Cuando me lo preguntan, digo que el Cine Dominicano atraviesa el mejor momento de su historia. Los 9 estrenos que tuvimos en el 2008 no dejan ningún tipo de dudas. Ahora bien, que deseamos un Cine que menos limitantes y mayor calidad es sólo parte de la discusión.Que no todas las películas fueron apoyadas masivamente por el público (en realidad, sólo un par pueden calificarse de éxitos) es también parte del proceso de consolidación del Cine Dominicano y hasta en Hollywood muchas superproducciones fallan en su intención de conquistar el gran público.
Pero, hoy por hoy, reina un entusiasmo muy grande en torno de una industria en la que nadie creía hasta hace muy pocos años. Y eso es muy bueno. Que varios empresarios (no artistas, empresarios) se interesen por invertir en los proyectos de cine es la mejor señal de la salud que goza nuestro siempre naciente cine.
Nueve proyectos fueron estrenados. Debo explicar el criterio de “estreno”: al menos una semana de exhibición en una sala de cine comercial, sea de Santiago o Santo Domingo. Eso excluye de la lista la película Cenizas del mal (Javier Vargas) que se presentó en el auditorio de la Universidad Tecnológica de Santiago.
Los primeros estrenos del año fueron: Play Ball (Alfonso Rodríguez), El caballero de la medianoche (Jimmy Sierra) y Enigma (Robert Cornelio). Creo que, en términos de propuesta cinematográfica, el filme de Robert Cornelio era el más interesante, pero no gozó del favor popular.
Le siguió 60 millas al este, documental dirigido por Jorge Lenderborg (muy al estilo Michael Moore) con más de un acierto sobre el eterno tema de los viajes ilegales.
Excexos (José María Cabral) sólo fue presentada en Santo Domingo y Operación Patakón (Tito Nekerman) sólo fue presentada en Santiago.
Angel Múñiz estrenó Ladrones a domicilio en agosto y no consiguió el respaldo esperado. Tampoco lo logró Al fin y al cabo, segundo estreno del año para Alfonso Rodríguez.
Finalmente, cerramos con Santi Cló (José Enrique Pintor), sin duda el estreno mejor promocionado del año y que ha recibido buen respaldo de los cinéfilos.
Se quedó en las intenciones el estreno de El béisbol en la República Dominicana, un documental con libreto de Héctor J. Cruz y dirección de Miguel Vásquez. Pero ya hay estrenos confirmados para enero (Cristiano de la secreta) y febrero (Megadiva).
Sin duda, el Cine Dominicano avanza hacia su consolidación.
Postdata: el amigo Arturo Rodríguez me apunta que De campamento también debe ser incluida entre los estrenos del 2008. ¡Por supuesto! Una imperdonable omisión de este cronista.















A riesgo de que me acusen de llover sobre mojado, quiero hacer una afirmación generalmente aceptada: Tim Burton es, sin duda, el mejor director de atmósfera del cine contemporáneo.
Con sus US$43.8 millones recaudados el pasado fin de semana, El caballero de la noche (que es como se titula The Dark Knight en Dominicana) continuó en el primer lugar de las taquillas en USA, por tercera semana consecutiva.

Wall-E es el mejor homenaje que Hollywood puede hacerle, en su cuadragésimo aniversario, a 2001: Odisea del espacio, la joya de Stanley Kubrick, notas de El Danubio azul incluídas. En efecto, parte de la acción transcurre a bordo de una nave espacial, en el futuro lejano (año 2700), con una computadora inteligente que se rebela peligrosamente contra sus programadores.
Hasta hace unos meses, Marion Cotillard era una francesita de belleza frágil que le caía en gracia a Russell Crowe en Un buen año.
Hace 21 años, en mayo de 1977, Steven Spielberg y su compadre George Lucas se retiraron a descansar a Hawai y esperar el resultado de las taquillas del fin de semana, con los mismos nervios de quien espera el primer boletín de la Junta Central Electoral.
Soy de los que creen que Tim Burton es el mejor director de atmósferas del cine contemporáneo. (Para los más escépticos les remito al León de oro que le otorgaron en Venecia el pasado año.)
Desde el próximo viernes 2 de mayo, entraremos en el verano cinematográfico de Estados Unidos.
Como creo conocer el perfil de mis lectores habituales, anuncio que me voy a tomar una licencia de lenguaje popular: los hermanos Coen son pura greña cinematográfica. Me encanta que, en sus películas, exigen que el público se la pase dando cráneo (segunda licencia) durante toda la proyección, jugando a las posibilidades de sus historias.
Cuando Daniel Day-Lewis nació un 29 de abril de 1957, su padre, el poeta Cecil Day Lewis, le dedicó un poema: El recién nacido, en el que se asombra de la fuerza interior del bebé. No sabía que esas palabras se convertirían en el sino inexpugnable de su vástago.

