Toda la sala de pie y dos ovaciones para la productora Lita Stantic, varios números musicales con temas de diversas películas, cuatro premiados ausentes, y la rutina de ir viendo cómo Argentina, 1985 se llevaba casi todo. Así fueron los premios Sur, de la Academia Argentina de Cine.
Como era
previsible, Argentina, 1985 se alzó con los correspondientes a Mejor Filme,
Actor (Ricardo Darín, que estaba filmando una película), Director (Santiago
Mitre, que volaba al Festival de Venecia), Guion, Reparto (Alejandra Flechner y
Norman Briski), Arte, Fotografía, Vestuario y Maquillaje. Solo perdió el de
Revelación Masculina, que fue para Martin Miller, por Sublime. Esta
película de Mariano Biasin, hecha apenas con un préstamo del Incaa, sin otros
refuerzos, también recibió el premio a la Opera Prima.
La otra
candidata fuerte, El suplente, de Diego Lerman, ganó los de Música, Montaje y
Revelación Femenina (la niña Renata Lerman, que ya estaría durmiendo en su
casa, y la representó su mamá). Otros premios fueron para El fotógrafo y el cartero,
de Alejandro Hartman, sobre el crimen de Cabezas (Mejor Documental), Un
crimen argentino, basado en el texto de Reynaldo Sietecase (Adaptación),
el dibujo policial rosarino El paraíso, de Sirianni y Bresser (Sonido)
y 30
noches con mi ex (Actriz, Pilar Gamboa, que estaba actuando en otro
teatro). Y otras 14 películas candidatas en diversos rubros se quedaron sin
nada.
Lo más
emotivo de la noche fue el Premio a la Trayectoria para Lita Stantic (La
parte del león, Los miedos, Camila y tantas otras),
ovacionada por toda la sala cuando subió al escenario, y de nuevo cuando, antes
de bajar, hizo voto para “que no se cierre el Incaa, no se privaticen la salud
y la educación, ni se liberen a los genocidas que todavía siguen presos”. Esa,
y unas palabras de Alejandra Flechner, fueron las únicas expresiones políticas
que hubo en el acto.
También
tuvieron su cuota de emoción el In Memoriam y los Premios a la Trayectoria para
el guionista Jorge Goldenberg (Plata dulce, De eso no se habla, Perder
es cuestión de método) y Mirtha Legrand, símbolo viviente de la Época
de Oro del Cine Argentino, que evocó el viejo Politeama donde veía a Tita
Merello, agregando “me siento rara entre tanta gente joven”.
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