martes, abril 24, 2007

Yuniol, lo nuevo de Alfonso Rodríguez.

Mucho me gustaría decir que Yuniol, la nueva propuesta cinematográfica de Alfonso Rodríguez, es una joya pero no puedo hacerlo por una razón muy simple: es una propuesta digna pero carente del toque final que nos deje satisfechos.
A propósito, el final (con todo y sus moralejas incluídas) es débil y eso lo sabe Alfonso Rodríguez: debió terminar con una suerte de acento concluyente para esta historia de nuestros días. Humilde sugerencia: se puede sustituir por completo el audio del reporte de noticias por los sub-títulos correspondientes a las fotos actuales de cada personaje. Así se evitaría el inútil esfuerzo de que sus protagonistas aparenten ser mayores.
Yuniol crea un nuevo registro en el cine dominicano: apuesta por la denuncia de los males que padecen los pobres de los barrios del país desde la visión de la gente joven con ganas de triunfar que debe salvar toda clase de obstáculos. Una perspectiva urbana y juvenil: un nuevo registro.
Rodríguez demuestra que es un director valiente y apuesta al talento joven (Frank Perozo, Shalim Ortíz, Hemky Madera y Sharlene Taulé) para que sobre ellos recaiga todo el peso dramático y eso siempre será un riesgo de cara a las probabilidades comerciales del filme y al respaldo que el público puede ofrecer. Explico: cuando no se tiene a un cómico como gancho para atraer más gente, cuando se ha renunciado a la típica comedia que llena las salas de cine, es porque se está claro acerca de las posibilidades de nuestro cine.
Sin renunciar a su carga de entrenimiento (no todo puede ser comedias), Yuniol es un paso de avance para que el público dominicano se acostumbre a la idea de que también se puede denunciar.
También Yuniol nos hace ver que el cine dominicano vive una etapa de madurez en los términos de su realización. Siempre habrá algún aspecto técnico que mejorar (cuestión de recursos) porque estamos muy mal acostumbrados a comparar las criollas a las superproducciones de Hollywood.
Ya hacemos cine con una correción más que apropiada en función de su inversión monetaria. Y sólo ese logro merece el respaldo de todos y todas.

lunes, abril 09, 2007

Claude Chabrol: maestro francés del suspenso.



(A Eric Cruz,
por su bondadoso obsequio de la Colección Chabrol,
permitiéndome la más cinéfila Semana Santa.)
En 1958 sucedió un milagro: los críticos de cine devinieron en realizadores. Por supuesto, esto sólo podía ocurrir en Francia.
En efecto, los redactores de la prestigiosa revista Cahiers du Cinema decidieron dejar a un lado sus protestas por la pésima calidad del cine francés y las cambiaron por propuestas.
Francois Truffaut, Jean-Luc Godard, Eric Rohmer, Jacques Rivette, Jacques Doniol-Valerose y Claude Chabrol, tomaron por asalto el escenario cinematográfico francés y regalaron al mundo el movimiento de La nueva ola.
El más prolífico de todos fue Claude Chabrol, quien se dio a conocer en 1957 con su tesis Hitchcock, escrita a cuatro manos con Eric Rohmer, y que se convirtió en el primer estudio sobre un director que era tratado como autor, convirtiéndolo de dotado artista del entretenimiento en genio cinematográfico.
A partir de la admiración por Hithcock, Chabrol construyó una obra que elevó de categoría el género del suspenso y promovió su aceptación por parte de los críticos.
Chabrol debutó con Le Beau Serge (1958), la primera película de La nueva ola, y gracias al éxito que consiguió, pudo fundar su productora y convertirse en el mecenas de sus compañeros de movimiento.
La crítico Pauline Kael precisó en su momento: “Chabrol usa la cámara como los escritores usan la pluma, y tiene la gracia y la fluidez de un maestro…Chabrol hace poemas tonales de temas sicológicos”.
Paradójicamente, a Chabrol no se le ha reconocido en la justa dimensión de su talento. Tampoco está justamente acreditado por la enorme influencia que ha ejercido en numerosos realizadores contemporáneos.
Chabrol estremeció a las audiencias de su tiempo. Ya sea con joyas del suspenso como: La Femme Infidéle (1969) o Que la béte Meure (1978), curiosamente ambas han sufrido sus remakes americanos; sino también con películas abiertamente polémicas como Les Biches (1968), que escandalizó a los hipócritas de Estados Unidos al presentar una relación lésbica, o Nada (1974), que se desarrolla en las movedizas arenas del terrorismo y la violencia política.
Una constante en las películas de Chabrol es su cuestionamiento al mundo y los valores de las élites sociales (La Rupture (1970), Les Innocents aux Mains Sales (1975), aunque también castigaba con su látigo implacable las incongruencias de muchos revolucionarios.
Claude Chabrol supo como nadie manejar sus elementos para que el espectador no permaneciera indiferente. Con su cine no es posible: nos sentimos arrastrados por la pasión que corroe sus personajes, nos sentimos violentados en nuestra intimidad, nos vemos empujados a participar de la acción, a comernos las uñas, vamos, a suspirar de alivio cuando nos premia con la última vuelta de tuerca.
Es indudable que la filmografía de Chabrol está poblada de una completa galería de extraordinarios personajes, propios o ajenos, que habitan en la complejidad temática y visual de su universo.
Toda una aventura.

martes, abril 03, 2007

Niños del hombre: el futuro de Alfonso Cuarón.

El 2006 fue el año más memorable de los últimos tiempos para los cineastas mexicanos. Al menos, Los tres mosqueteros del cine azteca lograron el reconocimiento de los públicos de todo el mundo: Alejandro González Iñárritu (Babel), Guillermo del Toro (El laberinto del fauno) y Alfonso Cuarón (Niños del hombre).
Alfonso Cuarón es el Tim Burton de México. Para que se entienda: es un magnífico creador de atmósferas, importantísimas cuando se trata de poner en escena una novela futurista como The Children of man (1992) de la escritora P.D. James.
Nueva vez, se nos presenta el futuro (no tan lejano: año 2027 para ser precisos) y la supervivencia de la especie humana está en peligro. En ese mundo patas arriba, las migraciones son reprimidas con violencia descomunal (bueno, no estamos muy lejos de eso en estos momentos) y las mujeres del mundo han quedado estériles sin que se sepa la causa del fenómeno.
Siempre que vemos al futuro, vemos un mundo que ha perdido toda esperanza. Bueno, la verdad es que cuando revisamos los diarios de nuestros días…
Lo importante de la película de Cuarón son los logros alcanzados en la puesta en escena. Una película como Hijos del hombre implica que los personajes están, dramáticamente hablando, supeditados al ambiente. Crear esa atmósfera de futuro decadente con tanta precisión implica algo más que llenar un set de escombros. También se necesita una percepción muy clara del oscuro mundo que se quiere describir.
Cuarón puede ufanarse de varias impactantes escenas de acción con un nivel de realización que habla de su excelente dominio de los postulados cinematográficos.
Cuarón logra un adecuado desempeño de su elenco: Clive Owen, Julianne Moore y Michael Caine.
El futuro de Cuarón es un puesto definitivo en el mercado internacional de las grandes producciones.
Con Hijos del hombre, para nuestra satisfacción, también deja sentir su pulso de director de cine, su talento como autor.

martes, marzo 20, 2007

Babel: inventario de ausencias, pérdidas e intolerancia.

