miércoles, abril 10, 2013

Bitácora de la Muestra de Cine 2013.


Hace 15 años, Arturo Rodríguez Fernández, el Gran Maestro de la crítica de cine en Dominicana, sembró un sueño.

Como los buenos sueños, se ha hecho grande, grande, con la pasión que le han sumado Lidia Bastos, la Dama de Hierro de la gestión cinéfila, y los Caballeros de la mesa redonda: Félix Manuel Lora y Héctor Moreta.

Hoy, la Muestra Internacional de Cine de Santo Domingo es una auténtica fiesta del Séptimo Arte para el alma y los sentidos: se ve y se oye Cine, se huele Cine, se come Cine, se siente Cine en las proyecciones, en las discusiones en el lobby del cine, en el entusiasmo desbordante de los espectadores…como en el sueño que tuvo Arturo.

Noche Inaugural:

Llegar a Santo Domingo, ciudad hostil. Me ayuda contar con gente a quienes quiero sin remedio y con las que renuevo mis afectos en festivaleras ocasiones. Saludo a Desiree Reyes (quien este año forma parte del Jurado Oficial) y su inseparable Martín Díaz Bello. Saludo a Zumaya Cordero. Saludo a José Rafael Sosa y a Orlando Santos, tan distintos, pero tan militantemente cinéfilos. El filme seleccionado para abrir es Grupo 7, de Alberto Rodríguez. Su protagonista Antonio de la Torre puede que llegue en algún momento: primero debe aterrizar en Punta Cana y llegar en bola de humo hasta Galería 360, el nuevo complejo de salas que estrena la Muestra.

En la Sevilla de 1992, un ortodoxo grupo de policías se impone como misión limpiar el centro de la ciudad, convertido en centro de atención mundial, del tráfico de drogas. Para ello, deben también crearse un código propio, más adecuado a la calle, sus peligros y sus tentaciones. Cargada de mucho humor negro, de más de un guiño a la realidad policial de entonces y de ahora, posee indudables logros de realización.

Bien entrada la noche, Grappa nos acogió para el necesario intercambio de impresiones y la plena concordancia: el volcán de chocolate no es un postre de este mundo.

Día 1:


Con dos venezolanos en el grupo, el Padre Néstor Briceño (miembro del Jurado Signis) y del director Luis Rodríguez (que presenta su Brecha en el silencio), ha sido inevitable el tocar el tema de la realidad venezolana de cara a los comicios del próximo domingo, que enfrentan a Maduro y Capriles. No voy a revelar el pronóstico ni aunque me torturen con la nueva película de los Wayans. A la hora del almuerzo, Antonio de la Torre ha introducido el cuestionamiento existencial como bandera y las ideas progresistas como filosofía: nada que un par de cubalibres no puedan diluir. Para mi sorpresa, son más las coincidencias con el Padre Briceño que las diferencias.

En la sala de cine, Días de pesca, del siempre minimalista Carlos Sorín, ha funcionado como ese soplo de brisa en medio de la Patagonia: agradable, pero no en demasía, aunque siempre se agradecen esos personajes tan cercanos, tan reales, sacados de las vidas de todos, hasta de cualquier vecino.

A segunda hora, el público ha colmado Grupo 7 para escuchar su presentación del propio Antonio de la Torre, convertido, a fuerza de su talento, en uno de los actores de mayor renombre en el cine español de nuestros días.
la función de

También, la francesa Contra el viento (Jalil Lespert), ha sacado a flote nuestra solidaridad para con una joven familia que pierde la madre, el norte, el sentido de sus vidas, una presencia que es tan necesaria para la sobrevivencia del día a día. Al final del túnel, la inspiración literaria obra como catalizador para salir nueva vez a la luz.

Día 2:


Compartir historias de vida en el desayuno es uno de los estímulos de estar en la Muestra. El venezolano Luis Rodríguez me ha contado su experiencia en el desierto del Sahara, al que fue a impartir un taller de cine y parecería que puede ser una película, con amenazas de muerte incluída. Brando Hidalgo se ha hecho presente con sus apreciados números de Cineasta. Y Orlando Santos se ha llegado en su hora de almuerzo para entrevistar a Antonio de la Torre, elegido por Mujer Unica como el galán del mes.

4 de los miembros del Jurado Oficial se han juntado por primera vez para ver las dos películas alemanas en concurso: Hannah Arendt (Margarethe von Trotta), un drama muy denso sobre la controversial filósofa judío-alemana; y también Bárbara (Christian Petzold), ganadora del Oso de Plata al Mejor Director, un drama que analiza la libertad en el contexto del Berlín Occidental, de la presencia siempre vigilante (casi insultante) de la Stasi, de las limitaciones a la libertad que estamos dispuestos a soportar, de las tentaciones de escapar y las ganas de quedarse.

