martes, junio 14, 2011

Las mejores películas del cine

En 1952, la revista Sight & Sound hizo una encuesta entre los principales críticos de cine del mundo para determinar las mejores películas del cine.
Esa es la lista que se tiene como marco de referencia cuando se habla del tema y, cada década, se hace la encuesta de nuevo. Es decir, dentro de unos meses se darán a conocer los resultados de la nueva encuesta con el añadido de un listado adicional de las favoritas de unos 100 directores.
Desde 1962, Ciudadano Kane (1941, Orson Welles) encabeza el listado. Como cosa curiosa hay que decir que también encabeza el listado del American Film Institute como la mejor película americana de todos los tiempos. Sin duda, el formidable filme de Welles es una joya de realización, producto de sus geniales obsesiones y reinventó la forma de contar para el cine.
La segunda posición es para Vértigo (1958, Alfred Hitchcock), el filme que le permitió al maestro del suspenso mostrar su ingenio para convertir este género del cine en un vehículo para expiar sus delirios personales.
El tercer puesto lo ocupa La regla del juego (1939, Jean Renoir). El cine de Renoir es clave en el proceso de desarrollo del cine francés y europeo, sirviendo de inspiración para sus alumnos de La nueva ola. Cualquier filme de cuestionamiento de la sociedad le debe a la obra maestra de Renoir.
La cuarta posición es para El Padrino I y II (Francis Ford Coppola). Nunca he podido describir las huellas que me han dejado estos filmes de Coppola, mis favoritos de favoritos. Más allá de la Mafia, de la vida de inmigrantes, de rebelarse contra Hollywood, Coppola expone sobre la naturaleza del alma del hombre.
El quinto puesto lo ocupa Cuentos de Tokio (1953, Yasujiro Ozu), pocos filmes tratan con tanta precisión la brecha generacional entre padres e hijos y pocos filmes producen tanto impacto emocional más allá de lo que se muestra en pantalla.
En 1968 todavía el hombre no había pisado la luna. Sin embargo, Stanley Kubrick dirigió 2001: Odisea del espacio, que todavía hoy se considera la mejor película de ciencia-ficción y ocupa la sexta posición. Olvídese de los efecticos especiales que se producen hoy día, Kubrick era un verdadero visionario.
El puesto 7 es para El acorazado Potemkin (1925, Sergei Eisenstein), una verdadera demostración de las posibilidades expresivas y narrativas del cine, a partir de su edición. Eisenstein teorizó mucho al respecto, pero también convirtió en axiomas sus teorías.
La octava posición es para Amanecer (1927, Friedrich Murnau), primer trabajo en Estados Unidos del alemán que introdujo el punto de vista subjetivo en el cine. Murnau, como muchos, no necesitaba del sonido para comunicar efectivamente sus historias.
El puesto nueve es para 8 ½ (1963, Federico Fellini), un filme amado hasta morir por los directores porque presenta magistralmente la agonía y el éxtasis del proceso de creación cinematográfica, de la mano del Maestro italiano.
La décima posición es para Cantando bajo la lluvia (1952, Stanley Donen y Gene Kelly), un filme que define perfectamente lo que es un musical, imposible de ver sin que se le dibuje una sonrisa en el rostro del espectador.
Por supuesto, ya saben el problema de los listados: no están todas las que son, ni son todas las que están. Es por eso que un grupo de estudiosos han comenzado a cabildear a favor de algunos títulos.
Nick James hace campaña por Tres colores: Azul (1993, Krzysztof Kieslowski), Iain Sinclair por El Rey de New York (1990, Abel Ferrara), Peter Matthews por La tarea (1990, Abbas Kiarostami), Andy Medhurst por La boda de Muriel (1994, PJ Hogan), Amy Taubin por Haz lo correcto (1989, Spike Lee) y José D’Laura por Annie Hall (1977, Woddy Allen).

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