martes, marzo 30, 2021

El agente topo: lo insólito de la realidad.

El documental es un género puro del cine y tiene reglas muy precisas que admiten muy pocos cuestionamientos. Por definición general, el documental es el mayor acercamiento posible a la realidad: el cine nació de la mano de los hermanos Lumiére filmando “la llegada del tren a la estación”. En ese entonces, la meta era atrapar el movimiento de la realidad, un sueño milenario de artistas y soñadores.

Pocos, incluyendo a los Lumiére, imaginaron que ese sueño perduraría hasta nuestros días y que evolucionaría de manera tal que nos cambió por completo nuestra perspectiva del mundo (y su realidad).

En nuestros días, hasta el cine de ficción busca acercarse a la percepción de la realidad que, de alguna manera, hemos construido a lo largo de muchos años y muchas películas consumidas.

Es por eso que la labor del documentalista se ha hecho cada día más difícil: debe ubicar un tema y un enfoque que resulten completamente nuevos para el espectador. Claro que en el otro peso de la balanza está el axioma literario de que “la realidad siempre supera la ficción”.

La larga introducción es para presentarles el documental El agente topo, de la chilena Maite Alberdi, una joya de originalidad que le ha permitido conquistar festivales, crítica y público, un trípode casi imposible en estos tiempos.

La premisa es tan insólita como probable: Sergio, a sus 83 años es reclutado por una compañía de detectives para infiltrarse como espía en un hogar de ancianos. Ya dentro del hogar, nuestro agente topo, se transforma en un residente más, pero que uno funciona más como inspiración y agente de cambio en la vida de todos que como espía.

Parecería el argumento ideal para una comedia ligera con tintes positivistas, pero es la pura realidad. Ese es el gran mérito que tiene la perspectiva de Maite Alberdi en El agente topo.

Los cientos de películas de espías que el público puede tener de referencia brindan la posibilidad de tomar mucho de sus estilos visuales, pero en el mejor estilo de una Bond, todo descansa en la gracia, en la calidez del personaje de Sergio, tratando de pasar la prueba de su primera misión.

Me puedo permitir adelantarles que llorarán de la risa en la etapa de su “entrenamiento”: Sergio destila una inocencia, una honestidad que nos desarma y nos hace cómplices a fuerza de sonrisas, pero también a fuerza de lágrimas.

El impacto que El agente topo logra en la audiencia es demoledor y nos hace volver nuestra mirada hacia los más cercanos, con quienes todavía tenemos la dicha de compartir: nuestros padres, abuelos, tíos, maestros y un larguísimo etcétera.

Justamente en estos pandémicos tiempos en los que, en teoría, hemos organizado de mejor manera nuestras prioridades afectivas, un filme como El agente topo se hace necesario, esencial, indispensable para actualizar nuestra Liga del Cariño.

Cuando se analiza fríamente las posibilidades de esta tierna historia de espías es una fórmula de éxito: te hace reir, te hace llorar, te hace recordar otras películas del género y te deja maravillado de las posibilidades dramáticas de esta insólita realidad que nos ha tocado vivir.

 

El agente topo (2020): Dirección y guion: Maite Alberdi; Fotografía: Pablo Valdés; Edición: Carolina Siraqyan; Música: Vincent van Warmerdam; Elenco: Sergio Chamy, Rómulo Aitken.

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