lunes, abril 11, 2022

“Madres paralelas”: Almodóvar y la sororidad de su universo.

Madres paralelas, de Pedro Almodóvar, estuvo en la selección oficial del Festival de Venecia 2021. En el festival más antiguo del mundo, Penélope Cruz consiguió la Copa Volpi a la mejor actuación. Duro mentís para quienes no terminan de aceptar que es una de las mejores actrices de nuestro tiempo. También fue la confirmación de Almodóvar como uno de los mejores directores de actrices del Cine, junto nombres tan ilustres como George Cukor, Billy Wilder, Roger Vadim y Woody Allen, quien dirigió a Pe para ganar su Oscar por Vicky Cristina Barcelona.

Si vamos a hablar de premios, recordemos que Penélope Cruz fue galardonada en Cannes por Volver, también dirigida por Almodóvar, que la convirtió en la primera actriz española en ser nominada al Oscar y al Globo de Oro.

Una fructífera relación de director y actriz, que se prolonga por 24 años y 7 películas, a saber: Carne trémula (1997), Todo sobre mi madre (1999), Volver (2006), Los abrazos rotos (2009), Los amantes pasajeros (2013), Dolor y gloria (2019) y Madres paralelas (2021). Sí, ya es tiempo de que alguien lo diga: Penélope Cruz es la mejor de todas las chicas Almodóvar (consulte la canción de Sabina), un club al que todas quieren pertenecer y para el que se requiere mucho talento. Establecido eso: crédito a la luminosa presencia de Milena Smit: ha nacido una estrella.

Madres paralelas explora nueva vez esos conflictivos universos femeninos que pocos han sabido exponer con la brillantez de Almodóvar y reivindica una sororidad que no conoce fronteras de ningún tipo.

Como en cualquier película de Almodóvar, sus heroínas enfrentan enormes desafíos (la maternidad como centro gravitacional de todo lo bueno y de todo lo malo) que cambiarán sus vidas y exhiben una capacidad bíblica para superarlos. Todos saben que este cineasta bebe de los melodramas de Douglas Sirk, una influencia que se siente en cada fotograma y en la presencia de esos rojos que desatan pasiones inexpugnables. Pero también hay que señalar las felices colindancias con otro grande, el japonés Kenji Mizoguchi, en lo que respecta a sus filmes, porque no podrían ser dos personas más diferentes.

Regla dramática para los genios: siempre, menos es más. A Almodóvar le basta con vestir a una de ellas con una blusa que nos transporta de golpe a los estampados de Volver y eso es una autocita. A Almodóvar le basta con un abrir y cerrar de puerta (indudable guiño a Lubitsch) para viajar en el tiempo de forma natural. A Almodóvar le bastan unos segundos de la canción Summertime, de Janis Joplin, para explicarnos el pasado del personaje, su vocación vinculada al arte y el origen de su nombre. Siempre, menos es más.

Madres paralelas, también sirve para mostrarnos al Almodóvar en pleno dominio de su oficio de guionista: propone sus puntos de giro con precisión de reloj suizo, sus personajes aparecen (y desaparecen, los hombres limitados a sembrar semillas y dudas) supeditados a las necesidades del drama y siempre establece un intenso diálogo con el espectador porque hay algún nudo dramático que espera respuesta y las múltiples posibilidades de resolución. Toda una aventura dialéctica que nos conduce a la verdad.

Por cierto, para los que se extrañan del elemento de denuncia social en Madres paralelas, eso no es nuevo en Almodóvar: bastaría recordar el inicio y cierre de Carne trémula. Lo que sí es novedoso es cerrar con una frase de Eduardo Galeano: “No hay historia muda. Por mucho que la quemen, por mucho que la rompan, por mucho que la mientan, la historia humana se niega a callarse la boca.” ¿Didactismo? Un pueblo que olvida su historia… 

Madres paralelas (2021). Dirección y guion: Pedro Almodóvar; Fotografía: José Luis Alcaine; Edición: Teresa Font; Música: Alberto Iglesias; Elenco: Penélope Cruz, Milena Smith, Israel Elejalde.

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