El cine dominicano está de novio. Su (por el momento) conveniente relación es con la televisión. En efecto, nuestro cine atraviesa por su necesaria etapa televisiva. Me explico: el cine dominicano se sustenta gracias al talento de la televisión que da el salto de pantallas.
Con el estreno de Mi novia está de madre, dirigida por Archie López y protagonizada por Roberto Angel Salcedo, Patricia Manterola, Pamela Sued, Cuquín Victoria y Frank Perozo, se pone de manifiesto esa tendencia.
Aclaro que no tiene nada de malo el escenario donde se ha formado el talento que nutre al cine dominicano. Muy por el contrario, la presencia de figuras muy conocidas por el público, equivale a nuestro particular sistema de estrellas, uno de los soportes para el crecimiento de la industria del cine americano.
Mi novia está de madre es la típica comedia de enredos que está llamada a convertirse en otro éxito de público para el incansable Roberto Angel. De hecho, él protagonizó Un macho de mujer, la única película dominicana que tuvo masivo respaldo en el 2006.
Mi novia está de madre cumple con creces su propósito de que los espectadores pasen un buen rato en el cine. Uno de sus mejores puntos es lograr que la gente ría sin necesidad de caer en vulgaridades. El fraseo popular es la base de los diálogos de los personajes y se siente la sintonía con la audiencia: todo el mundo celebra las ocurrencias.
Como libretista, Roberto Angel recurre a los estereotipos habituales (intelectual aburrido, chica postmoderna, solitaria mujer madura, homosexual sentimentaloide, ex-esposos posesivos) para sus personajes y enfrenta ideas en su nivel más simple (música clásica/reggaetón, biblioteca/discoteca, romance/sexo). Su mejor punto está en la inteligente vuelta de tuerca que le evita caer en un final que no esté a la altura de las expectativas del público.
La presencia de Domingo Bermúdez, Manuel Corripio y José Miguel Bonetti como productores ejecutivos habla muy bien de la salud y las potencialidades del cine dominicano: ellos son empresarios de muy bien ganado prestigio que ven este filme como una buena y rentable inversión.
Técnicamente es una de las realizaciones de mejor factura. No puedo hablar de actuaciones sino de eficiente desempeño: todos aportan para que las situaciones resulten hilarantes. Si se fijan en los bloopers de los créditos finales, el inmenso Cuquín Victoria saca de concentración al extraordinario Iván García: pide a gritos alguien que le escriba una película para un lucimiento histórico.
En definitiva, Mi novia está de madre es otro paso hacia delante en el gratificante momento que vive el cine dominicano.
2 comentarios:
Ya ni se...
Espero que sea la evolucion... espero.
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