miércoles, marzo 14, 2012

Bitácora de la Muestra de Cine 2012

Santiago de los Caballeros es un color, un olor, un sabor que llevo conmigo dondequiera que voy.

Nueva vez acudo al llamado de la Muestra Internacional de Cine de Santo Domingo. Serán días de filmes y encuentros, de tragos furtivos y discusiones interminables, de compartir con gente que adoro y que aman al Cine, ese arte con mayúsculas que define nuestras vidas. Gente que, contra viento y marea y a costa de su propia cordura, organiza esta fiesta anual para el alma y los sentidos.

Mis íntimos se burlan de mi kit-de-superviviencia: una foto digital del Monumento, la memoria de los latidos de las mujeres que amo, la solidaridad de sus cinéfilos, el recuerdo del pregonar de una marchanta.

Dejo instalada una Red Provincial de Solidaridad que me alienta, vía llamadas y mensajes de texto, cuando me faltan fuerzas. Prometo sobrevivir.

Noche Inaugural:

Edgar Ramírez llenó cada fotograma de Saluda al Diablo de mi parte (Juan Felipe Orozco) con una presencia escénica que espanta, y no sólo por el inexpugnable destino de su personaje, como Colombia, víctima y verdugo de la violencia irracional, más allá de la comprensión y los límites dramáticos lógicos. Ya arribaron Benito Zambrano, quien trae consigo a La voz dormida, y Pedro Zurita, uno de los miembros del jurado. En el momento de la conversación, Marlon Soto, también miembro del jurado, ha dejado clara su profunda admiración por Kurosawa. Creo que tengo resuelto el problema de la escogencia de mi cineasta para las Vacaciones de pascua.

Día 1:

Con la llegada de Senel Paz, Rebeca Chávez y Frank Baiz Quevedo se completa el equipo  que tendrá la tarea de evaluar la Sección Oficial. Una breve charla sobre Calidad de Vida con Pedro Zurita reconforta. Es bueno saber que no somos los únicos que pensamos que el mundo puede y debe ser un mejor planeta, sin tanto estrés, sin tantas frivolidades, sin tanta renuncia. Para la hora del postre, era evidente la química entre sus miembros: habemus veredictus.

En la sala de cine, Francisca Gavilán llena toda la pantalla con la sensibilidad de su extraordinaria actuación en Violeta se fue a los cielos (Andrés Wood). No sólo es la voz dolorosa que grita en vez de cantar las penas de la gente olvidada, es también la mujer que ama y sufre, que se siente incomprendida por todos, emprendedora pero ingenua, genial y neurótica, con una historia a cuestas que reclama odiar las matemáticas y amar los remolinos.
A segunda hora, el registro de José Coronado en No habrá paz para los malvados (Enrique Urbizu)) es completamente distinto pero igual de sobresaliente: un policía a la deriva que aplica su propia justicia cuando no le sirve su cubata con Anís del mono. Con un arranque verdaderamente explosivo la historia comienza a hurgar los bajos mundos para estremecernos con la certeza de que el mal está mucho más cerca de lo que queremos creer y, en cualquier momento, estalla delante de nuestras narices y a costa de nuestras inocencias.
  
Día 2: Como felinos, hemos hecho un reconocimiento al territorio de caza y supervivencia: desde temprano identificamos los supermercados cercanos donde aprovisionarse de lo necesario. Al grupo se suman dos talentosas mujeres: Tania Hermida, quien mañana presenta su En el nombre de la hija, y Cynthia Wiesner, destacada distribuidora de filmes.

En la sala, Rosita (Jan Kidawa-Blonski) mostraba la kafkiana atmósfera represiva en la Polonia de finales de los 60 y como los organismos de ¿inteligencia?, como es frecuente, se ensañaron contra los artistas y escritores. A segunda hora, la venezolana El rumor de las piedras (Alejandro Bellame) mostraba el lado feo de Caracas, esos barrios de miseria e inseguridad que son campo de cultivo para malandros. Potente  drama de denuncia social que devela un círculo vicioso de violencia y desesperanza, de esa pobreza material y espiritual que está robando el futuro a nuestros jóvenes. 

Día 3:

Con la excusa argumental de encaminar a los compañeros cubanos hasta la Zona Colonial, Pedro Zurita y quien suscribe hemos llegado de un saltito al Barrio Chino, en donde Zurita ha sentido el llamado de sus ancestros y se ha sentido como en casa. Ha resultado ser un viaje de exploración gastronómica en el que no ha faltado el chequeo al menú de los restaurantes con comida china (de verdad) y con comida china (de San Francisco).

