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y nace y renace en cada
saboreador”. Me disculpan un momento, voy a servirme un trago.
Siempre
recuerdo al Maestro Bresson: “Mi filme nace primero en mi cabeza, muere en el
papel, lo resucitan las personas vivas y los objetos reales que utilizo, que
mueren en el celuloide pero que, proyectados sobre una pantalla, se reaniman
como flores en el agua”. Ese acto de pasearnos por un jardín y recoger las
flores que reanimen nuestras ilusiones, debe ser una iniciativa que todos
asuman como necesaria. Cinéfilos del mundo: una nueva forma de sentir.
El Cine nos habla en el lenguaje de los sueños, tan perfectos, tan
necesarios. Ese lenguaje funciona como el mejor resorte para nuestras íntimas
emociones. Los sueños y sus misterios. Y aquello que adoraba Buñuel: “El misterio es el elemento clave en
toda obra de arte”.
Hay que volver a los cines, a soñar juntos, porque de eso se trata esta
maravillosa experiencia colectiva: visualizar promisorios futuros y salidas
emergentes. Aunque no todos vamos a guardar las mismas impresiones del sueño,
curiosa característica del cine que lo diferencia notablemente de, por ejemplo,
un concierto de rock.
Vemos la misma película, al mismo tiempo, pero nos parece dos cosas
completamente distintas. Ha de ser que cada quien habla desde su propia
condición humana y su conciencia emancipada. Puede ser que la película nos
guste a todos, pero también puede ser que guste y desagrade a partes iguales, a
veces por las mismas razones. ¡Que Arte maravilloso es el Cine!
Hay que volver a soñar juntos, a la soledad colectiva de la sala oscura
y el desafío de creer que un mejor futuro es posible.
Un milagro que solo puede lograr el Cine y su extraordinaria capacidad
de hacernos soñar más allá de nuestros propios límites.
2 comentarios:
Leer cada una de sus reseñas y opiniones es un honor! La manera de envolverlos y atraparnos nos hace estar en su mundo y ver el cine de una perspectiva diferente, más crítico, más exigente, más minucioso.. se escudriña más!Que nunca nos falte ese fascinante mundo del cine!
Que bello este es escrito! Volvamos al cine
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