Desde el primer momento, el tándem Alejandro González-Iñárritu (director) y Guillermo Arriaga (guionista) me deslumbró por su extraordinaria capacidad para crear películas corales, es decir, varias historias que se nos cuentan paralelamente y que, en algún momento, se mezclan.
En 10 años de fructífera colaboración nos regalaron la llamada Trilogía del dolor: Amores perros (2001), 21 gramos (2003) y Babel (2006). Su pública ruptura, creánme, es material para otra crónica.
De estas películas podemos extraer varias constantes del ejercicio fílmico de González Iñárritu. Hay que destacar su excelente manejo de los actores profesionales: Gael García Bernal, Emilio Echevarría, Goya Toledo y Vanessa Bauche (Amores perros), Naomi Watts, Benicio del Toro y Sean Penn (21 gramos) y Rinko Kikuchi, Adriana Barraza, Cate Blanchet y Brad Pitt (Babel), así como de los que no tienen formación actoral.
Sus películas hablan de temas universales. Babel, por ejemplo, me parece que pone el acento en la intolerancia y la incomprensión del mundo de hoy.
Las familias de Babel, vistas como unidad básica de la sociedad y centro de la tensión dramática, están afectadas por una ausencia y/o una pérdida.
El matrimonio (americano) de Richard y Susan (Brat Pitt y Cate Blanchet) no ha enfrentado con valentía la pérdida de Sam, una ausencia por muerte súbita que causa total desequilibrio en su vida de pareja.
La familia (japonesa) de Chieko y Jasujiro (Rinko Kikuchi y Koji Yakusho) no mantiene buena comunicación desde el suicidio de la madre, lo que provoca una brecha generacional casi insalvable. La perspectiva de adolescente incomprendida de Chieko se agrava por su condición de sorda. Lanzada en frenética búsqueda de un macho que le disipe su problema de soledad encontrará el rechazo como única respuesta.
La relación de los hermanitos Yussef y Ahmed se verá afectada para siempre, a raíz de la adquisición de un arma de fuego en la familia Marroquí.
También están Amelia y Santiago (Adriana Barraza y Gael García Bernal), los mexicanos de la película, a quienes las patrullas fronterizas de Estados Unidos… Bueno, ya sabemos de lo que son capaces.
Pero se respira intolerancia en todas partes, nadie escucha estos personajes y tal parecen condenados a purgar sus errores con dolor, con sangre, con lágrimas.
A falta de una mejor descripción, quiero destacar el momento Almodóvar de Babel, cuando su director nos re-descubre Tú me acostumbraste, inmortal bolero de Frank Domínguez, como contrapunto a la acción del momento.
En definitiva, una formidable película coral que nos demuestra que el mundo es un pañuelo y que la auténtica maldición divina en la torre de Babel no fue la invención de los idiomas, sino de la política.

lunes, marzo 12, 2007

Clásicos del Cine: Taxi Driver


(Con el Academy Award para Martin Scorsese me ha dado por revisar la filmografía del Maestro. Menuda tarea cuando se trata de uno de los nombres esenciales del cine mundial.)
Warner Brothers sólo estaba dispuesta a aportar unos insuficientes 750,000 dólares del presupuesto inicial de unos $1.9 millones para Taxi Driver. Ante eso, a pesar del esfuerzo de alterar el guión para bajar del millón de dólares y disminuir su violencia, hubo que buscar otro socio para el proyecto.
Fue gracias a la intervención de otro de los amigos de Scorsese, Steven Spielberg, como la Columbia Pictures entró en el asunto, aportando dos millones de dólares que fueron los que permitieron cubrir un costo más alto del previsto al principio.
El guión de Taxi Driver tuvo su primera versión en 1972, bajo el impacto de una seria crisis personal de Paul Schrader, motivada por la doble ruptura con su esposa y su amante, que le hizo declarar que había caído “en un estado de psicosis maníaco-depresiva”. Pero la chispa concreta que ayudó a dar forma al texto fue el atentado al gobernador George Wallace y la canción Taxi Driver de Harry Chapin.
A pesar de que Robert DeNiro ya se cotizaba en medio millón por película, su interés por el filme le hizo aceptar los míseros $35,000 dólares ofrecidos, sin que esto significase emplearse con menos entusiasmo, el mismo que le hizo adelgazar 50 libras e irse al zoológico a estudiar el comportamiento de los lobos, tras convenir con Scorsese que este animal era el más parecido al personaje de Travis…
Taxi Driver fue presentada en el Festival de Cannes de 1976, obteniendo la Palma de Oro.
La película fue seleccionada entre las 10 mejores del año por la National Society of Film Critics. Fue nominada a 4 Oscars: Mejor Película, Mejor Actor (Robert De Niro), Mejor Actriz de Reparto (Jodie Foster) y Mejor Música (Bernard Hermann).
Cuando Jodie Foster fue nominada, a pesar de la polémica generada por su presencia en la película, Scorsese recibió una carta anónima que, entre otras cosas, decía: “Si Jodie Foster recibe un Oscar por lo que tú le has hecho hacer, pagarás por ello con tu vida. Esto no es una broma”.
El destino quiso también que Taxi Driver estuviera en el origen del atentado que John Hinckley le hiciera a Ronald Reagan, alegando su obsesión por Jodie Foster.
Definir una película como el cruce de John Ford y Robert Bresson puede parecer una temeridad y, sin embargo, nadie duda que detrás de Taxi Driver están: The Searchers (1956, John Ford) y la gran influencia del cineasta francés sobre el guionista y el director.
Taxi Driver es una de las películas clave de la década de los 70 en Hollywood, hasta el punto que Travis Bickle, su héroe (¿o anti-héroe?), se convirtió en uno de los íconos más admirados de esa década. Se ha dicho que sería difícil encontrar una imagen más elocuente, vívida y trágica de una época, del hombre moderno en crisis que el confuso Travis Bickle al volante de su taxi, recorriendo el laberinto de la cárcel en busca de una imposible salida en un tenso vía crucis que sólo puede terminar sangrientamente.
Travis Bickle encarna la desilusión de una sociedad, la megalópolis neuyorquina en los tiempos del desencanto, posteriores a casi todo: las comunas del “haz la paz y no la guerra”, a los grandes asesinatos políticos de la década maravillosa (Los Kennedy, Martin Luther King, Malcom X), a la reivindicación del orgullo negro y la igualdad de derechos, a la derrota en la pesadilla de Vietnam…
Bickle está constantemente rodeado de gente y, sin embargo, no tiene amigos. Es símbolo absoluto de la soledad humana. La película trata de un taxi como vehículo de soledad urbana, un ataúd de metal. El propio personaje nos dice: “La soledad me ha seguido toda mi vida: en los bares y los autos, sobre las aceras, en todas partes. No hay salida. Soy el solitario de Dios”.
La película usa como referente la mirada de un sicótico. Por eso la importancia del primerísimo plano con que inicia el filme: los ojos de Bickle que observa vigilante todo a su alrededor. De ahí la imagen fantasmagórica de una ciudad gris y oscura sólo cruzada por las llamaradas de color del tránsito. Desde el primer momento estamos instalados en el eje de la psicosis.
Taxi Driver es una película que se conecta con la neurosis de su tiempo en mayor medida que ninguna otra en la historia del cine.

