En 1999, el
dramaturgo británico Sam Mendes tomó el mundo del cine por asalto con su ópera
prima, American Beauty, filme que consiguió 8 nominaciones al Oscar,
llevándose 5 estatuillas, entre ellas la de mejor película y mejor director, uno
de los 6 únicos directores que lo han conseguido con su ópera prima.
Muchos años
antes, el cabo Alfred H. Mendes deleitaba a su nieto Sam con historias de
héroes desconocidos de la Primera Guerra Mundial. De alguna manera, esos
relatos se quedaron como un pendiente para contarlos cuando llegara el momento.
Mendes,
ahora convertido en uno de los más exitosos directores de nuestros días, con
filmes de calidad y también éxitos taquilleros como Skyfall (2012) y Spectre
(2015), ambas de la franquicia de James Bond, puede acometer proyectos como 1917,
una película que nos mete de lleno en el mundo de la I Guerra Mundial como
nunca la habíamos visto.
Para la
puesta en escena, Mendes ha contado con un colaborador de lujo: Roger Deakins.
Roger Deakins: ver para creer.
Después de
13 nominaciones al Oscar, hace dos años consiguió su premio por Blade
Runner 2049, de Denis Villeneuve. Había sido nominado por filmes como: Fargo,
No
Country For Old Men y True Grit (de los hermanos Coen), Kundun
(de Martin Scorsese), Sicario (de Villeneuve) y The
Reader y Skyfall (de Mendes).
Con leer
estos títulos, de inmediato sabemos que estamos ante uno de los mejores del
negocio. Para 1917, Deakins se ha propuesto rodar de manera que el espectador
crea que la película entera es un solo plano secuencia. Y lo cierto es que ha
logrado una maravilla técnica impresionante, una experiencia inmersiva como
pocas, que nos mete de golpe en las trincheras de esa guerra, con sus hedores,
con sus horrores, con el miedo a morir en la siguiente explosión a flor de
piel.
Una estética
similar a la que hemos visto en filmes recientes como: El renacido y Birdman
(fotografiadas por el mejor del mundo, Emmanuel Lubezki) o El hijo de Saúl (2015, László
Nemes). Pero también Mendes y Deakins se alimentan de imágenes icónicas de
algunos clásicos como North by Northwest, de Hitchcock, en
lo que respecta a una avioneta que se estrella.
La ligereza
de las cámaras digitales facilita en mucho el proceso, pero Deakins ha
conseguido algo impensable: a pesar de que todo se ha hecho en exteriores, el
espectador se inquieta, aplastado por una sensación de claustrofobia impresionante.
Como dice el conocido dicho: tienes que verlo para creerlo.
El (mat)arte de la guerra.
La guerra,
cualquier guerra, es renunciar a la cordura en función de determinados
propósitos, justificados o no con ideologías. Mendes coloca a dos héroes
desconocidos en una travesía por trincheras infinitas, explosiones y griteríos
de infantería, logrando que los espectadores se identifiquen con la aventura de
estos soldados sin rango que tienen como misión salvar a 1,600 de sus
compañeros de una muerte segura en una emboscada alemana.
Hemos visto
muchas guerras en el cine, incluso cualquier espectador avezado identifica alguna
similitud con Rescatando al soldado Ryan (1998, Steven Spielberg) en función
de que se trata de una búsqueda frenética que impediría más muertes. Lo
sobresaliente en 1917 es que pone la puesta en escena al servicio de seguir
paso a paso a nuestros protagonistas, enlodándonos con ellos, sufriendo las
inclemencias del frío, las trampas del hambre, la sinrazón de los campos de
batalla en las tierras de nadie. Nos identificamos con ellos por puro instinto
de supervivencia: también estamos muriendo por dentro.
El arte de
la guerra es hacernos creer que las medallitas que coleccionan las viudas sirve
para curar las heridas que dejan las ausencias. Una dolorosa y lacerante
mentira.
1917 ha dominado la mayoría de las
premiaciones de esta temporada. Al momento que escribo estas líneas bastaría
destacar que consiguió su Globo de Oro a la mejor película dramática y el
premio de la poderosa PGA, la asociación de productores, que la coloca como la
gran favorita para el Oscar de Hollywood. Va a ganar, además de sus obvias
virtudes, porque ha llegado en el momento perfecto para darle una lección a
Netflix. Pero esa es otra guerra.
1917
(2019). Dirección: Sam Mendes; Guion: Sam Mendes y Krysty Wilson-Cairns; Fotografía:
Roger Deakins; Edición: Lee Smith; Música: Thomas Newman; Elenco: Dean-Charles
Chapman, George MacKay, Colin Firth.
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