martes, junio 21, 2022

Lightyear: Disney y Pixar más allá del infinito.


Nota: no estoy de acuerdo con ningún tipo de censura, una costumbre medieval que debe desaparecer. Ni suscribo una sola letra de la Cultura de la Cancelación, nueva forma de los timoratos de siempre. 

En 1995, Pixar rompió con todos los esquemas de animación conocidos. John Lasseter, al frente de la nueva compañía, apostó a la posibilidad de soñar en píxeles y llegar hasta el infinito y más allá. El resultado fue Toy Story, un filme completamente animado por computadoras, que marcó un antes y después en el género.

Toy Story ganó el Oscar a la mejor película de animación (un renglón prácticamente dominado por Pixar desde entonces) y fue el inicio de una saga que ya suma 4 entregas y acaba de renovarse con el estreno de Lightyear (2022, Angus MacLane).

No es un exceso afirmar que ninguna otra compañía se ha arriesgado más que Pixar con sus propuestas. Y lo mejor: ha cosechado rotundo éxito de público y crítica con historias que, sobre el papel, lucen ser proyectos imposibles.

Toy Story, por ejemplo, no se trata de la vida de Andy, un niño de 6 años que comienza a conocer el mundo y todas sus exigencias, sino sobre sus juguetes, encabezados por el vaquero Woody y el guardián espacial Buzz Lightyear. La prosopoyeya elevada a niveles dramáticos existenciales, porque, en el proceso, deben descubrir que son…juguetes. ¿Quién se iba a imaginar que el público se iba a identificar más con los juguetes que con los humanos de la historia?

La culminación de ese proceso es la ganadora del Oscar, Wall-E (2008, Andrew Stanton), la kinésica elevada a la categoría de sublime drama, por cuando el protagonista en un robot que ni palabras es capaz de pronunciar, en un filme que se permite ser, al mismo tiempo, una alerta medioambiental y una colección de memorias cotidianas.

Pero Pixar se atrevió a animar una historia de las emociones en sí mismas, Intensa Mente (2015, Pete Docter y Ronnie del Carmen), ganadora del Oscar, apostando a una narrativa más cercana a Tarkovski que a Disney. Recuerdo que son películas que tienen como blanco de público a niños menores de edad, aunque, para ser sinceros, muy pocos padres podemos explicar satisfactoriamente esas tramas de matices tan abstractos.

Con Soul (2021, Pete Docter), también ganadora del Oscar, Pixar llegaba más allá y hacía protagonista a un afrodescendiente, además de que continuaba explorando una temática muy abstracta que ya viene sugerida con el título del filme.

Pues bien, Lightyear ha debutado con $51 millones de dólares en USA, sin duda por debajo de la proyección inicial de $70 mdd, pero con un honroso primer lugar entre los animados postpandemia. Como era previsible, cierta campaña mediática ha surtido efecto y, para colmo, se ha prohibido su exhibición en 14 países, la mayoría de orientación islámica. Un absurdo.

Creo que Lightyear es una maravilla de animación que merece ser disfrutada por todos porque es un producto Pixar que, nueva vez, rompe los esquemas. En ese sentido, muy pocos podemos teorizar con precisión sobre la hipervelocidad y la alteración del tiempo mientras se viaja por el espacio, pero eso no nos impide disfrutar de las aventuras de Buzz en el planeta T’Kani Prime.

Lightyear contiene los elementos básicos de la ciencia ficción común: viaje por el espacio, imposibilidad de regresar a la Tierra, el héroe que encuentra su camino de redención, robots gigantes que disparan a matar y un compañero divertido que es Sox, un gato de compañía terapéutica que comparte protagonismo.

Elogiar los logros de animación en una película Pixar es llover sobre mojado. Los niveles de excelencia que exhibe están fuera de toda duda.

De cara a la Temporada de Premios, Lightyear tiene su nominación garantizada, aunque es indudable que Turning Red (2022, Domee Shi) emerge ahora como la carta con mayores probabilidades para Pixar.

Como suele suceder en estos casos, el tiempo escribirá el final perfecto.

 

Lightyear (2022). Dirección: Angus MacLane;  Guion: Angus MacLane, Jason Headley y Matthew Aldrich; Fotografía: Jeremy Lasky y Ian Megibben; Edición: Anthony Greenberg; Voces (inglés): Chris Evans, Keke Palmer, Peter Sohn, Taika Waititi.

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