Por otro lado, también ha sido un éxito la presentación de Buscando a Eimish, con la agradable presencia de su directora, Ana Rodríguez Rosell.

La noche ha concluido con cena en el malecón donde, al arrullo de las olas, Javier Andrade ha podido degustar el mofongo de sus días de adolescente.

Día 3:




En la mañana hemos vivido nuestro propio thriller policial, con investigaciones incluidas, sub-tramas, llamadas a la seguridad y, ya cerca de comenzar a tomar huellas dactilares…¡Apareció el Iphone!

En la sala, a primera hora nos enfrentamos con los hermanos Taviani y su inclasificable César debe morir, filme que habla de los talleres de teatro del profesor Fabio Cavalli en el prisión romana de Redibbia. A mi me pareció que el Oso de Oro que ganó en Berlín, se lo llevó la Barrick en uno de sus cargamentos. Simultáneamente, Luis Rodríguez presentó su Brecha en el silencio, potente drama sobre el abuso de una madre y un padrastro contra una adolescente.
Posteriormente, Los niños salvajes (Patricia Ferreira) tuvo, ya no el problema de doblaje del catalán al español, sino el de la sincronía entre lo que se ve y se escucha que se tornó insoportable más allá de la primera hora.
Todo fue compensado por la maravillosa Blancanieves (Pablo Berger), ganadora absoluta en la reciente entrega de los Goya que, con su nueva aproximación a la conocida historia de los hermanos Grimm, echó mano a los recursos narrativos del cine de antaño que hipnotizó a una sala repleta de niños deseosos de escuchar un cuento, antes de irse a dormir.

Día 4:

Las mañanas de domingo son desiertos de soledad. Aún no se haya hecho ningún desarreglo la noche del sábado, el tono es de reposo.

En la sala, Ana Rodríguez ha presentado nueva vez Buscando a Eimish y, literalmente, ha salido corriendo hacia el aeropuerto. Simultáneamente, se presentaba La vida precoz y breve de Sabina Rivas (Luis Mandoki), sobre la lucha de una flor de fango hondureña, que quiere huir de la pobreza en su país y de un pasado que la persigue y la atormenta, para lo que debe enfrentar a la Madama que la explota, los policías fronterizos, la Mara y hasta el cónsul mexicano.

A segunda hora, A Royal Affair (Nicolaj Arcel) recreaba la historia de la reina Carolina Matilde y su corazón salvaje. Una impecable realización para una historia que puso en vilo un reino, que llegó hasta la recta final por el Oscar a la Mejor Película Extranjera.


Día 5:

El saludo del día no puede ser más preciso: “¿Sabían que en Venezuela ganó el más-duro?”. Por supuesto, el análisis del proceso eleccionario venezolano, con la distancia y las pasiones permitidas, ocupa gran parte de la peña del desayuno.

En la sala, Elena (Andrei Zvyagintsev) ha llenado la pantalla con una densidad impresionante, con una sobriedad que impacta y un cócktel de Viagra que rompe esquemas. Lo mejor vendría a última hora con Joven y alocada (Marialy Rivas), una propuesta atrevida y desenfadada sobre la vida sexual de una adolescente que se siente asfixiada e incomprendida por su familia, la religión, la sociedad y un largo etcétera. Tan colorido, caótico y bipolar como puede ser el mundo de una adolescente, así también la película.

Día 6:

En la mañana hemos salido de compras con Alberto Ramos y hemos conocido el moderno Agora Mall, con sus modernas instalaciones, modernas tiendas y modernos precios. La ocasión ha sido propicia para visitar el Barrio Chino, lo que ya se convierte en tradición cuando estoy en la Ciudad de la Furia.
Chiste para cinéfilos: “Los tres grandes inventos de la humanidad: el fuego, la rueda y el fast-foward.”

En sala, el comité gestor del club de fans de Christian Petzold, es decir, Colbert García y un servidor, hemos disfrutado de Dreileben I: Algo mejor que la muerte. Como estamos en la etapa de descubrimiento, nos ha gustado la forma en que maneja sus mujeres protagonistas (para el caso, Luna Mijovic), la atmósfera del bosque de Turingia y hasta el uso de clásicos del jazz como Cry me a river. Hice el reparo de un recato que me parece inconsistente, pero me fusilaron al instante.

El resto de la noche ha sido para negociar posible distribución en Dominicana de La justa medida, el próximo filme de Colbert García que ya está listo para su estreno.

Día 7:


Puede que sea cosa mía, percepción interesada, pero esta mañana se nota el cansancio en mis compañeros de aventura: Colbert se levantó detrás de los nutrientes necesarios y se volvió a acostar; Ernesto subió a su habitación apenas desayunó para seguir trabajando, Alberto lo mismo. Yo, en zombie mode on intenté navegar en la web, a pesar de que la conexión a internet estaba más lenta que un suero de miel de abeja.