En la sala, la chilena La mujer de Iván (Francisca Silva) urga el lado oscuro de una relación, de difícil definición, entre hombre de 40 y chica de 15. Una fina línea separa deseo de miedo en cautiverio, de amor desatado y ansías de libertad, de límites morales y respeto de pareja.

A segunda hora, Tania Hermida ha encantado al auditorio con En el nombre de la hija, una finísima disección de la sociedad ecuatoriana de los 70, desde la perspectiva de unos niños, sus padres progresistas y sus abuelos conservadores. Es una lucha ideológica personal, familiar y social en la que la identidad juega un papel fundamental.

Cerramos la noche con la brasileña ¿Cómo olvidar? (Malu de Martinoa), agridulce comedia de una lesbiana de 35 años luchando por superar la depresión provocada por la ruptura con su pareja.

Día 4:


Con la excusa argumental de sacar a pasear a Jan Kidawa-Blonski, volvimos a pasear a la Calle Del Conde, a desandar las rutas de la conquista y a darle a conocer la cerveza Presidente. Ya se siente como en casa y, según me ha dicho, un sitio en donde la gente baila cuando camina.

En la sala, El gato desaparece (Carlos Sorín), sobrio drama sobre una pareja que intenta reconstruir su relación luego de que el marido sufriera una crisis nerviosa que lo llevó a un internamiento en una clínica siquiátrica. A segunda hora, la sala repleta ha visto expectante a Piel (Ari Maniel Cruz), sobre una boricua brechera que se obsesiona con las prácticas sexuales de sus vecinos en Manhattan, una haitiana y un tíguere dominicano. Mucho de ese sentido de pérdida de quienes abandonaron la isla, muchas bachatas para ahogar las penas.



Día 5:


Con la excusa argumental de mostrar el camino de las calorías a Alberto Ramos, hemos vuelto a inventariar los supermercados de Naco. En función de los productos en góndolas, Pedro Zurita nos dictaba una cátedra de recetas.

Acabadita de llegar, fue programada la El viaje del Director de Recursos Humanos (Eran Riklis) para complacencia de quienes no tenían una opción válida para arrancar la tarea. Una comedia negra que se llegó precedida por su cosecha de premios de la Academia de Cine de Israel, entre ellos Mejor Película, pero que va a necesitar de una recomendación de ascenso.

A segunda hora, Benito Zambrano estremeció la sala para con su contundente La voz dormida, un soberbio drama sobre uno de los aspectos más oscuros y menos conocidos de la guerra civil española: el maltrato a las mujeres encarceladas, vinculadas o no al movimiento izquierdista. Con una elaborada reconstrucción de los hechos, a partir de la novela de Dulce Chacón, se muestra las vejaciones que sufrieron miles de mujeres durante los primeros de la dictadura de Francisco Franco.


Día 6:


Visitar la Zona Colonial es un ritual que se cumple como iniciación con cada nuevo invitado que se suma. Para la ocasión, Luis Jiménez en persona se prestó como guía para Linithd Aparicio y Hernán Jiménez en un recorrido que llegó hasta Villa Consuelo y Villa Juana e incluyó una parada obligatoria en el Palacio del Yaniqueque, delicia gastronómica que elogiaron los visitantes, mientras analizaban una bachata de Anthony Santos.

En el cine, la alemana La enfermedad del sueño (Ulrich Köhler) se mostró como un denso drama sobre el desgaste físico y mental de un médico alemán en Camerún. Un poco más rebuscada de lo que hubiese deseado, pero igual de interesante y sincera.

A segunda hora, el costarricense Hernán Jiménez nos presentó su filme El regreso, agridulce comedia que habla de esa difícil adaptación a la vida cotidiana e infuncional de nuestros países, desde sus oficinas públicas hasta sus familias, cuando se ha vivido en el extranjero.




Día 7:


Entre los temas varios que se discutieron en la sobremesa: la verdad de las mentiras de las noticias, el mito de la muerte de Trujillo, la aldea global del internet y cómo hacer para cenar todas las noches en Dolce Italia.

