lunes, marzo 20, 2017

Jackie, lo nuevo de Pablo Larraín.

El 22 de noviembre de 1963, el mundo quedó atónito ante la noticia: en Dallas, el presidente norteamericano John F. Kennedy fue asesinado, víctima de un atentado.
El trágico evento permitió a una élite distinta recuperar el poder, a la otra mitad de la nación llorar a su beautiful presidente y a su viuda, Jacqueline, sobreponerse al trauma de la pérdida del hombre que amaba.
De golpe y porrazo, el destino sembró a Jacqueline Kennedy en el centro de una tormenta de poder, mientras recuperaba su semblante y daba la cara por todos ante los ojos del mundo.
Lo brillante del guion de Noah Oppenheim, premiado en Venecia, es que se mueve entre el morbo y la admiración por Jackie. Por supuesto que nos interesan de los sórdidos detalles de cómo sonó el balazo que le destrozó el cráneo a Kennedy, quien embarró con sus sesos a la, hasta ese momento, Primera Dama; Pero también hurga en la psiquis de esta mujer admirable, que se condujo a la altura de las circunstancias cuando el reflector de la Historia la puso en la atención de todos.
Nadie en su sano juicio rebate la idea de que Pablo Larraín es uno de los mejores cineastas latinoamericanos de nuestros días.
Una sólida carrera, con una trilogía-núcleo de su universo: Tony Manero (2008, Premio Mejor Película en Turín y Varsovia), Post Mortem (2010, Premio Mejor Película en Guadalajara y Cartagena) y NO (2012, Premio “Quincena de Realizadores” en Cannes). Estos filmes se enfocan en la dictadura de Pinochet desde distintos ángulos y todos han ganado en el Festival de La Habana.
Posteriormente, Larraín ha dirigido El Club (2015, Gran Premio del Jurado en Berlín) y ya está próximo a estrenarse entre nosotros Neruda (2016, Premio del Cine Fénix).
El peor temor que albergamos es que nuestros cineastas hagan sus maletas, se muden a Hollywood y vendan su talento al mejor postor en aras de conseguir éxitos de taquilla, convirtiendo su arte en productos mainstream. Respiren aliviados: este no es el caso.
Jackie es un poderoso drama que continúa con lo que ha sido una de las claves del éxito de Larraín: explorar las posibilidades dramáticas de sus personajes, construyendo extraordinarios ejemplos de solo vehicle, es decir, una plataforma para un actor o actriz de talento se luzca como pavo real.
Es el caso de Natalie Portman, ganadora del Oscar por El cisne negro (2010), quien brinda una actuación realmente impresionante. No solo por la personalización de Jackie Kennedy con sus manierismos para hablar de la Casa Blanca, sino también por los diferentes niveles de sugestión que alcanza con sus palabras, la forma en que las entona, con su mirada, con su lenguaje corporal cuando desanda los pasillos de la Casa Blanca. 
Jackie es uno de los mejores filmes del año, por la sutileza y la valentía con que aborda uno de los capítulos más oscuros de la historia de Estados Unidos y el coraje de una mujer que se levantó de las cenizas de su asesinado esposo para brindar un espectáculo de serenidad impresionante.


Jackie (2016). Dirección: Pablo Larraín; Guion: Noah Oppenheim; Fotografía: Stéphane Fontaine; Música: Mica Levi; Edición: Sebastián Sepúlveda; Elenco: Natalie Portman, Peter Sarsgaard, Greta Gerwig.

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