En la sala, la polaca Rose (Wojtek Smarzowski), nos sumerge hasta asfixiarnos de angustia, en la dura vida de los masurios y todos los vejámenes sufridos en la frontera de Polonia tras la segunda guerra mundial, por todo aquel que ocupara el territorio. Sin embargo, dentro de toda esa desesperanza sin sentido, nace un vínculo tan fuerte como el amor.

Luego de una necesaria pausa para cenar, se nos integra al grupo Grapa Paola, actriz protagonista de Casadentro, filme de Joanna Lombardi que compite en la sección de Opera Prima.

La invitamos a ver Dreileben II: No me sigas (Dominik Graf) y ha quedado encantada con el filme. El club de fans de Petzold le reconoce sus méritos, pero seguimos apegados a la primera parte de la trilogía.



Día 8:

Inmediatamente después del desayuno, el Jurado de la sección oficial comenzó a deliberar. Es un verdadero privilegio asistir de testigo a la ocasión: una sinergia que se va enlazando propuestas a partir de percepciones tan distintas y, sin embargo, convergentes. Resulta divertido escucharlos defender sus candidaturas, con pasión de adolescentes y también tolerancia de sabios.

Habemus veredictus. A los 11:00 de la mañana (creo que establecen un nuevo récord) ya firmaban el acta preliminar, redactada de mi puño y letra, que luego entregaré como prueba irrefutable a la organización de la Muestra.

En la sala, Brecha en el silencio (Luis y Andrés Rodríguez) impactaba hasta enmudecer a los asistentes a este contundente drama que compite como Opera Prima. A segunda hora, la sala abarrotada aplaude, celebra, comenta cada victoria de los protagonistas del plebiscito chileno para sacar a Pinochet, en NO (Pablo Larraín).

El punto final a la noche es El Ribereño, un sitio exquisito en el que compartimos en franca camaradería con todos los invitados de la Muestra, los jurados y Elba McAllister, recién llegada esta tarde.

Día 9:


Fueron dos misiones casi-posibles las que nos han ocupado toda la mañana: Primero, junto a Colbert y Grapa descubrir cómo llegar a la piscina semi-olímpica del hotel, luego de descifrar las indicaciones tolkianas del conserje, Encontramos la piscina, pero no tenía chairlongs. Luego, Grapa marchó a la Zona Colonial, y Colbert y quien suscribe nos dedicamos a arreglar los problemas del mundo región por región.

El almuerzo nos ha permitido conocer un poco más a Elba McAllister, una talentosa mujer que ha dedicado muchos años a distribuir el mejor cine del mundo en nuestros países y que posee un carisma absolutamente irresistible.

En la sala, Después de Lucía (Michel Franco) nos dejaba petrificado con su denuncia del bullyng en México, un cuadro que se repite en todas partes. Es tan efectivo el planteamiento formal del filme que ya desde la primera escena, nos descoloca como espectadores, nos abandona a la incertidumbre, nos empuja hacia afuera cuando queremos pertenecer al grupo.

A segunda hora, Amor, la Obra Maestra de Michael Haneke, ha contado con un respaldo masivo, por segunda ocasión. No hay dudas de que la Palma de Oro en Cannes y además el Oscar de Hollywood, han atraído a una mayor cantidad de público, que se queda anonadado con la maestría con la que Haneke dice sin hablar, cuenta sin estridencias, esta formidable historia de amor de la tercera edad.
Día 10:


En la mañana paseo con Ernesto Martínez y Alberto Ramos por la calle El Conde. La otra tradición es visitar el Mercado Modelo de la Mella y regatear bisuterías.

En la sala, la ecuatoriana Mejor no hablar de ciertas cosas (Javier Andrade) nos estremece por la contundencia y crudeza de su presentación del desmoronamiento de una familia, de una comunidad, de toda una sociedad que trabaja para su destrucción, en medio de estridencias. A segunda hora, le toca el turno a Eliseo Subiela y sus Paisajes devorados. Qué vaina con los filmes hipoglicémicos.
Luego fue momento de anunciar premios:

Ciguapa de Oro Mejor Película: Bárbara (de Christian Petzold, Alemania)
Mejor Director: Pablo Berger (por Blancanieves)
Mejor Actor: Marcin Dorocinski (por Rose)
Mejor Actriz: Barbara Sukowa (por Hannah Arendt)
Mejor Guión: Oleg Negin (por Elena)
Mejor Fotografía: Kiko de la Rocha (por Blancanieves)
Premio Especial del Jurado: NO (de Pablo Larraín, Chile)
Mejor Opera Prima: Mejor no hablar de ciertas cosas (Javier Andrade).
Mención Especial Opera Prima: Brecha en el silencio (Luis y Andrés Rodríguez)
Premio Mazola del Público: NO (Pablo Larraín).






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