Les voy a describir una postalita: Frank y April Wheeler es una linda parejita que quieren levantar una linda familia. Para eso, se compran una linda casita en las afueras de Connecticut para criar a sus lindas criaturitas Jennifer y Michael, lejos del bullicio de la ciudad. Comen perdices y viven felices. En realidad, todo es una farsa en la que se ocultan las frustraciones acumuladas a lo largo de los años de vida simple.
Revolucionary Road o Sólo un sueño es el más contundente alegato que hemos visto de los últimos tiempos contra el sueño americano.
Sin duda, la primera columna sobre la que descansa la excelencia de este filme es su director Sam Mendes, quien tuvo uno de los debuts más impresionantes de la historia del cine: American Beauty (1999), ganadora de 5 Oscars incluyendo Mejor Película y Mejor Director. Posteriormente, Mendes dirigió Road to Perdition (2002) y Jarhead (2005).
Otra de las columnas sobre la que se sustenta Sólo por un sueño es su pareja de actores: Kate Winslet y Leonardo DiCaprio, quienes coincidieron en el rodaje de Titanic. Gracias al éxito de la cinta de Cameron a ambos se les ha hecho más difícil ser reconocidos como parte de los mejores actores de su generación.
Para Leo dos de sus problemas más graves son su babyface y su enorme popularidad, sobre todo en el público femenino. Muy pocos en la Academia lo toman en serio, aunque nadie pone en duda su talento y el hecho de que ha brindado tantas brillantes actuaciones como cualquiera en los últimos años: Pandillas de New York, El aviador, Infiltrados, Diamantes de sangre.
Con Winslet el proceso evolucionó más rápidamente. Sabemos que este mismo año, Winslet recibió dos Globos de oro (uno de ellos por Sólo un sueño) y también el Oscar por su actuación en The Reader. Ella ha desarrollado una carrera realmente admirable, con actuaciones como: Little Children, Finding Neverland y Iris.
Ahora, en Sólo por un sueño ambos brindan la mejor actuación de sus carreras.
Uno de los aspectos más destacables del filme de Mendes es la minuciosa exposición que hace de los detalles de una vida (simple) de pareja.
Los problemas comienzan cuándo sus protagonistas se cuestionan si ha valido la pena sacrificar sus sueños: él, vivir en París en lo que descubre su vocación artística; ella, ser actriz. Los Wheeler se han conocido en un ambiente de bohemia y soñadores y se han visto complementados en el otro en la tarea de llegar a ser. Han formado una linda parejita, que vive en una linda casita y forma una linda familia. Pero eso está muy distante de sus sueños.
Su relación puede servirnos para establecer que no es saludable renunciar a los sueños por irrealizables que parezcan porque ese vacío se queda entre nosotros.
En Revolucionary Road, los Wheeler viven el sueño americano. Pero eso no es suficiente porque, como dijo Calderón de la Barca: “y los sueños, sueños son”.
1 comentario:
Esa conclusión merece redobles de batería. Y bueno, renunciar al american dream y comenzar a realizar el personal dream...
(Salud con la copa rota)
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