Con Intensa Mente 2 empieza nuestra Temporada de Pronósticos: el 2 de marzo de 2025, en la próxima entrega del Oscar de Hollywood, este filme se lleva el premio al mejor largometraje de animación.
Es simple:
cualquier filme con los sellos de Disney y Pixar garantiza dos cosas:
1) estamos
frente a una propuesta cinematográfica realizada con los más altos estándares
de la animación generada por computadoras; y
2) los
miembros de la familia, entre 2 y 99 años, van a pasar muy buen rato en la sala
de cine.
Intensa Mente 2 cumple cabalmente con las
expectativas creadas y ofrece un espectáculo de animación realmente
disfrutable. Insisto en esta idea por lo siguiente: cuando se estrenó Intensa
Mente (2015) reflexionaba acerca del tremendo riesgo narrativo que se
tomaron sus productores. Recuerden ustedes que las protagonistas son las cinco
emociones básicas del ser humano: Alegría, Tristeza, Furia, Temor y Desagrado.
El sueco
Ingmar Bergman, un alma absolutamente atormentada, fue el gran maestro en exponer
los sentimientos de sus personajes en pantalla. Pero Bergman no se recomienda a
cualquier cinéfilo: a veces nos sumerge en laberintos insalvables para los
incautos de corazón.
Los genios
de Pixar han resuelto el cómo contar las increíbles aventuras de nuestras
emociones, aventuras que determinan nuestra personalidad y conforman nuestros
rasgos esenciales como seres humanos. Y lo hacen con una gracia absolutamente
maravillosa. Esto es casi un spoiler: en un momento determinado, esas emociones
navegan en un brócoli por la corriente de
pensamiento, ¿en serio?
Ahora Intensa
Mente 2 nos presenta el nuevo mundo de Riley, una niña de 13 años
entrando a la pubertad, una etapa especialmente difícil, como podrán atestiguar
los padres que lean esta crónica. Ahora ella trae brackets y estrena nuevas emociones: Ansiedad, Envidia, Vergüenza y
Ennui (Aburrimiento), con dejo de superioridad y acento francés. Se debe mencionar
a Nostalgia, que hace fugaces apariciones, aunque todavía le falten muchos años
para entrar en acción.
Pete Docter
dirigió Intensa Mente hace 9 años. Ahora funge como productor ejecutivo
y cede su puesto creativo a Kelsey Mann, quien debuta en el largometraje de
animación con Intensa Mente 2. Parece una jugada maestra: Mann presenta
nuevas ideas, nuevos gags y trabaja con perspectiva de thriller las escapadas
de nuestras emociones cuando son encarceladas en el subconsciente.
En esta nueva entrega, han centrado su atención en las peripecias de las emociones, más complejas, más cuestionadoras, porque se trata de una preadolescente que, naturalmente, busca darle sentido a su vida y encontrar su lugar en el mundo. La clave de su éxito es que utiliza el humor para explicar nuevas complejidades y basta con recordar la “Sala de la Imaginación” que asesora a Ansiedad en sus lacerantes propósitos para darle estatura de verdad a la frase: “A menudo sufrimos más por nuestra imaginación que por la realidad”. También hay nuevos territorios, como “sarcabismo”, o sea, al abismo del sarcasmo que hace sonar poco sincero cualquier elogio. En realidad, al inicio de la reconstrucción, un aviso llama nuestra atención: “Disculpe los inconvenientes. La PUBERTAD es complicada”. A buen entendedor...
Intensa Mente 2 es una película que ofrece la
posibilidad a los padres de este siglo de asistir con sus retoños y convertir
la proyección en una conversación fluida y divertida, igualmente terapéutica
para todos los involucrados. Una maravilla que únicamente Pixar pudo lograr.
Pixar y el
Oscar.
El Oscar al
mejor largometraje de animación fue instituido en 2001, aunque en 1995 se le
entregó un premio especial a Pete Docter por Toy Story. Desde
entonces, los estudios Pixar lo han ganado por Buscando a Nemo (2003), Los
Increíbles (2004), Ratatouille (2007), Wall-E
(2008), Una aventura de altura (2009), Toy Story 3 (2010), Valiente
(2013), Intensa Mente (2015), Coco (2018), Toy Story 4 (2019) y Soul
(2020). Intensa Mente 2 se ubica en el primer puesto de la quiniela
para ganar en 2025. Méritos le sobran.
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