miércoles, marzo 07, 2007

Hollywoodland: misterio y muerte detrás de cámara.

El 16 de junio de 1959 fue encontrado el cadáver de George Reeves, actor de poca monta que tuvo el infortunio de ser encasillado por ser el primero en interpretar a Superman, en la primera temporada de lo que se suponía sería un total fracaso como serie de televisión.
El de Reeves es uno de los casos de muerte nunca resueltos del todo en el misterioso Hollywood y le permite al director Allen Coulter reconstruir los eventos con una de las mejores muestras de cine negro de los últimos meses.
Pero no podemos engañarnos, Hollywoodland no es una simple película-debut para Coulter: él tiene una amplia experiencia en series como Sexo en la ciudad y Los Soprano.
Valioso consejo de Jack El Destripador: vayamos por partes.
Toda película de Cine Negro debe tener una serie de elementos presentes para logra una buena receta:
a) Una femme fatale, claroscuro objeto de nuestro deseo. Como Poison Ivy, si pruebas sus besos, estás perdido sin remedio. En el caso que nos ocupa, Toni Mannix (Diane Lane) es esa mujer araña que devora lo que más adora y siembra insatisfacción por donde pasa.
b) Un asesinato o un gran robo y varios sospechosos de haberlo cometido. En Hollywoodland se barajan varias opciones: Eddie Mannix (Bob Hoskins) encarga la muerte del actor, Leonore Lemmon (Robin Tunney) es la amante celosa que lo despacha al más allá o el propio George Reeves (excelente Ben Affleck) se suicida para salir de su pantanosa vida.
c) Un detective (Louis Simo, interpretado por Adrien Brody) con graves problemas personales, que siempre se involucra más de lo que debe.
d) Una pasión prohibida que desencadena uno o varios asesinatos.
e) Una pena de amor que no se ahoga con alcohol ni bachatas (el primero resulta insuficiente y las segundas no son admitidas por la administración).

Además, en Hollywoodland, como buena película de cine negro, el guión parte de alguna tesis por demostrar e incluye una que otra intriga para complicar la trama para brindarnos un final que nos deja con la vaga satisfacción de interpretarlo a nuestro antojo y sin apelación, como la vida, único ensayo de la existencia.

jueves, marzo 01, 2007

¿La última pelea de Rocky Balbosaurio?

En 1976, Sylvester Stallone, un tipo con tan poco talento que se inició en el negocio haciendo películas porno, convirtió sus profundas limitaciones histriónicas en oro cuando escribió el libreto para Rocky (John Avildsen la dirigió). Stallone contaba entonces con 30 años de edad y el rostro más inexpresivo del mundo.

Pero el destino es caprichoso y Rocky se convirtió en un éxito de taquilla que dió paso a toda una saga: Rocky II (1979), Rocky III (1982), Rocky IV (1985) y Rocky V (1990, dirigida otra vez por Avildsen) que algunos incautos creyeron sería la última.

El boxeo es el único deporte que ha tenido cierto éxito en Hollywoodlandia. Y con el éxito de Stallone llegaron aún más títulos: Mathilda (1978, Daniel Mann), El campeón (1979, Franco Zeffirelli), Combate de fondo (1979, Howard Zieff), la extraordinaria El toro salvaje (1980, Martin Scorsese) y Cuerpo y alma (1981, George Bowers), entre otras.

En los últimos años, varios filmes con el deporte de las narices chatas como telón de fondo han resultado agradables: Huracán Carter (1999, Norman Jewison), Play it to the Bone (1999, Ron Shelton), Girlfight (2000, Karyn Kusama), Ali (2001, Michael Mann), The Million Dollar Baby (2004, Clint Eastwood), Against the Ropes (2004, Charles Dutton), Cinderella Man (2005, Ron Howard), por sólo mencionar las más importantes.

