jueves, mayo 30, 2024

“Boca Chica”: paraíso e infierno terrenal.

Boca Chica es el nombre de una de las playas más populares de Dominicana. También es el nombre de la comunidad que se ha formado y crecido en el entorno de la paradisíaca playa. Una comunidad que se sostiene del turismo, local e internacional, y que se ha especializado en brindar todo aquello que proporciona placer a los visitantes. Para ellos, los mejores frutos del mar (pescados y camarones, afrodisíacos por excelencia) y los mejores frutos de la tierra: niñas y niños que se ofertan con descuento.

Boca Chica es la ópera prima de Gabriella Moses, con guion de Mariana Rondón y Marité Ugas, protagonizada por Lía Chapman, Jean Cruz, Xiomara Rodríguez, y una deslumbrante Scarlet Camilo, que tuvo su debut mundial en el prestigioso Festival Tribeca, donde consiguió el Premio Nora Ephron. En la edición más reciente del Festival Fine Arts “Hecho en RD”, consiguió los premios a Mejor película, Mejor guion y Mejor actriz de reparto (para Chapman).

El filme es una profunda radiografía al universo que se crea alrededor de la playa y todas las fuerzas sociales que convergen en este paraíso de sexo y alcohol las 24 horas de todos los días del año, ante la mirada cómplice e indiferente de las autoridades.

Aquí señalo uno de los primeros aciertos del filme: el punto de vista desde el que vemos todo es de Desi, una inteligente niña de 12 años, que ha crecido con la creencia de ser parte de una familia de músicos y que desea ser cantante de denbow. Al ser la mirada aún tierna de una niña, casi entrenada para ejercer el más viejo oficio del mundo, el filme evita todo tipo de excesos gráficos e incorpora subtextos que no están a la vista, pero sentimos presentes todo el tiempo.

Boca Chica, la comunidad en torno a la playa, emerge como epicentro del bien y del mal: es un paraíso para los excesos de unos y un infierno para quienes están condenadas a servir sus propias esperanzas con la ensalada. Todos nos obsesionamos por los dólares y en ese afán, se difuminan las fronteras morales, lo que está bien y lo que está mal: la única regla válida es la orden de quien todo lo compra con sus papeletas.

Boca Chica habla del rol sumiso que juegan las mujeres en esta cadena de explotación y su propia inconciencia cuando abonan con sus hijas este monstruo que las devora y las deja a la vera del camino, cuando las carnes pierden su firmeza y su encanto, convirtiéndolas en el triste telón de fondo de una tragedia caribeña que perdura por siglos.

Pero también Boca Chica es la mirada de porvenir con la que Desi mira al mundo, con su esperanza puesta en la música como pasaporte para romper con el mundo de pobreza que la asfixia, con la complicidad de su hermano Fran (Sinatra Vásquez), un talentoso acordeonista que sobrevive como delivery de pizzas en New York y que ha regresado con la excusa participar de una boda, pero en realidad busca su propia redención, su lugar en el futuro que puede construir.

Como motivo del filme tenemos una boda, entre uno de los hijos de la familia Vásquez y una americana mucho mayor, que parece hacer un casting para las amigas de Texas que comparten su condición. Precisamente, la reunión familiar por motivo de la boda se convierte en el detonante perfecto para que todo se defina y cada quien reclame el papel que ha interpretado en la farsa.

Boca Chica juega con las infinitas posibilidades de sus protagonistas. Desi sortea todo tipo de acosos, desde el bullying básico de los niños de la comunidad que se creen mejores raperos, hasta el de cualquier turista perverso que se cree con derecho de tocar. Desi viste de prostituta, pero no se rinde. En ella, late la certeza de que puede salir de ese círculo de miserias y escapar a la incertidumbre de un futuro que tiene que ser mejor. Detrás, deja a muchas niñas que perpetuarán la maldita tradición, detrás deja una dolorosa realidad de la que todos somos cómplices, por comisión u omisión, mientras empeñamos el futuro de un paraíso que merece mejor suerte.

 

Boca Chica (2024). Dirección: Gabriella Moses; Guion: Mariana Rondón y Marité Ugas; Fotografía: Micaela Cajahuaringa; Edición: Cecilia Delgado; Música: Cresencio García; Elenco: Scarlet Camilo, Lía Chapman, Jean Cruz, Xiomara Rodríguez, Sterlyn Ramírez.

2 comentarios:

Yomaira Caba 💫 dijo...

❤️✨️💫🙌👏

Aracelis Fernández dijo...

Ame esta película es la realidad de lo que viven muchas niñas y adolescentes en nuestro país narra todo sin ninguna escena vulgar, los actores cada uno de ellos supo llevar su papel y la niña solo con su mirada describía todo lo triste que pasaba al su alrededor