Hace
poco más de un año, la película Todos los hombres son iguales, una
nueva versión de la comedia española que su director Manuel Gómez Pereira rodó
en Dominicana, se convirtió en la película local más taquillera del verano.
Resultó tan exitosa que, de inmediato, se pensó en hacer una secuela.
Y como
es natural, muchos recuerdan el mito de las segundas partes y su
distanciamiento de calidad con respecto a las originales. Todas las aprensiones
que se puedan tener de las segundas partes, se desvanecen desde los créditos. Todas
las mujeres son iguales supera con creces cualquier expectativa que se
pueda tener de una comedia.
David
Maler, quien este mismo año mostró credenciales como director con Reinbou,
logra despejar cualquier duda sobre el rasgo básico de toda comedia: debe
ganarse la simpatía del público y lograr hacerle pasar un buen momento en el
cine. Con Todas las mujeres son iguales, las carcajadas están
garantizadas.
Mucho de
esto se debe, al margen de sus impecables niveles de realización, a la
excelente química que logra su elenco principal: Nashla Bogaert, Cheddy García,
Iris Peynado y Lía Briones (las mujeres que alude el título) y Frank Perozo,
Kenny Grullón y Yasser Michelén, quienes aportan su cuota para que esta comedia
de enredos funcione y resulte muy agradable para el espectador que busca
divertirse en la sala de cine.
El
personaje de Bogaert (Yoli) es el vínculo entre ambas películas: en el filme
anterior se le ve como un objeto de conquista de parte de los errados
caballeros y ahora proyecta una mujer mucho más empoderada de su destino,
característica que logra una empatía temprana con los espectadores.
La
comedia está segmentada en varios “sketches” de los que, por su brillante uso
del humor negro, sobresale “El funeral”. Destaco este sobre otros de mucha
calidad porque recurre a la esencia de lo que hace reír sin necesidad de vulgaridades,
ni necedades televisivas, es decir, el humor vinculado a un tema tan serio como
la muerte, pero tratado desde una perspectiva muy cinematográfica, que cosecha
carcajadas.
Incluso,
su chiste de créditos finales (en la mejor tradición hollywoodense) cuando
“tumban” el drone que hace el plano final, merece ser valorado en su contexto:
se han esforzado porque madurar las ideas, que cada cosa funcione en relación
al resto de las situaciones y los personajes. Y eso se agradece con la sonrisa
que muchos exhiben ya fuera de la sala, cuando se encuentran con otra multitud
que espera para entrar a disfrutar uno de los grandes éxitos taquilleros del
verano en Dominicana. Otra vez.
Todas
las mujeres son iguales (2017). Dirección: David Maler; Guion: David Maler y
José Ramón Alamá; Fotografía: Juan Carlos Gómez; Música: Sergio Jiménez;
Edición: José Delio Ares; Elenco: Nashla Bogaert, Frank Perozo, Iris Peynado,
Kenny Grullón.
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