La presencia de Katy Jurado no pasaba inadvertida y su belleza era inconfundible. Ella fue la actriz mexicana que puso el nombre de México en alto, no solo en Hollywood, sino en el mundo entero. Una mujer que destacó por la disciplina en su trabajo y se ganó la admiración de sus colegas. Una Diva de quien ahora se celebra el centenario de su nacimiento.
María
Cristina Estela Marcela Jurado García nació en Guadalajara e inició su carrera
en el cine en 1943 con la película No matarás. Su talento pronto la catapultó a la cima de la escena cinematográfica
mexicana, donde brilló en roles de mujeres perversas y seductoras en películas
como La vida inútil de
Pito Pérez (1943)
y Balajú (1944).
En 1951, Hollywood la descubrió de la mano de Budd Boetticher, y su
carrera internacional despegó con The Bullfighter and The Lady. Su actuación en High
Noon (1952) le valió un Globo de Oro, convirtiéndose en la primera actriz mexicana en lograr tal reconocimiento.
A lo
largo de las décadas de 1950 y 1960, Jurado demostró su versatilidad
colaborando con estrellas como Marlon Brando en One-Eyed Jacks (1960) y participando en producciones
italianas como Barrabás (1961). Su legado artístico se
cristalizó con una nominación al Premio Oscar por su papel en Broken Lance (1954), un western en el que compartió
créditos con Burt Lancaster y Robert Wagner.
Fuera de
la pantalla, Katy Jurado vivió una vida igualmente fascinante, con matrimonios
notables, incluido uno con Ernest Borgnine en 1959. Su círculo íntimo incluía a
leyendas como Burt Lancaster, Frank Sinatra y Dolores del Río.
El legado de Katy Jurado perdura en el Paseo de la Fama de Hollywood, donde una estrella eterniza
su contribución al cine. Festivales como el Internacional de Cine de
Guadalajara y la 75.ª ceremonia del Oscar rindieron homenaje a su impacto
duradero.
Katy Jurado fue una mujer que rompió fronteras y representa una
auténtica Diva del cine mexicano y latinoamericano.
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