Cuando leí que Stallone tenía planes de rodar una nueva Rocky, pensé que se trataba de una broma. Sly tiene 60 años y el rostro más inexpresivo del planeta. ¿Cómo es posible? ¿Cómo es posible que nadie lo detenga a tiempo en su infinita vocación de hacer el ridículo?

lunes, febrero 19, 2007

Premios de la Academia: infiltrados en la Babel, una Reina y el último Rey

Todo aquel que ejerce públicamente el triste oficio de la crítica de cine, tiene para estas fechas un compromiso ineludible: la entrega del Premio de la Academia de Hollywood (así es como quieren que llamen al Oscar).
La primera actitud era despotricar contra esa premiación porque, en varias ocasiones, las que se consideraban las mejores producciones del año ni siquiera estaban nominadas. Con mucho veneno, quien suscribe siempre esgrimía amenazante la larga lista de nombres fundamentales del cine (por ejemplo, Charles Chaplin) que nunca ganaron el Oscar.
Al cabo de los años (y mucha rabia consumida) he evolucionado a un estado de Deja Vu (por favor, no me recuerden el clavo con ese título): si es una fiesta del (negocio del) cine, gocemos la fiesta.
El Oscar es cada vez más predecible. A pesar de que en la entrega del pasado año, la Academia de Hollywood, en un gesto ultraconservador, sorprendió prefiriendo la excelente Crash a la gran favorita Brokeback Mountain.
Se hacen pronósticos de todo tipo. Se tejen conjeturas. También se hacen apuestas (sobre todo en Las Vegas).
Siempre que hablo de este premio puntualizo mucho su naturaleza: el Oscar es un premio gremial, es decir, lo entregan los artistas directamente vinculados al mundo del cine: actores, actrices, directores, técnicos y un largo etcétera.
Por eso, hay que ver el Oscar como la culminación de un formidable proceso de mercadotecnia (incluidas costosas campañas de promoción y mucho cabildeo) y no necesariamente el reconocimiento a lo mejor del año.
Así, mis pronósticos siempre han girado en torno a lo que creo que va a ganar y no lo que quisiera que ganara.
Mejor Actor y Actriz de Reparto: Eddie Murphy y Jennifer Hudson, ambos por Dreamgirls, la película con mayor número de nominaciones, pero dejada fuera de las categorías más importantes.
Mejor Actor: Forrest Whitaker por The Last King of Scotland.
Mejor Actriz: Helen Mirren por The Queen. Ella ha Ganado todos los premios entregados hasta la fecha.
Mejor Director: Martin Scorsese por Infiltrados. POR FIN, Maestro.
Mejor Película Animada: Cars.
Mejor Película: Babel, aunque quisiéramos equivocarnos y que sea seleccionada Pequeña Miss Sunshine, esa joyita del cine independiente que vuelve a demostrar que talento puede más que dinero.
De cualquier forma, el próximo domingo 25 de febrero, se celebra la fiesta más glamorosa del cine mundial, la entrega del Premio de la Academia, y la ocasión es propicia para brindar por el arte de nuestras pasiones.

miércoles, enero 31, 2007

Las divertidas aventuras de un Sanky Panky

Lo peor que se puede decir de Sanky Panky es que funciona como excusa argumental para el lucimiento del catálogo de cantantes de la empresa productora.
Lo mejor que se puede decir de Sanky Panky es que entretiene: en efecto, el público ríe durante la proyección y ese es el primer objetivo de cualquier comedia.
Lo mejor que puede aportar Sanky Panky al cine dominicano es reconciliar las expectativas del público (el soberano, el que compra la taquilla) con las producciones criollas, relación muy maltrecha después que el pasado año se sentara un insólito precedente de fracasos. Es necesario sintonizar con lo que el público está dispuesto a consumir.
Sanky Panky se sirve de lo más seguro: comediantes más o menos conocidos en la televisión, cantantes populares y una gringa confundida, todos enmarcados en el paradisíaco escenario natural del este del país, resaltado por la excelente fotografía de Elías Acosta.
A medio camino entre la colección de videoclips y el infocomercial de una cadena de hoteles, Sanky Panky logra su cometido: el público la pasa muy bien.
El elenco hace un poco más de lo mismo que hace en la televisión y, en el caso de Tony Pascual, sobreactúa, atropella los diálogos, termina robándose escenas. Brilla con luz intermitente Alina Vargas: tiene futuro en la actuación. Si tan sólo renunciara mínimamente a sus magníficos atributos físicos, que los tiene.
José Enrique Pintor ya mostró credenciales en el drama social con La cárcel de La Victoria (2004) y con Sanky Panky, se confirma como realizador exitoso. Aunque, de vez en cuando, cometa el desliz de permitir que su Sanky Panky entre en crisis existencial y cuestione su mundo, cualidad muy fuera del rango de su personaje y del alcance del comediante Fausto Mata.
Pero, por encima de sus deficiencias, Sanky Panky merece el apoyo de todos: es otro peldaño en el camino que nos conducirá a un auténtico cine dominicano.

martes, enero 23, 2007

Pequeña Miss Sunshine: América es una niña que sueña


“Hay dos clases de personas en el mundo: los ganadores y los perdedores. Los ganadores son los que no se dan por vencido”. Con estas sabias palabras inicia Pequeña Miss Sunshine, película dirigida por Jonathan Dayton y Valerie Faris, que deslumbró la audiencia del Festival del Sundance 2006, ha conseguido su nominación al Oscar y acaba de ser proclamada Película del Año por la PGA (Producers Guild of America).
Me gusta el llamado Cine Independiente de USA. Ese cine hecho al margen de los obscenos presupuestos de Hollywood, pero también al margen de la limitante visión de los magnates cinematográficos, de la mutilación impuesta a las ideas muy atrevidas y hasta de los caprichos de las superestrellas.
Pequeña Miss Sunshine es un perfecto ejemplo de lo que es una road movie, una película de carreteras.
En los mejores títulos del género, siempre se trata de dos viajes: los personajes realizan un viaje físico: para el caso desde New México hasta California, unos 1,300 kilómetros. Pero también hay un viaje interior de los personajes, quienes evolucionan hacia nuevos estadios de conciencia con respecto a quiénes son o cuáles son sus posibilidades de triunfo.
A la definición de sus personalidades contribuyen notablemente los obstáculos que encuentran en el camino de liberación de sus demonios particulares.
La dosis de humor negro que contiene Pequeña Miss Sunshine permite, no sólo el análisis crítico de varias abstractas instituciones americanas (el éxito profesional, los concursos de belleza, la preparación intelectual), sino también el cuestionamiento de la familia disfuncional que guarda las apariencias.
Todos estos aciertos se ven coronados por un extraordinario elenco conformado por: Grez Kinnear, Toni Collette, Steve Carell, Paul Dano, Alan Arkin y la niña sensación Abigail Breslin, quien, merecidamente ya obtuvo el Premio de la Crítica como Actriz Revelación.
De seguro, Pequeña Miss Sunshine figurará entre los mejores estrenos del 2007 en Dominicana.