En el cine, El Cairo Exit (Hesham Issawi) ha construido una historia de amor a la Romeo y Julieta pero en Egipto: la adolescente Amal es de una familia copta (egipcios que profesan el cristianismo) está embarazada de Tarek, su novio musulmán. Suficiente como para desatar una guerra familiar que puede llevar a muchas liberaciones.

A segunda hora, Melancolía (Lars Von Trier), presentada fuera de competencia, llenaba todas nuestras expectativas, desde la magnífica actuación de Kirsten Dunst (premiada en Cannes) hasta las oníricas secuencias que logra Von Trier con pulso de Maestro. Una descarga muy emotiva de personajes en contraste, de fatalismo poético, de una propuesta estética que dejó anonadado a más de uno que chateaba con su bb.



Día 8:

Aprovechando la salida de Jan Kidawa-Blonski y Hernán Jiménez, les hemos acompañado la mitad del camino para la ritual visita al Mercado de la Mella en el que expertos en la materia trataron de vendernos brebajes para solucionar cualquier problema que se pueda imaginar. Desde ahí hasta el malecón para sentir la brisa del mar, pero un aguacero tropical nos sorprendió en el intento: nada que una jumbo Presidente no pudiera resolver.

En el cine, estuvimos junto a Ian Padrón, quien presentó su Habanastation, postulada por Cuba al Oscar, ante un público que, militantemente, desafió un aguacero de burriquitos aparejaos para estar presenta en la sala.

Simultáneamente, Pájaros de papel (Emilio Aragón) abordaba el duro acoso de los falangistas para con los artistas de vodevil en los años de la guerra civil española. Una revista de variedades que son almas solitarias que se convierten en familia por ese inexpugnable lazo que teje el destino.

A segunda hora, la productora Linithd Aparicio ha presentado su filme Postales colombianas (Ricardo Coral-Dorado), una poderosa denuncia del caso de los falsos positivos, personas de los barrios populares y zonas rurales de Colombia asesinadas por el ejército, a los que luego hacían pasar como guerrilleros.




Día 9:


Me divierte la percepción de nuestros invitados sobre las elecciones dominicanas como si fuera un problema familiar: que si Papá, que si Mamá, y les ha resultado particularmente curioso el hecho de que financiamos los partidos políticos. Ummm (tengo una idea)…

En el cine, Silencio en El Paraíso (Colbert García) muestra el drama de los falsos  positivos en Colombia desde la perspectiva del barrio, con sus muchedumbres y pobreza, con sus colores y riqueza, con su gente trabajadora agobiada por las extorsiones: del ejército, las guerrillas, del gobierno. Y encima le matan sus mejores hijos en una guerra que se ha hecho tan, pero tan larga.

Luego, la iraní Nader y Simin, una separación (Ashgar Farhadi) ha significado una formidable demostración de exposición dramática en un filme construído con precisión para irnos llevando de la mano, hipnotizados, por la aventura de contar. Farhadi, va desenrrollando las tramas de su historia como alfombra persa y dosifica nuestro saber, de manera que encontramos una nueva pista en cada escena, a partir de la cual cambia nuestra historia, en un juego encantador que hace de su filme una joya a estudiar por muchos años.

Día 10:
Lista de ganadores de la "Ciguapa de Oro" en la Muestra Internacional de Cine de Santo Domingo:

Competencia Internacional

Mejor Película: La voz dormida

Mejor Director: Benito Zambrano

Mejor Actor: Andrzej Sewerin (Rosita, Polonia)

Mejor Actriz: Magdalena Boczarska (Rosita, Polonia)

Mejor Fotografía: Frank Griebe (Tres, Alemania)

Mejor Guión: Ignacio del Moral y Benito Zambrano por La voz dormida (basado en la novela homónima de Dulce Chacón)



Competencia Latinoamericana
Mejor Película: Violeta se fue a los cielos (Chile)

Mejor Director: Andrés Wood por Violeta se fue a los cielos

Mejor Actor: Christian González por El rumor de las piedras (Venezuela)

Mejor Actriz: Francisca Gavilán por Violeta se fue a los cielos

Mejor Fotografía: Armando Salazar por En el nombre de la hija (Ecuador)

Mejor Guión: Eliseo Altunaga, Andrés Wood, Guillermo Calderón y Rodrigo Bazaes por Violeta se fue a los cielos
Premio SIGNIS: La voz dormida (Benito Zambrano)

Mejor Opera Prima ¿Quién sino nosotros? (Alemania)

Premio Mazola del público: Refugio en la tormenta (Elías Acosta)










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