miércoles, febrero 28, 2024

“Yo, capitán”, impactante drama migratorio de Matteo Garrone.

La migración ilegal ha sido tema de numerosas películas desde hace unos años. Hay una película latinoamericana que sobresale, La jaula de oro, de Diego Quemada-Diez, que narra el viaje de unos adolescentes guatemaltecos por todo México, hasta cruzar la frontera con Estados Unidos. Conocemos cientos de historias de la vuelta de México, incluyendo algunas de dominicanos.

En el caso de Europa, una de las rutas más frecuentes de viajeros indocumentados es la que parte de algún punto de Libia, cruzando el Mediterráneo, hasta llegar a las costas de Italia. Una ruta que, según las cifras oficiales, ha cobrado miles de vidas en este siglo.

Yo, capitán, nuevo filme del italiano Matteo Garrone, narra la odisea de Seydou y Moussa, dos adolescentes de Senegal que sueñan con llegar a Italia y tener una carrera musical acorde con su extraordinario talento: son capaces de tomar un reproche y hacer con él una contagiosa canción.

Seydou y Moussa oyen cantos de sirenas que les llaman a Europa y parten desde Dakar para enfrentar bandidos del camino, las autoridades que se benefician con su tránsito, el océano de arena del Sahara y la mafia libia que los secuestra y los vende como esclavos. Si sobreviven a eso, les espera una vida sin derechos de ningún tipo en Trípoli y las esperanzas de atravesar el océano de agua del Mediterráneo para llegar a la tierra de sus sueños, una promesa que no suscribe ninguna divinidad, ni nadie en la tierra. En otras palabras, están abandonados a su propia suerte.

Garrone gana de inmediato la empatía del público gracias al desempeño de Seydou Sarr (galardonado con el Premio Marcello Mastroianni al mejor nuevo actor por interpretar a Seydou) y Moustapha Fall (como Moussa) actores no profesionales que exudan una naturalidad que no se compra en academia, ni responde a métodos de actuación. Son nuestros protagonistas y nuestros corazones comprenden sus deseos.

Yo, capitán es, sin duda, un drama sobre una horrible realidad que, por ratos, nos envuelve con su atmósfera pesimista. Garrone, de forma brillante, utiliza elementos reales maravillosos para abstraernos un rato de la tragedia de miles de emigrantes en todo el mundo y, de alguna manera, infundirles a los protagonistas la fuerza que les falta para salir airosos de su viaje. El desierto, como sabemos, produce alucinaciones de todo tipo. Europa, para muchos africanos, es la alucinación de una vida mejor.

Con Yo, capitán Garrone le pone rostros a una epidemia que se cobra miles de vidas en todo el planeta, pero que tratamos como simples cifras, como estadísticas de titulares de prensa, que terminan diluyéndose entre los otros titulares de la rutina. Lo cierto es que detrás de cada muerto de sed en el Sahara o cada ahogado en el Mediterráneo: hay una tragedia que sacude un padre, una madre, unos hermanos, unos hijos.

Yo, capitán se estrenó en la Mostra de Venecia, donde fue galardonada con el León de Plata al Mejor Director y luego, en San Sebastián, recibió el Premio del Público a la Mejor Película Europea. Está nominada al Oscar como Mejor Película Internacional y, en cualquier otra ocasión en que no estuviera Zona de interés, tuviera serias posibilidades de ganar. Pero no es necesario el premio de la Academia de Hollywood para apreciar una de las mejores películas del año.

 

Yo, capitán (2023). Dirección: Matteo Garrone. Guion: Matteo Garrone, Massimo Cecherini, Massimo Gaudioso, Andrea Tagliaferri; Fotografía: Paolo Carnera; Edición: Marco Spoletini; Música Andrea Farri; Elenco: Seydou Sarr, Moustapha Fall, Issaka Sawadogo.

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