Fallece Antonio Gasset, voz y rostro de la crítica de cine en España

Ha fallecido Antonio Gasset, periodista, crítico cinematográfico y director y presentador del mítico programa Días de cine.

Gasset también trabajó en programas como Informe semanal y Off cinema, aunque luego dirigió por 13 años Días de cine, donde se había hecho popular por su ironía sobre la televisión y el séptimo arte. De hecho, está considerado maestro de un humor sarcástico que le ha hecho dejar huella en el periodismo cultural español, a pesar de que, como él mismo admitió, nunca ha dedicado “más de cinco minutos a escribir una entradilla”.

La Academia de Cine de España le reconoció con el Premio de Comunicación Alfonso Sánchez en 2011.

Antonio Gasset Dubois -su primer apellido le viene del filósofo José Ortega y Gasset, del que es sobrino segundo-, ha enseñado, en opinión de la Academia, “a apreciar el cine y a descubrirlo en todas sus facetas en Días de Cine, espacio de la televisión pública, al que llegó después de ser ayudante de dirección de Informe semanal, del que fue subdirector; participar como actor en varias películas durante los años 70 y principios de los 80, entre otras en Arrebato; y dirigir varios cortos, entre los que figura Los hábitos del incendiario”.

Contaba Gasset que la idea de soltar frases lapidarias en sus célebres entradillas fue “totalmente espontánea”. “Una de mis principales adicciones es el humor. Me ha salvado de grandes catástrofes. Esto, unido a una cierta socarronería y mala uva propias de mí, me movieron a hacer esos comentarios. En los años que llevo haciendo entradillas, nunca he dedicado más de cinco minutos a pensar qué voy a decir”, aseguraba.

Desde el estudio o desde los múltiples festivales que cubría con TVE (Berlín, Cannes, San Sebastián) convirtió en marca de estilo la introducción de cada pieza o, incluso, el corte para publicidad: “Llegó la pausa”, recitó una vez: “Tomaos con filosofía y paciencia las pasiones futbolísticas, sexuales y políticas. Las primeras, porque se trata de un juego; las segundas, porque suelen ser efímeras; y las terceras, las políticas, porque el oscuro objeto del deseo suele ser un mentecato”.