viernes, enero 12, 2007

Rompiendo el hielo con Happy Feet

Siempre he sostenido la tesis de que los dibujos animados en realidad están pensados para el disfrute de los adultos. Desde la época del Disney añorado, pasando por el renacimiento de la Factoría con el lanzamiento de La Sirenita (1989) hasta los nuevos tiempos de la animación por computadoras que, contrario a lo que pensaron algunos, ha revitalizado el género de la animación y conseguido los nuevos adeptos que le hacían falta.
Las nuevas producciones de dibujos animados son un caso excepcional de mercadotecnia: a pesar de que insisten en destacar elementos de atractivo para los más viejitos, gustan a los no viejitos y varias se han convertido en auténticos éxitos de taquilla, hasta el punto que han transformado el monto de las inversiones que se hacen para lograr un largometraje generado por computadora. Imagínense sólo lo invertido en el elenco que presta las voces: Nicole Kidman, Robin Williams, Hugh Hackman, Elijah Wood, Brittany Murphy y Hugo Weaving, todos bajo el amable látigo de George Miller.
Pongo por ejemplo Happy Feet, refrescante estreno de inicios de año que, al momento de escribir esta nota, lleva unos $ 179 en la taquilla de E.E.U.U. y cuya base musical se alimenta de temas de Queen y Chicago, todos ajenos (y suponía que desconocidos) para los menores de 15 años. Para mi sorpresa, escuché un coro de voces infantiles en la sala cantar al compás de Please, don’t go.
Hace unos años me sorprendió el éxito de Shrek 2 (2004) por la abundante cantidad de referencias cinematográficas que contenía (que uno supone se presta para el disfrute de los cinéfilos de larga data) y como era disfrutada por los niños.
Y no todo es pura mercadotecnia: ví hace más de un año el teaser de Happy Feet al inicio del excelente documental La marcha de los pingüinos. También hay mucho ingenio y mucho humor contenido en este filme, al margen de que también nos reconcilia con los musicales de antaño.
Precisamente, Happy Feet viene a ser una combinación de La marcha con Moulin Rouge (no es casual la presencia de Nicole Kidman en el elenco). Del primero toma la base central de la narración, es decir, el proceso evolutivo del Pingüino Emperador; y del segundo, el excelente uso de éxitos del cancionero popular de los años 80, integrados al proceso narrativo.
El resultado no puede ser más agradable, mensaje ecológico incluído.
Si ha perdido el contacto con su niño interior, este es el momento para reanudar esa siempre saludable relación. Si sigue siendo un niño, ya seguramente vió Happy Feet y sólo espera la feliz oportunidad de repetirla, porque hasta repetición merece.

martes, enero 02, 2007

Lo mejor del 2006 en Santiago

La verdad es que, en términos cinematográficos, el pasado 2006 fue un año bastante flojo para Santiago. Tanto en la cantidad como en la calidad de las películas estrenadas.
No recuerdo la última vez que la película ganadora del Oscar (con todo el potencial comercial que tiene) no fuera estrenada en los cines de la ciudad. En efecto, Crash sólo pudo verse gracias a las tiendas de alquiler. Pero lo mismo pasó con Brokeback Mountain y Capote, que también disfrutaron de muchísima publicidad porque eran candidatas al Premio de la Academia.
El cine dominicano presentó 5 títulos: Un macho de mujer, Lilís, Viajeros, La tragedia Llenas y El sistema. De ellas sólo la primera contó con el respaldo del público. También fue estrenada con muy poca promoción Ruido, dirigida por el dominicano César Rodríguez.
Así las cosas, nos queda muy limitado el campo para seleccionar los mejores estrenos del 2006.
Creo que la mejor película presentada en Santiago fue Volver, la joya más reciente del español Pedro Almodóvar, con una actuación extraordinaria de Penélope Cruz.
Todavía en cartelera, pueden disfrutar de Infiltrados, el nuevo filme del Maestro Martin Scorsese, un filme que, pronosticamos, se llevará varios de los premios de la temporada. Y ya va siendo hora de que el Oscar se honre cayendo en las manos de Scorsese.
Otros estrenos que merecen considerarse entre los mejores son: La marcha de los pingüinos, el extraordinario documental de Luc Jacquet; Munich, filme dirigido por un cada vez más visceral Steven Spielberg; En la cuerda floja, biografía de Johnny Cash dirigida por James Mangold y El jardinero fiel, del brasileño Fernando Meirelles.
Más recientemente vimos a: Asesino a sueldo, fina obra artesanal de Paul McGuigan; United 93, eficiente filme de Paul Greengrass que también recibirá mucha atención en los próximos días; y Crónica de una fuga, película del uruguayo Adrián Caetano.
También es justo mencionar a: Syriana de Stephen Gaghan, La señora Henderson presenta de Stephen Frears y Lady in water de M. Night Shymalan.
Si me lo preguntan, sigo contestando que ser crítico de cine es uno de los oficios más tristes del mundo.

jueves, diciembre 28, 2006

Craig, Daniel Craig es el nuevo James Bond



Al inicio, pensé que me había equivocado de película y había entrado a El hombre araña. Al final pensé que estaba viendo Titanic. En algún momento, el famoso (y remozado) tema musical de John Barry me trajo de vuelta al mundo del super agente más famoso del cine: James Bond.
La película Casino Royale, dirigida por Martin Campbell, un veterano de la serie del agente 007, es la carta de presentación para Craig, Daniel Craig.
Daniel Craig es el primer actor menor de 40 años en encarnar a Bond, desde que George Lazenby lo hizo en Al servicio secreto de su majestad (1969). Es el sexto en la lista de actores que se han puesto este esmoquin: el primero (y el mejor) Sean Connery, al que siguieron Roger Moore, Timothy Dalton y Pierce Brosnan.
Martin Campbell tiene el mérito de haber rejuvenecido la franquicia de James Bond cuando dirigió GoldenEye (1995), filme que recaudó más de $350 millones en taquilla. Al momento de escribir esta nota, Casino Royale tiene $140 millones y va por buen camino porque los cinéfilos de USA la han elegido “la mejor película de acción del año”.
Casino Royale es el título de la primera novela de Ian Flemming sobre el personaje James Bond, y ciertamente, no será la última de sus películas. Curiosamente, es también el título de una parodia a la novela que realizaran John Huston y Ken Hughes en 1967. Ahí descubrí a Woody Allen, mi genio favorito.
Esta nueva versión sirve para que los fanáticos de todo el mundo renueven sus simpatías con el personaje y para que la generación Y se interese en él (nótese la juventud de Eva Green, la nueva chica Bond). En más de un sentido, Casino Royale es una vuelta a las raíces de James Bond.
Y, por supuesto, también cometen una que otra temeridad: no sólo nos presentan al agente 007 con una (casi insoportable) carga de arrogancia de machista autosuficiente, abandonando todo el rastro del charm de los últimos años, sino que sale del mar como Ursula Andrews en Dr. No (1962).

