miércoles, mayo 23, 2007

El Pianista: el Polanski más personal.


(A propósito de la celebración del Festival de Cannes, he vuelto a ver esta joya de Polanski y nueva vez, el brillante cineasta logra activar muchas sensibilidades.)

Roman Polanski es, sin duda, un personaje de historias de películas. Un gran artista, un auténtico autor, pero también una persona que ha sufrido innumerables traumas a lo largo de su vida. Y desde temprano: sus padres retornaron de Francia a Polonia en 1942 y afrontaron todos los problemas de la ocupación alemana y el ghetto de Varsovia. Su madre murió en un campo de concentración.
Cuenta en sus memorias, Roman por Polanski, que estuvo a punto de morir a causa de una bomba que le perforó parte de su cráneo mientras huía de la muerte en Varsovia.
El destino habría de preservarlo para otras pruebas.
El 8 de agosto de 1969 sucedió uno de los sucesos que más ha conmocionado la sociedad americana en las últimas décadas: el asesinato de su esposa, Sharon Tate (embarazada de 8 meses) a manos de la banda de Charles Manson. 10 años después, Polanski redimiría toda esa deuda de dolor, dedicándole Tess a su asesinada esposa.
Cuando ganó el Oscar al Mejor Director por El Pianista (2002, a la edad de 69 años y 7 meses, el director de mayor edad que lo consigue), una de las mayores expectativas era si lo retiraría en persona. Polanski es prófugo de la justicia americana que le persigue por la violación de una menor de 13 años durante una fiesta en la mansión de Jack Nicholson. Por supuesto, no asistió a la ceremonia.
Pero al margen de esa atribulada vida, Polanski ha entregado un clásico en más de un género del cine: Rosemary’s Baby (1968, excepcional cine de terror, ahora parodiada en Shrek 3), Chinatown (1974, film noir), El inquilino (1976, suspenso), Tess (1979), Frenético (1988), Luna de hiel (1992).

Con El Pianista, Polanski redime una herida que lo hace sangrar desde su infancia cuando escapó del ghetto y sobrevivió gracias a la solidaridad de los campesinos que encontró en su huida. Precisamente, Wladyslaw Szpilman, el pianista judío en cuyas memorias se basa la película, fue un maestro de la sobrevivencia, después de padecer mucha soledad e innumerables sufrimientos.
He aquí una de sus constantes: de alguna manera, Polanski siempre habla de la soledad, del aislamiento del ser humano en determinadas circunstancias.
El Pianista es lo que los americanos llaman un solo vehicle, es decir, un vehículo para el lucimiento de su actor principal, Adrien Brody, merecidísimo Oscar como Mejor Actor. Entre las cosas que hizo Brody estuvo un intenso entrenamiento para aprender a tocar el piano y aislarse por completo de familiares y amigos para sentir la soledad.

Pero la clave del éxito de El Pianista radica en su poética visual, que nos asombra y nos estremece, que nos enternece hasta las lágrimas con una fuerza que pocos directores logran convocar. Polanski ha logrado hacer de una super-producción su película más personal.

Sus propias palabras no dejan duda: “El Pianista es un testimonio del poder de la música, la voluntad de vivir y el coraje para enfrentar el mal”.

3 comentarios:

Joan Espino dijo...

Sin dudas, una pieza cinematografica memorable.

RUTA DE AMOR dijo...

polanski es uno de los directores preferido por mi al ver esta obra cineamtografica siento al verla que estoy dentro de la misma que soy participe de ella excelente

RUTA DE AMOR dijo...

a los que entran a este blog le invito a entrar al blog ruta de amor o vmfilm y veran al gunas noticias importantes del cine mundial gracias