martes, mayo 30, 2023

“La Sirenita”, nueva versión inclusiva de Disney.

Cuando en 1989 Disney estrenó La Sirenita nadie sabía que inauguraba una nueva etapa en el mundo de la animación. Efectivamente, su éxito crítico y comercial posicionó a Disney como la casa que, en lo adelante, dominaría los veranos cinematográficos con sus propuestas de princesas que resucitan con el primer beso de amor y otras fantasías cotidianas.

Las aventuras de Ariel permitieron el renacimiento de las posibilidades del cine de animación en función de su buen desempeño en las taquillas. Y comenzó la lista de éxitos: La bella y la Bestia (1991, filme que consiguió una nominación al Oscar como “mejor película”, a pesar de las protestas de los puristas del Cine), Aladino (1992), El rey león (1994) y Pocahontas (1995).

Las palabras de Michael Eisner, por entonces director ejecutivo de Disney, no dejan dudas: “Pienso que lo que nos dio a entender La Sirenita, y que el mundo ha olvidado, es que la animación no es un asunto de negocios destinado a la audiencia infantil”.    

La nueva empresa incluía un manual con verdades absolutas: las voces era trabajo para los principales nombres de la industria, el marketing asociado a grandes franquicias era infalible, los mejores compositores eran reclutados para la canción central del filme (y muchos consiguieron su Oscar gracias a Disney) y la inversión de recursos superaba a la mayoría de las producciones de Hollywood.

De hecho, las canciones Under the Sea (de La Sirenita), Beauty and the Beast (del filme homónimo), A Whole New World (de Aladino), Can You Feel the Love Tonight (de El rey león) y Colors of the Wind (de Pocahontas), ganaron el Oscar (y el Golden Globe) a la mejor canción original, pero ninguna de esas películas pudieron competir por el premio mayor, porque no fue sino hasta 2001 que la Academia de Hollywood creó la categoría de “mejor filme de animación” para honrar el trabajo de estos cineastas. Demás está decir que Disney (y sus socios de Pixar) dominan ampliamente los premios conseguidos.

Pero el secreto de Disney es renovarse acorde a las expectativas de las nuevas audiencias y reinventar ideas ya exploradas como las adaptaciones de acción real para sus clásicos de animación, desde La cenicienta hasta Aladino, pasando por La Bella y la Bestia.

Ahora nos llega La Sirenita, filme dirigido por Rob Marshall, ganador del Globo de Oro por Chicago, en que Disney ha puesto todo para ser los más inclusivos sobre la faz de la tierra. Como sabemos, el original de animación se basa en el relato del danés Hans Christian Andersen y en esta nueva versión aparece una frase del autor que bien puede describir el sentir de los ejecutivos ante el huracán mediático que ha provocado las libertades que se ha tomado Disney en un filme que ha costado $250 millones de dólares: “…pero una sirena no tiene lágrimas, y por eso sufre mucho más”.

Al momento de escribir estas líneas se sabe que La Sirenita debutó en el primer puesto de las taquillas en USA con $95.5 millones de dólares, a los que hay que sumar $68.3 millones de otros mercados, lo que arroja un total de $163.8 millones de dólares en sus primeros tres días.

Por las muestras de cariño, vía vítores y aplausos, que los niños (y algún adulto) dispensaron al filme en la sala llena en que la vi, nadie repara en los cambios introducidos, en el nombre de la inclusión, en el formidable elenco que presenta la película, aunque debo confesar que todavía estoy procesando las siete sirenas de distintas razas...

Mención especial para Halle Bailey quien canta como los ángeles y posee un carisma capaz de hacer olvidar problemas raciales. Sobre ella recae el peso dramático de un filme y eso es mucho tomando en cuenta que durante una buena parte del mismo no puede hablar.

Otros de los cambios es la contribución del talentoso Lin-Manuel Miranda quien ha refrescado con nuevos arreglos (llenos de colores) los “clásicos” de 1989 y ha creado tres nuevas canciones, más acordes a los gustos musicales de las nuevas generaciones. Bueno una de ellas, Impossible Child, que marca el debut en musicales para Javier Bardem, solo será posible verla como contenido extra cuando el filme se emita en la plataforma Disney+.

Una cosa queda clara: el espectáculo visual que ha logrado Marshall en la combinación de acción real, personajes CGI y la ilusión de escenas submarinas en La Sirenita es absolutamente disfrutable para el público comprendido entre los 2 y 99 años. Simple: es la magia de Disney.

 

La Sirenita (2023). Dirección: Rob Marshall; Guion: David Magee; Fotografía: Dion Beebe; Edición: Wyatt Smith; Música: Alan Menken & Lin-Manuel Miranda; Elenco: Halle Bailey, Jonah Hauer-King, Melissa McCarthy, Javier Bardem.

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