Los Ki es
una familia de timadores profesionales muy peculiar. Viven en un sótano a la
espera de alguna víctima que le proporcione los recursos para satisfacer sus
necesidades básicas, pero sin que haya que invertir mucho esfuerzo. Para que
tengan una idea precisa: es el tipo de familia que se roba el wi-fi del vecino
y hasta protesta cuando le cambian la clave.
El joven Ki
consigue picoteo haciéndose pasar por profesor de inglés (y recomendado por un
amigo): será tutor de una niña rica y esa familia se le presenta como la
respuesta a sus plegarias para salir de la olla. Esta es la poderosa premisa
que sirve de arranque a Parásitos, el nuevo filme del
coreano Bong Joon ho y con el que ha ganado la Palma de Oro en Cannes, la
postulación al Oscar 2020 y un puesto en la mayoría de las listas de lo mejor
de 2019.
La invasión
surcoreana.
A muchos
les tomó por sorpresa el éxito de Parásitos en el Festival de Cannes.
La verdad es que fue justicia poética para Joon ho, a quien le descalificaron Okja,
producida por Netflix hace par de años. Antes había presentado Mother,
filme que le proporcionó varios premios a su actriz, Hye-ja Kim.
Y para
los que llevan notas: los cineastas surcoreanos han tomado por asalto el
escenario del circuito de festivales desde hace un buen tiempo.
Lee
Chang-dong, por ejemplo, con Oasis (2003) logró el premio al
mejor director en el Festival de Venecia y con Secret Sunshine (2007) el
Premio Asiático del Cine a la mejor película. Con Poetry (2010) obtuvo el
premio al mejor guion en Cannes. Su excelente Burning estuvo en muchas
listas de lo mejor de 2018.
Chang
wook Park consiguió notoriedad internacional con su “Trilogía de la venganza”,
dentro de la que destaca Oldboy (2003), Premio del Jurado en
Cannes. Repitió el Premio del Jurado con Thirst (2009). Con The
Handmaiden (2016) se ha consolidado como uno de los grandes nombres del
cine mundial.
Kim
Ki-duk saltó a la fama internacional con Primavera, verano, otoño, invierno... y otra
vez primavera (2003) y ya
conocido tuvo más suerte: con Samaria (2004) obtuvo el Oso de
Plata al mejor director en Berlín y 3-Iron, el León de Plata en el
Festival de Venecia. Con Pietà (2012) consiguió el León de Oro
en Venecia, primera película coreana en ganar uno de los 3 grandes festivales
del mundo.
Im
Sang-soo es el más controversial del grupo, por filmes como The
President’s Last Bang (2005) y The Housemaid (2010). Esta última
estuvo en competencia en Cannes, al igual que The Taste of Money
(2012).
Hong
Sang-soo es llamado “el Woody Allen de Corea” y ha recibido numerosos premios: Hahaha
(Premio “Una cierta mirada” en Cannes), Our Sunhi (2013, Leopardo de plata
en Locarno) y Right Now, Wrong Then (2015), Leopardo de Oro en Locarno. Sus
recientes títulos incluyen: Yourself and Yours (2016), En la
playa sola de noche (2017) y The Day After (2017).
Para
cerrar con los nombres imprescindibles: Yeong Sang-ho ha creado un clásico
contemporáneo con Train to Busan (2016), mientras July Jung ganó con A
Girl at my Door (2014) el premio a la mejor ópera prima en el Festival
de Estocolmo.
La gente
que vive abajo.
La clave
para disfrutar Parásitos es percibir su humor, negro humor, que sirve como
parte de la transgresión a la que somete al thriller que se nos presenta en su
primera parte. Joon ho viola constantemente las reglas del género, no da las
explicaciones lógicas que el público espera, mientras monta sus múltiples
detalles en una coreografía cinematográfica parsimoniosa y perfecta. Mueve la
cámara como solo lo hacen los grandes maestros, musicaliza cuando es necesario
elevar los niveles de intensidad dramática al borde de lo insoportable, se
burla de cualquier convencionalismo y nos conquista provocándonos carcajadas de
asombro ante los magníficos puntos de giro de su excelente guion.
Por
supuesto, la base de humor la monta sobre una estructura de contraste simple
entre una familia pobre (pero astutos que son) y una familia rica (pero
incautos que son) y todo lo que puede derivar de sus diferencias: sus estilos,
sus gustos, sus formas de ver la
vida y hasta sus mutuos desprecios. Menuda época nos ha tocado vivir en que un
celular se esgrime como arma de fuego, potencialmente destructiva si oprimimos
el botón “enviar”.
Parásitos
se permite, con su simple exposición, algún comentario social sobre la pobreza
y algún comentario político con relación a los vecinos del norte y su
permanente amenaza nuclear y muchas referencias a los lejanos vecinos de
Estados Unidos, desde donde importamos todos los productos de calidad, complejo
de inferioridad que nos toca de manera íntima.
En un juego de espejos en donde nada es lo que parece, aún para aquellos
que se resistan a darle alguna lectura política, la intensidad
que adquiere el filme en su segunda parte es para conquistar al público que
busca una historia absorbente como pocas y contada con la excelencia de una
Maestro: Bong Joon ho.
Parásitos
(2019). Director: Joon-ho Bong; Guion: Dae-hwan Kim, Joon-ho Bong, Jin Won Han;
Fotografía: Kyung-Pyo Hong; Edición:
Jinmo Yang; Música: Jaeil Jung; Elenco: Song Kang-ho, Lee Seon-gyun, Jang
Hye-jin, Cho Yeo-jeong.
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