lunes, diciembre 29, 2025

Brigitte Bardot (1934-2025)

La desaparición de Brigitte Bardot ha suscitado una oleada de emoción en Francia, donde se ha recordado su condición de paradójico icono cultural por haber sido, a la vez, símbolo de la emancipación sexual y crítica con el movimiento feminista.

La muerte de la que llegó a ser considerada un mito sexual a la altura de Marilyn Monroe sucedió en su refugio en la exclusiva ciudad balneario de Saint-Tropez, de la que se había enamorado durante el rodaje de Y Dios creó a la mujer (1956).

Alrededor de su mansión, algunos admiradores pegaron fotografías y dejaron flores junto a las vallas colocadas por la gendarmería para acordonar La Madrague. Asimismo, algunos vecinos también colocaron ramos de flores en la estatua erigida a la actriz en Saint-Tropez.

El rostro de Bardot sirvió, durante los años 60 del siglo pasado, de modelo para el busto de la Marianne, que simboliza a la República francesa y sus valores de ‘Libertad, Igualdad y Fraternidad’. Hoy en día, numerosos ayuntamientos conservan esa efigie «a lo Bardot».

La intérprete de La verdad (1960) y El desprecio (1963) fue especialmente controvertida en sus posiciones respecto al resurgimiento del movimiento feminista tras el fenómeno «#MeToo» a partir de 2018. Bardot estimó entonces que ciertas de las acusaciones contra hombres eran «hipócritas», con el argumento de que muchas artistas «calientan a los productores para conseguir un papel».

La irrupción de Bardot en los años 50 y 60 del siglo pasado supuso una especie de revolución en aquella Francia conservadora que empezaba a despuntar tras la Segunda Guerra Mundial.

No solo por sus papeles en la gran pantalla, en los que destilaba una irrefrenable sexualidad con un deslumbrante pelo rubio, sino por aparecer como una figura que podría hoy considerarse ‘antisistema’.

Cineastas de la talla de Jean-Luc Gordard y François Truffaut, dos cineastas de primer plano de la ‘Nouvelle Vague’, figuraron entre los que salieron en defensa de Bardot, siempre atacada por parte de la prensa tradicional francesa.

Tras el cine, la célebre actriz inició una segunda vida en su activismo en favor de la protección de los animales. Sus fotos en Canadá denunciando la caza de focas en los años 70 son todavía célebres. Su combate duró hasta sus últimos meses de vida.

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