lunes, mayo 07, 2007

Notas para un excelente escándalo















Cate Blachett es, sin duda, la más camaleónica de las actrices contemporáneas.
Ella ha demostrado tener más agallas que todas y ya ganó el Oscar por El aviador (de Martin Scorsese) en la que encarnó a Katherine Hepburn.
Blanchett combina a la perfección su carrera comercial (El señor de los anillos) con papeles de mayor peso dramático: Elizabeth (ganó Globo de oro y Bafta), Veronica Guerin y Charlotte Gray. Recientemente la vimos en Babel.
Y maravilla por el extraordinario rango que es capaz de abarcar con sus personajes: esposa ítalo-americana en Pushing Tin; niña de sociedad en El talentoso señor Ripley; apalache con poderes síquicos en The Gift; Galadriel en El señor de los anillos.
Hay quienes le cuentan más de una docena de acentos perfectos a esta australiana.
Parte de la clave de su éxito radica en sus inusuales facciones: entre clásico perfil griego y esa next door girl, que nos atrae por su rústica lozanía. Una sensualidad apenas contenida a flor de piel que nos incita por igual a mirarla con disimulo o desatar nuestros más fieros instintos.
Después de esta carta de amor a Blanchett, debo también acreditar a otras personas del logro de Escándalo. Merece todo nuestro respeto Judi Dench, porque esta película es lo que se denomina un tour de force, un enfrentamiento entre dos formidables actrices que entregan lo mejor de sí para ganarse el favor del público.
Merece señalarse la acertada dirección de Richard Eyre: adecuada, sobria, sin excesos innecesarios. Merece un reconocimiento el fino trabajo de Phillip Glass, formidable músico responsable, entre otras cosas, de la trilogía Qatsi (de Godfrey Reggio) y Las horas.
Todos aportan para que esta adaptación de la novela de Zoe Heller sea una de las mejores opciones dentro del verano que ya llegó preñado de hombres arañas y piratas del caribe.

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