En términos estrictamente literarios, la novela 50
sombras de Grey, de E.L. James, no tiene ningún elemento digno de elogio.
El extraordinario éxito de ventas, 100 millones de copias en todo el mundo, es
material para otra crónica, incluyendo la opinión de los francotiradores de la envidia que
nunca han vendido un libro.
Un axioma cinematográfico generalmente aceptado es aquel
que señala que de una mala novela no puede salir un buen guión. Sin un buen
guión, no puede hacerse una buena película. Punto y aparte.
Todo lo anterior viene a propósito del estreno de 50 sombras de Grey, uno de los
filmes que mayor expectación ha creado en los últimos años, dado el enorme
éxito de la novela homónima.
Para dirigir el filme se reclutó a la talentosa artista
Sam Taylor-Johnson, una reputada fotógrafa que exhibe en Guggenheim y otras
galerías europeas. Pero es muy poco lo que ella podía hacer con el flojo guión
que escribió Kelly Marcel.
Partiendo de la novela, los personajes de Grey y
Anastasia están mal construidos, no tienen profundidad sicológica, ni adecuado
desarrollo dramático, ese famoso arco de, al menos, tres etapas que sirve para
presentarlo, enfrentarlo a su misión y redimirlo. Sin ninguna de estas
herramientas, la pobre Taylor se ha limitado a fotografiar a los modelitos que
tenía enfrente, intentando dejar atrás los gestos robóticos que la hipócrita
censura americana permite en este filme casi erótico.
Lo que nos lleva a otros de los fallos de la película:
inadecuada selección de actores. Dakota Johnson es una dama con sex-appeal
cercano a cero en su rol de niña-buena-que-descubre-el-sexo; mientras Jamie
Dornan, en vez de Amo dominante, lo que parece es un “mamita”, detrás de una
mujer que tiene muy poco que ofrecer. Nos alegramos por el dominicano Víctor
Rasuk, quien aparece fugazmente en pantalla.
Lo peor: esta película ni siquiera aporta una nueva bomba
sexual como en su momento lo hicieron otros filmes del mismo corte: 9 ½ semanas (1986) que catapultó a
Kim Basinger; o Bajos instintos
(1992), que hizo lo propio con Sharon Stone.
Desde luego, lo que piensa este crítico poco importa
frente al hecho de que, al momento de escribir esta nota, ya se sabe que es la
película clasificación “R” de mayor recaudación mundial para los estudios
Universal: unos $338 millones de dólares y contando.
En definitiva, una novela y una película que han
activado fantasías eróticas en millones de mujeres. Así de mal andamos con
nuestra sexualidad.
50 sombras de Grey (2014). Dirección: Sam Taylor-Johnson;
Guión: Kelly Marcel, basado en la novela de E.L. James; Fotografía: Seamus McGarvey;
Música: Danny Elfman; Elenco: Dakota Johnson, Jamie Dornan, Víctor Rasuk, Rita
Ora.
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