jueves, diciembre 14, 2006

Infiltrados, lo nuevo del Maestro Martin Scorsese


Cada película de Martin Scorsese es una radiografía del lado oscuro del alma americana, esa alma que rebosa de violencia apenas contenida, esa alma que sufre los embates del más profundo complejo de culpa, esa alma que no termina de redimir sus penas con los axiomas de la religión, ni con las píldoras de Freud.
Martin Scorsese es, sin duda, el director de cine contemporáneo que más conoce de cine clásico, que ha bebido de la fuente de los grandes maestros para conformar una personalidad propia, única en el panorama de Estados Unidos. Pongo por ejemplo su formidable uso del recurso de la vuelta de tuerca para el desenlace de Infiltrados. Es por eso que merece el calificativo de Maestro.
Uno de los aspectos que más llama la atención en el cine de Scorsese es la vulnerabilidad del carácter de sus personajes, siempre atribulados por su pasado, siempre en el inconcluso proceso de purificación de sus pecados, esa pesada carga que todos llevamos colgada del cuello y nos arrastra al abismo.
El cine de Scorsese nos redescubre la realidad que se esconde detrás de las apariencias y nos pone de frente a la brutalidad de los sueños truncos, de la imposibilidad de superarnos de nuestras limitantes, ese círculo vicioso en que el destino nos encierra desde antes del pecado original.
El cine de Scorsese no es una panacea, no ofrece respuestas, sólo cuestiona. Cuestiona hasta nuestra escala de valores morales, éticos, religiosos y nos deja sumidos, como sus personajes, en el vértigo de la confusión, empapados en lágrimas y sangre, desgarrados, derrotados por las ganas de caer.
No quiero dejar de mencionar uno de los mejores aciertos de la película: el extraordinario reparto de bad boys (y una chica confundida, por supuesto): Mark Wahlberg, Matt Damon, Martin Sheen, Alec Baldwin, Leonardo DiCaprio y el mismísimo fundador del concepto: Jack Nicholson. Sólo faltó Robert De Niro, ¿dónde estabas, Bobby?.
Por cierto, Infiltrados pasará a la historia como el filme en que Nicholson entregó el cetro de chico malo a su más digno heredero: Leonardo DiCaprio, así como en El Padrino, Marlon Brando abdicaba el trono a favor de Al Pacino.

miércoles, diciembre 06, 2006

El excelente Asesino a sueldo de Paul McGuigan


Una buena película de acción y suspenso es aquella que nos propone una historia interactiva, es decir, usted debe permanecer a la caza de pistas luego de pagar por la boleta de entrada, elaborar toda una serie de teorías que explican el comportamiento de los personajes o la ocurrencia de algunos hechos y, finalmente, descubrir que está completamente equivocado.
Si un director logra convencerlo de su lógica ridícula, entonces estamos frente a un buen libreto. Insisto, el guión, la forma en que se nos cuenta una película es fundamental a la hora de calificar su calidad narrativa. Asesino a sueldo, dirigida por Paul McGuidan es una excelente muestra.
Algunos entendidos han ligado el estilo de McGuigan en esta película con el de Quentin Tarantino. Creo que le debe mucho más a Guy Ritchie. Al menos, al Guy Ritchie de Lock, Stock and Two Smoking Barrels y Snatch, el Guy Ritchie ingenioso, el de antes que Madonna le succionara los sesos.
Al margen de que plantea más de una curiosidad cinematográfica, verbigracia, las referencias a James Bond. A propósito: es una broma muy pesada esa de que Timothy Dalton es el mejor Bond. Incluso, evidencia la fragilidad de la relación en que están los amantes que coinciden en ese punto.
También se hace referencia a North by Northwest (1959). Curiosamente, este clásico de Alfred Hitchcock se trata de un ejecutivo de publicidad (encarnado por Cary Grant) que es confundido como espía y es ayudado por una bella rubia (encarnada por Eva Marie Saint, ese difícil nombre de recordar)… algo parecido ocurre con nuestro Slevin.
Para los que no les importe mucho las referencias cinematográficas, disfruten de las más que aceptables actuaciones de Josh Harnett (quien fue compañero de habitación del director, cuando ambos eran indocumentados y soñadores y ya le protagonizó Wicker Park), Bruce Willis y Luci Liu.
No se la pierdan. Asesino a sueldo es uno de los mejores estrenos del 2006.

lunes, diciembre 04, 2006

Premios Europeos de Cine 2006


Pedro Almodóvar ha obtenido el premio al mejor director 2006 de la Academia del Cine Europeo por la película 'Volver'. Penélope Cruz ha recibido el galardón a la mejor actriz por su trabajo en el mismo filme, que además ha ganado el premio que concede el público. "Dedico este premio a las maravillosas actrices de mi película", dijo Almodóvar al recoger su galardón, arropado por la espléndida sonrisa desde la sala de Cruz, quien acaparó los flashes de los reporteros desde que compareció sobre la alfombra roja.Asimismo, Alberto Iglesias ha sido distinguido como mejor compositor del año y José Luis Alcaine como mejor director de fotografía, ambos también por su trabajo en 'Volver'. En cuanto al premio más importante, el de mejor película 2006, ha recaído en la cinta alemana 'Das Leben der Anderen', de Florian Henckel von Donnersmarck. 'Volver' aspiraba a seis de las 15 distinciones de la Academia: mejor película, mejor actriz -Cruz-, mejor director y mejor guión -Pedro Almodóvar-, mejor compositor -Alberto Iglesias- y mejor director de fotografía -José Luis Alcaine-. 18 años después de que 'Mujeres al borde de un ataque de nervios' se llevara el premio al cine "joven", en la primera edición de los premios de 1988, Almodóvar desfiló con parte de su equipo, incluida Penélope Cruz, entre los ilustres invitados de la gala, que este año se ha celebrado en Varsovia.

lunes, noviembre 27, 2006

Robert Altman por Robert Altman


(Comparto con todos un escrito del propio Robert Altman. Un Maestro del Cine y de la Palabra)

