martes, abril 03, 2007

Niños del hombre: el futuro de Alfonso Cuarón.

El 2006 fue el año más memorable de los últimos tiempos para los cineastas mexicanos. Al menos, Los tres mosqueteros del cine azteca lograron el reconocimiento de los públicos de todo el mundo: Alejandro González Iñárritu (Babel), Guillermo del Toro (El laberinto del fauno) y Alfonso Cuarón (Niños del hombre).
Alfonso Cuarón es el Tim Burton de México. Para que se entienda: es un magnífico creador de atmósferas, importantísimas cuando se trata de poner en escena una novela futurista como The Children of man (1992) de la escritora P.D. James.
Nueva vez, se nos presenta el futuro (no tan lejano: año 2027 para ser precisos) y la supervivencia de la especie humana está en peligro. En ese mundo patas arriba, las migraciones son reprimidas con violencia descomunal (bueno, no estamos muy lejos de eso en estos momentos) y las mujeres del mundo han quedado estériles sin que se sepa la causa del fenómeno.
Siempre que vemos al futuro, vemos un mundo que ha perdido toda esperanza. Bueno, la verdad es que cuando revisamos los diarios de nuestros días…
Lo importante de la película de Cuarón son los logros alcanzados en la puesta en escena. Una película como Hijos del hombre implica que los personajes están, dramáticamente hablando, supeditados al ambiente. Crear esa atmósfera de futuro decadente con tanta precisión implica algo más que llenar un set de escombros. También se necesita una percepción muy clara del oscuro mundo que se quiere describir.
Cuarón puede ufanarse de varias impactantes escenas de acción con un nivel de realización que habla de su excelente dominio de los postulados cinematográficos.
Cuarón logra un adecuado desempeño de su elenco: Clive Owen, Julianne Moore y Michael Caine.
El futuro de Cuarón es un puesto definitivo en el mercado internacional de las grandes producciones.
Con Hijos del hombre, para nuestra satisfacción, también deja sentir su pulso de director de cine, su talento como autor.

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