Jesse Eisenberg es el nuevo Alvy Singer de Hollywood. Alvy Singer es el personaje creado por Woody Allen para su maravillosa Annie Hall (1977): un judِío neurótico que habla a ráfagas casi incomprensibles, un tipo que no sabe qué hacer con sus manos cuando habla, un candidato natural a agotar tres sesiones semanales recostado en el diván de su psicólogo
Allen
siguió representando el personaje, con otros nombres y ligeras variantes, en
muchas de sus películas hasta el punto que muchos incautos terminaron creyendo
que actor y personaje eran la misma persona. Y desde antes que su edad no le
permitiera encarnarlo más, fijó su mirada en posibles sucesores: Diane Keaton, Mia
Farrow, John Turturro, Owen Wilson, Joaquin Phoenix y Jesse Eisenberg, entre
otros.
Con el
estreno de Un dolor real, ópera prima de Jesse Eisenberg, queda demostrado
el excelente ojo clínico de Woody Allen: por momentos, nos parece estar viendo
un filme con la atmósfera que sabe crear el genio de Manhattan. Eisenberg
escribe, dirige y actúa de forma tan orgánica, que quedamos prendados de su
magnífico guion y la revelación del talento de Kieran Culkin, otra de las
características de Allen: escribir y permitir el lucimiento de sus actores.
Para más información, consulte esta nota.
Un dolor real debutó en el Festival Sundance,
donde consiguió el Premio Waldo Salt al mejor guion. Recientemente, tiene 4
nominaciones a los Globos de Oro: mejor comedia, mejor guion para una comedia,
mejor actor (Eisenberg) y mejor actor de reparto (Culkin). De hecho, aparece en
varias listas de lo mejor de 2024: mejor guion para los críticos de Los
Ángeles, Top 10 del Instituto Americano del Cine, de Rolling Stone, de NBR y
varias nominaciones a los Premios Spirit, incluyendo mejor guion.
Kieran Culkin
se va perfilando como uno de los actores de reparto favoritos en la Temporada
de Premios y ya ha sido seleccionado en varias listas: nominado al Globo de
Oro, seleccionado por los críticos de Los Ángeles y New York, el National Board
of Review, nominado al Premio Spirit, entre otras.
Un dolor real parte de la premisa de dos primos
judíos, de personalidades contrapuestas, que regresan a la Polonia natal de sus
ancestros, para conocer la casa donde creció su abuela y, de alguna manera,
conectar con sus antepasados y su terrible historia de supervivencia.
A partir de
esas personalidades, Eisenberg construye un guion que explota sus marcados
contrastes a través de diálogos cargados de mucha chispa que retoma un horrible
pasaje de la historia y le da una relectura distinta. Imagínese un tour del
Holocausto desde la perspectiva de dos milenials: es mucho el material que
permite, con todo respeto, explotar vetas de humor.
Eisenberg y
Culkin logran algo esencial para las parejas humorísticas: un timing perfecto de sus diálogos, una
brecha entre sus palabras enfrentadas a la velocidad del viento, una lucecita
que premiamos con sonrisas y, en el mejor de los casos, carcajadas, teniendo
claro que en ese tráfico reside la gracia que puede reivindicar un buen
libreto.
Un dolor real, como todo buen guion, presenta dos niveles de un mismo viaje: el primero físico, a la Polonia que sobrevivieron los abuelos y otro mental, que nos conduce a esa necesaria revisión de sueños pendientes y promesas cumplidas, a esa pesada carga que arrastramos por las decisiones que tomamos en la vida y que definen nuestro lugar en el mundo. Y cualquier película que logre eso, merece estar entre los mejores estrenos del año.
Un dolor real (2024). Dirección y guion: Jesse Eisenberg; Fotografía: Michal Dymek; Edición: Robert Nassau; Música: Erik Eiser; Elenco: Jesse Eisenberg, Kieran Culkin, Jennifer Grey, Will Sharpe.
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