Nunca supe lo que quería filmar, excepto que era algo que no había visto antes.
Las palabras no te dicen lo que la gente está pensando. Rara vez usamos palabras para decir algo realmente. Usamos las palabras para vender algo o para convencer a la gente o hacer que nos admiren. Es todo un disfraz... Es todo ocultamiento, un lenguaje secreto.
La sabiduría y el amor no tienen nada que ver uno con otro. La sabiduría es permanecer vivo, la supervivencia. Uno es sabio si no mete los dedos en el enchufe. El amor: uno mete los dedos en cualquier cosa.
Me encanta pescar. Uno arroja esa línea al agua y no sabe qué hay en el otro extremo. Tu imaginación está allí abajo.
La peor trampa en la que uno puede caer es empezar a imitarse a uno mismo.
Ha habido unas pocas veces en las que he pensado: "Dios, no creo que haya una verdadera salida a esto; simplemente hay que terminarlo y salir con dignidad".
Me encantan los dramas radiales. Cada persona de la audiencia tenía su propia imagen. Cuando la puerta chirriaba, cada cual tenía su propia puerta.
Cuando alguien pide un consejo, lo que realmente está pidiendo es ayuda.
Te voy a dar el mismo consejo que les doy a mis hijos: nunca aceptes el consejo de nadie.
Uno no puede saberlo todo. El tiempo no alcanza.
Fui piloto. Volé un B-24 en el Pacífico Sur. Hice cuarenta y seis misiones, o algo así. Nos dispararon muchas veces. Era bastante temible, pero uno es tan joven... Yo tenía 19, 20. Y era todo por las chicas.
El jazz ha perdurado porque no tiene principio ni final. Es un momento.
Las primeras películas que vi me hacían sentir que no eran tan sólo películas. Recuerdo la tarde, tras la guerra, en que fui a ver solo Breve encuentro, de David Lean. Y recuerdo estar pensando: "¿Por qué estoy viendo esta película tonta? Ella no es muy linda. ¡Dios! ¡Los zapatos!". Pero veinte minutos más tarde estaba ahí sentado, con lágrimas rodando por mis mejillas y enamorado de Celia Johnson, esta chica con los zapatos sensibles...
Cada nueva película es una experiencia enteramente nueva, estoy haciendo un nuevo bebé. Y uno tiende a amar más a sus hijos menos exitosos. Dígame cuál de mis películas le gusta menos, y yo probablemente le diré que ése es el film que más me gusta.
Amo a los actores porque no entiendo cómo es que pueden hacer lo que hacen, no entiendo el proceso. Siempre me asombra; creo que son criaturas increíbles. Yo no podría pronunciar una frase ni aunque tuviera ocho semanas de ensayo, me paralizaría. Pero el cine es un medio de los actores; ellos son los que se paran ahí, desnudos. No yo. Hablamos sobre los guionistas y los directores, pero no es correcto.
Nunca armo el reparto de una película como lo hacen los estudios. Ellos toman a dos personas que se odian mutuamente, y les pagan suficiente dinero para juntarlas. Pero en verdad nunca se relacionan entre ellas. Yo no tengo tanto dinero. Así que los actores con los que trabajo quieren hacerlo. Para eso se han convertido en actores originariamente: para crear. Y yo les permito hacerlo. Les digo: creen, muéstrenme lo que pueden hacer.
En una época había hecho seis o siete películas y estaba muy orgulloso porque creía que ninguno de esos filmes se parecían entre ellos, que eran diferentes, que no me repetía y que no había manera de saber de quién eran esos filmes salvo porque mi nombre aparecía en pantalla. Pero luego, diez, doce películas más y ya pensaba: son todos capítulos del mismo libro, uno realmente no puede escapar ni evitar dejar sus huellas por todos lados.
He vuelto a ver MASH y Nashville hace poco, y todavía creo que están muy bien. Así que no he mejorado en nada. No voy a mejorar. Me he vuelto más fluido, más eficiente, aprendí a hacer las cosas y a lograr lo que quiero con menos esfuerzo. Pero ahí también hay un gran riesgo: si uno se vuelve menos esforzado, pierde el arte.
Los premios y las estatuillas sirven como credenciales. Pero es como todo lo demás; duran tanto como un beso.
Es muy raro. Estamos dispuestos a aceptar cualquier cosa, absolutamente cualquier cosa en la vida real. Pero les exigimos orden a nuestras fantasías. En lugar de seguirles el juego y decir, sí, así es, es una fantasía y no tiene sentido. Una vez que uno consigue interpretarla, puede que sea más satisfactoria, pero es menos divertida.
Las palabras que eligen los periodistas pueden no dar una imagen verdadera del individuo. Por eso no doy demasiadas entrevistas: temo empezar a escucharme a mí mismo hablar. Me pregunto cuánto habrá de mentira en la entrevista, porque no tengo nada que decir acerca de nada. No me interesa analizarme. Lo estoy haciendo ahora mismo y lo considero muy peligroso para un artista.
Altman significa "viejo" en alemán. Y aquí estoy, me he convertido en un Altman. Siempre supe que sería de esta manera, que uno no puede volver el tiempo atrás, soy realista, pero la realidad de todas maneras no tiene por qué gustarme. Cuando quiero alegrarme, recuerdo la canción de Peggy Lee, "Es eso todo lo que hay". Así es la vida, no tiene nada de particular. Tan sólo algo que ocurre.
No sé si escribiría mi autobiografía. No estoy seguro de que mi versión vaya a ser la correcta.

