domingo, febrero 06, 2022

Spencer: la nueva joya de Pablo Larraín.

El chileno Pablo Larraín es uno de los más estimulantes cineastas latinoamericanos. Bastaría revisar su excelente trilogía sobre la dictadura de Pinochet: Tony Manero (2008), Post mortem (2010) y NO (2012) para darnos cuenta de su talento. A esos títulos podemos añadir uno de los filmes esenciales del cine latino del siglo XXI: El Club (2015), ganadora del Oso de Plata en Berlín.

Pero Larraín también se ha arriesgado con el cine de género, particularmente el biopic, para el que ha dirigido Neruda (2016), Jackie (2016) y el filme que ahora nos ocupa, Spencer (2021).

Una de las novedades que aporta Larraín es que no hace biografías “planas”, sino que las trabaja con un gran sentido del thriller: en ellas importa más las tribulaciones mentales de nuestros personajes que lo que sucede (o deja de suceder) a su alrededor.

En Neruda, el poeta del Premio Nobel vive en la clandestinidad, víctima de una cacería salvaje por parte de un sabueso policía que se ha comprometido a capturarlo antes de que escape al exterior. En Jackie, la viuda de Kennedy debe abrir su alma para todos, pero sin perder su dignidad, sin emitir palabras para titulares de prensa amarilla frente a un periodista que quiere acorralarla. En Spencer, Lady Diana, la Princesa del Pueblo, busca escapar de todo el protocolo de la Familia Real, una auténtica jaula de oro que le impide hasta pensar por sí misma.

La exposición de esta fábula de Disney con connotaciones trágicas: el cuento de hadas en que la plebeya se casa con un príncipe azul, pero es inmensamente infeliz, se hace a través de la mirada de Lady D. Desde su punto de vista, la Reina y su corte se parecen más a los malos del cuento y conforman una entidad absolutamente castrante y despersonalizadora. Para ello, Larraín ha contado con la carismática presencia de Kristen Stewart, una de las actrices más talentosas de su generación, que se hizo más popular de lo que ella desearía gracias a la saga Twilight.

Por Spencer, Stewart ha recibido más de 20 premios a la mejor actriz de 2021. Estamos a horas de saber si la Academia de Hollywood la honrará con una nominación. Es notable que todo el peso dramático del filme recae sobre sus hombros, un auténtico solo vehicle para su lucimiento. Y lo ha logrado con creces.

Lady D es una mujer al borde de un ataque de nervios, un alma azotada por la esquizofrenia de saberse vigilada las 24 horas de cada día, sin control sobre la educación que quiere darle a sus hijos, herederos del trono. Una plebeya que debe mantener su distancia de los nobles que le han robado las ganas de vivir: nadie realmente la escucha, a nadie realmente le importa su incapacidad de adaptarse a la vida aburrida de los monarcas.

Lady D debe, además, cuidarse de no ser motivo de escándalo con los periodistas que la acosan, buscando eternizar en una foto un desliz de su intimidad, una mínima señal de rebeldía, algún signo de lo que realmente quiere: vivir una vida normal.    

Larraín usa su formidable pulso narrativo para ponernos en alerta desde que nos presenta el personaje, manejando (escapando) sin rumbo por la campiña inglesa. Dicho sea de paso, cuenta con la contribución de Claire Mathon en la dirección de fotografía. Mathon ya tiene los méritos suficientes para considerarla en la élite del oficio: Atlantique (2019), Retrato de una mujer en llamas (2019, por la que ganó el Cesar) y Petite maman (2021). Uno recuerda, por ejemplo, una escena a la luz de las velas entre Lady D y sus hijos, que nos remonta a las pinturas clásicas, por la magnífica composición y encuadre que ha logrado esta DP.

Pero también Larraín experiementa y se divierte: hay una banda sonora de jazz, nada sobria, que suena como contrapunto al doloroso drama de nuestra protagonista. Y aun así, el filme no pierde un ápice de su propio tempo, no suelta un solo segundo al espectador solidario, a la deriva por una mar de desesperación, junto a su eterna princesa.

Spencer queda como uno de los mejores estrenos del año y un filme que nos inquieta, que nos deja una honda huella, que nos hace preguntarnos cuál es la esencia de la felicidad.

 

Spencer (2021). Dirección: Pablo Larraín; Guion: Steven Knight; Fotografía: Claire Mathon; Edición: Sebastián Sepúlveda; Música: Jonny Greenwood; Elenco: Kristen Stewart, Timothy Spall.  

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