Nicole Kidman es una de las actrices más dotadas de su generación. Sin ninguna duda, ha estado con algunos de los grandes nombres del cine contemporáneo: Lars von Trier, Jane Campion, Yorgos Lanthimos, Sofia Coppola, Chan Wook Park, Baz Luhrmann y Anthony Minghella, por solo mencionar unos cuantos. Y también con el maestro Stanley Kubrick
Kidman ha
sido reconocida con los principales premios del mundo del cine: ganadora de los
Globos de Oro en 5 ocasiones: Todo por un sueño (1996), Moulin
Rouge (2002), Las horas (2003), Big
Little Lies (2018) y por Ser los Ricardo (2022); ganadora del
Oscar por Las horas, Premio a la Trayectoria en Cannes (2017), Premio a
todo el elenco de Las horas en Berlín, Premio a la Trayectoria del AFI y, hace
unas semanas, ganadora de la Copa Volpi en Venecia por Babygirl, nuevo filme de
Halina Reijn.
Lo
impresionante de Kidman es que sigue aceptando papeles tan demandantes como El
sacrificio de un ciervo sagrado (2017), Destroyer: una mujer herida
(2018, Karyn Kusama) y Babygirl, un solo vehicle para su actriz que, de nuevo, la mete de lleno en la
Temporada de Premios.
El filme de
Reijn es un thriller erótico que explora la relación entre Romy, alta ejecutiva
de una compañía americana y Samuel, un pasante que le despierta más fantasías
de las que puede confesar a su marido Jacob, con quien ha formado una hermosa
(y funcional) familia: dos felices adolescentes.
Más allá de
los desnudos de la carne y los jadeos, Babygirl resulta un filme retador
para Kidman por la compleja psiquis de su personaje y los prejuicios sociales que
enfrenta y ponen su mundo patas arriba. Para hacer creíble que una mujer
acostumbrada a una posición de poder se haga vulnerable por su adicción al
sexo, hay que bordar finamente los hilos que sostienen esa propuesta dramática.
Reijn lo ha logrado y hay que darle el mérito que merece a la entrega de
Kidman.
En efecto,
Reijn no hace juicios de valor sobre la conducta de su personaje, ni permite
que la juzguemos desde una óptica oxidada: Romy se apuesta con todo a la
aventura de descubrir su plenitud sexual y eso implica correr con ciertos
riesgos. Babygirl es una montaña rusa de sentimientos encontrados de su
personaje.
Reijn confiesa
haberse inspirado en filmes como Una propuesta indecente (1993,
Adrian Lyne) y Bajos instintos (1992, Paul Verhoeven), pero es indudable que
su aproximación al tema tiene la perspectiva de mujer cineasta y eso marca una
diferencia conceptual, tal y como sucede con otro de los filmes más comentados
de 2024, La sustancia, de Coralie Fargeat.
Reijn
cuenta con el cuerpo espectacular de Kidman, pero también con una complicidad
que se evidencia en la pantalla: directora y actriz han logrado una mancuerna
formidable que nos regala uno de los filmes festivaleros más esperados: esta Babygirl
que invitamos a disfrutar sin prejuicios, en la absoluta libertad moral de la
consagración de ser mujer.
Babygirl
(2024). Dirección y guion: Halina Reijn; Fotografía: Jasper Wolf; Edición:
Matthew Hannam; Música: Cristobal Tapia de Veer; Elenco: Nicole Kidman, Antonio
Banderas, Harris Dickinson.
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