viernes, julio 31, 2009

Las peores películas, según Roger Ebert


Roger Ebert es, probablemente, el crítico de cine más leído del mundo.

Ebert es el Pontífice de la crítica de cine norteamericana, con la columna de comentarios que publica en el Chicago Sun-Times desde 1967. Esa labor de amor le convirtió en la primera persona que ganó el Premio Pulitzer por su trabajo como crítico de cine. En el 2003, Stephen Hunter, del Washington Post, se convirtió en la segunda.

Recientemente se ha editado en España Las peores películas de la historia, un libro de Roger Ebert que recopila 312 críticas que dan cuenta de las peores películas de la historia del cine, desde su particular punto de vista.

Aunque es lógico esperar varias coincidencias con su lista de las peores, la verdad es que sorprende algunos de los títulos incluídos. Es simple: no siempre se coincide en la apreciación de un filme, aún admiremos y respetemos mucho la labor de esa persona a lo largo de décadas.

Hace años, Ebert señaló al filme de terror Day of the Woman como la peor película que había visto. No lo he visto, pero me interesa sufrirlo. Oficio masoquista es la crítica de cine.

Pero vamos a las conocidas: Patch Adams (el filme protagonizado por Robin Williams no era nada del otro mundo pero, ¿entre las peores?.

El problema se complica cuando en la lista encontramos filmes tan estimulantes como La sociedad de los poetas muertos (también protagonizado por Williams, ¿habrá algún problema personal?)

De un autor consagrado como Polanski aparece El inquilino, un filme que nos encantó en su momento. De Bertolucci pone su Asediada y, de nuevo, no será una joya cinematográfica pero no es despreciable.

Lo que me parece inaceptable es que aparezca El tambor de hojalata, la excelente película de Volker Schlondorff y, por si fuera poco, Terciopelo azul, de David Lynch, para muchos la obra esencial del cine americano de los 80.

Reitero: Roger Ebert es una autoridad de la crítica cinematográfica, pero es humano y ni siquiera toda la gracia con la que escribe le protege de equivocarse en sus juicios.



jueves, julio 23, 2009

Promesas peligrosas de David Cronenberg


David Cronenberg es al cine canadiense lo que su tocayo David Lynch es al cine americano: el cineasta que retrata el lado oscuro del alma. Ha trabajado más que nadie ese submundo oscuro que se esconde detrás de la linda realidad y del que nadie quiere hablar, del que nadie admite que existe pero está, de alguna forma, presente en nuestras vidas.

Promesas peligrosas trata el tema del despiadado modus operandi de la mafia rusa, o

Vory v zakone (en mis profundos conocimientos de ruso, “Ladrones de ley”). Conocemos mucho más de la Cosa Nostra, la mafia siciliana, que, según la leyenda, puede encontrarse en Estados Unidos.

Hasta simpatizamos con la Familia Corleone de El Padrino.

Esa es la primera diferencia de este filme: conocemos de la férrea estructura que, bajo la fachada de un restaurante gourmet, maneja el lucrativo negocio del contrabando de todo lo imaginable, incluyendo mujeres rusas, que huyen de su miseria atraídas por los cantos de sirena, por las promesas redentoras del este liberado, para caer en una red de prostitución que es también un callejón sin salida. Le conocemos y hasta le tememos, pero no simpatizamos con ellos.

Una dualidad interesante: el guión del filme trata de mostrar algunas de las implicaciones afectivas que conlleva la actividad mafiosa, mientras Cronenberg se empeña es poner en pantalla el lado más cruel y más sangriento, la cara más repulsiva de estos personajes devenidos en bestias que degollan a cualquiera por nimiedades, sin guardar apariencias, ni respetar jerarquías.

Hay que darle su crédito a Cronenberg como director: siempre nos mantiene a la expectativa con un pulso de realizador veterano que sabe lo que quiere contar. Mención aparte la selección de su magnífico elenco: desde un irreconocible Viggo Mortensen, pasando por una siempre brillante Naomi Watts, hasta el renombrado director polaco Jerzy Skolimowski (Stepan).

¿Una película cruda? Sin duda. ¿Un filme necesario? Absolutamente. El mundo no es un jardín de rosas. Lo peor: nadie ha hecho tal prometido.

lunes, julio 06, 2009

En las películas de Eliseo Subiela

(Hará cuestión de tres años, escribí estas notas sobre Eliseo Subiela. La ocasión de presentar este mes un ciclo con algunas de sus películas es una excusa perfecta para desempolvarlas y, espero, ganarle algún nuevo fanático.)



En las películas de Eliseo Subiela late el constante cuestionamiento existencial de los sobrevivientes de las metrópolis de nuestros días, acaso unánime aventura de sacudirnos ante tanto despropósito y soledad.

Por eso, todos terminamos hipnotizados en la eterna lucha entre el amor y la muerte, entre el azar y el destino.

En las películas de Eliseo Subiela siempre aparecen mujeres-ángeles, ya sean etéreas como en No te mueras sin decirme dónde vas, o voluptuosas y carnales como en El lado oscuro del corazón.

En las películas de Eliseo Subiela sus personajes están atrapados por la nostalgia. Y se valen de los poemas como recurso para evocar un pasado mejor que nos marca para siempre y nunca terminamos de olvidar.

En las películas de Eliseo Subiela la poesía visual también está presente y nos convierte en cómplices de sus travesuras con aires post-modernos. Por eso preferimos jugar con él a ser los Peter Pan, multiplicados como en el milagro bíblico.

En las películas de Eliseo Subiela late desnuda esa intención de redimirnos por encima de nuestras limitantes y, a pesar de todos los pesares, celebrar la alegría de vivir.

Eliseo Subiela con su cine poético y filosófico, sentimental y postmoderno, nos habla a los corazones. Y es imposible no escuchar ese llamado.