martes, noviembre 21, 2006

Robert Altman: Un Maestro del Cine


El director de cine estadounidense Robert Altman, autor de obras como 'M.A.S.H' y 'El juego de Hollywood', murió el lunes a los 81 años, confirmó este martes su productora a la AFP.
"Bob murió anoche (lunes)", indicó un portavoz de su productora Sandcastle 5 sin dar más detalles de la muerte del cineasta, que según la cadena CNN falleció en un hospital de Los Ángeles. Por el momento se desconocen las causas de su muerte.
Nacido en Kansas City (centro de EEUU) en 1925, siguió en su juventud una temprana vocación militar, entró en una academia militar y se convirtió en piloto de bombarderos en 1945. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, escribió para varias revistas y cadenas de radio antes de entrar en una productora de cine independiente, medio en el que permanecería el resto de su vida.
Robert Altman, quien este año había recibido el Oscar por su larga trayectoria artística, se caracterizó por marcar su carrera con una visión cínica de la sociedad. "He sido muy afortunado en mi carrera ya que nunca tuve que dirigir una película que no escogí", dijo Altman visiblemente emocionado al recibir este Oscar 2006, el cual dedicó a su esposa.
En sus 55 años de trayectoria, la Academia de las Ciencias y las Artes Cinematográficas lo nominó cinco veces como Mejor Director por 'M*A*S*H' (1970), 'Nashville' (1975), 'El juego de Hollywood' (1992), 'Vidas cruzadas' (1993) y 'Gosford Park' (2001). Además, dos de sus obras, 'Nashville' y 'Gosford Park', ganaron la nominación de Mejor Película.
Prestaba su pluma para la televisión cuando le ofrecieron el guión de 'M*A*S*H', después de que 15 cineastas lo habían rechazado, y con gran sutileza lo convirtió en una comedia crítica del papel de Estados Unidos en Vietnam que dio pie a la famosa serie de televisión. Otro gran éxito llegó con 'Nashville', la historia del incipiente mundo del country. Le siguieron películas como 'Ladrones como nosotros' y 'Tres mujeres', así como el intento fallido de revivir la caricatura de 'Popeye', con Robin Williams, en 1980.
Dio un nuevo giro en 1992 con 'El juego de Hollywood', una cínica sátira sobre las intrigas de la industria cinematográfica, y un año después con 'Vidas cruzadas', un rompecabezas de escabrosas historias que se suceden en Los Ángeles, creando una compleja red de relaciones interpersonales.
Pero en 1994 el público y la crítica rechazó su propuesta sobre el mundo de la moda parisina con 'Pret a Porter'. Se reconcilió con sus seguidores y Hollywood con 'Gosford Park', un agudo estudio del sistema de clases británico con múltiples tramas e intrigas.
"El tipo de películas que los grandes estudios hacen, yo no las quiero. Y el tipo de películas que yo quiero hacer, ellos no saben cómo venderlas", explicó el director hace unos años. "En la gran tienda de Hollywood, ellos venden zapatos y yo hago guantes", afirmó con ironía en una ocasión.
A sus 81 años se encontraba en plena actividad creativa y empezó este año promocionando 'A prairie home companion', con actrices que le fueron fieles en otras obras como Meryl Streep y con un elenco en el que también destacaron Virginia Madsen, Kevin Kline, Tommy Lee Jones y Garrison Keillor, que además de ser guionista del filme, interpretó su propio papel. Su última película fue aclamada en el Festival Internacional de Cine de Berlín, donde la crítica afirmó que el prolífico director ya había empezado a interrogarse sobre la muerte.

Volver de Pedro Almodóvar

El encuentro con una nueva película de Almodóvar supone el encuentro con un nuevo exceso cinematográfico de este genio español. Un nuevo exceso que es también una fiesta para los sentidos. Volver no es la excepción.
Cuando hablo de Almodóvar me gusta recordar la precisión del Jurado del Premio Príncipe de Asturias en su declaratoria: “tanto por la maestría y sinceridad de sus realizaciones, como por la alegría y vitalidad de sus textos y, sobre todo, por la integración de sus raíces, que son las nuestras, en la sociedad de un planeta al borde de un ataque de nervios y a caballo de dos siglos”.
El efecto Almodóvar: mientras más español, más universal. Un auténtico genio.
Con Volver nuevamente nos encontramos con algunas de las claves de su cine:
-Postmodernidad: entendida como la exploración de las posibilidades dramáticas y narrativas del cine. Desde el mismo inicio, Almodóvar integra los créditos de la película como parte del sobrio escenario del cementerio. Volver es una historia que se cuenta a través de los ojos de los personajes: nos sentimos arrastrados por sus sentimientos.
-La oralidad: como sinónimo de la soledad e imposibilidad de efectiva comunicación de sus personajes. En el inicio se le habla a la tumba de la madre y, posteriormente, se visita a la Tía Paula, una Chus Lampreave más despistada que nunca.
-El bolero como detonante melodramático: en Volver se despacha a Penélope Cruz (merecido Premio en Cannes) doblada por Estrella Morante en una magistral versión flamenca del famoso tango de Lepera y Gardel. ¿Alguien se atreve a pedir más?
-Pasión por el cine: las películas de Almodóvar siempre contienen valiosísimas referencias cinematográficas: en Volver es “Bellísima”, el clásico de Luchino Visconti que protagonizó Anna Magnani en 1951.
Finalmente, el propio Almodóvar nos da la fórmula para descifrarlo: “En Volver se habla mucho, pero también se oculta mucho, se escucha mucho y, para ser una comedia, se llora mucho”.

miércoles, noviembre 08, 2006

Enhorabuena al Festival de Cine de Funglode

Desde el próximo 8 de noviembre, Dominicana será la Meca del Cine en el Caribe, gracias a la primera entrega del Festival de Cine de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode) con el “Festival de Cine Global Dominicano” y que atraerá a nuestro país a actores, directores y personalidades de la industria cinematográfica. El festival se propone despertar una mayor conciencia y mejor entendimiento a nivel global e informar y promover la industria en el país.
Bajo el subtítulo de “Temas Globales, Historias Personales”, el encuentro se propone despertar una mayor conciencia y mejor entendimiento a nivel global, a través de las historias de personas y acontecimientos que marcaron la vida de miles de personas.
El Festival de Cine Global Dominicano presenta una selección del mejor cine internacional, documental y dramático, enriquece la cultura cinematográfica del país y lleva el séptimo arte a todos los ámbitos de la sociedad dominicana. El Festival contribuye a una mayor conciencia y comprensión de temas globales a partir de historias sobre eventos y personas que han dejado huella en nuestras vidas. Propicia y fomenta la discusión de temas sociales, políticos y económicos, por medio de la cinematografía.
Entre sus propósitos se busca informar a estudiantes y jóvenes brindándoles las herramientas para desarrollar nuevos proyectos, promover una conciencia de cambio constructivo a nivel social, y ofrecer los encantos tanto urbanos como naturales de República Dominicana para los cineastas de todo el mundo.Como parte del programa, también se desarrollarán una serie de actividades educativas que crearan la posibilidad de interacción y enriquecimiento mutuo entre todos los participantes. La organización ha previsto reunir un público de diferentes estilos de vida, pensamiento y cultura. Para ello, se realizarán presentaciones, talleres y paneles de discusión, tanto con actores y directores, como líderes y miembros de la industria cinematográfica.Lo más importante: los beneficios del Festival no sólo se quedarán en Santo Domingo, sino que llegará a Santiago y Puerto Plata, en sus respectivas sedes de la UASD.Ya lo dije en el título: ¡Enhorabuena!