No todo es tan simple como comprar una taquilla, dejar el presupuesto en el candy, sentarse en la mejor butaca de la sala y que comience la función.
En realidad, se trata de una inversión en la imaginación ajena. Queremos creer en el cuento y que nos haga soñar. Necesitamos obtener a cambio de dinero, un cuento creíble. Resulta imperioso que esté bien contado y que nos haga soñar.
En Santiago recibimos pocos cuentos. De los recibidos, nos parece que Gravedad destaca como el mejor filme de 2013 y también el trabajo de su director, Alfonso Cuarón, nos parece el más meritorio.
Como Mejor Actor y Actriz, no tenemos otra opción que reiterar la línea del Oscar para un gigante como Daniel Day-Lewis por su Lincoln y para esa estrella naciente que es Jenniifer Lawrence por El lado bueno de las cosas.
El resto de los estrenos, en estricto orden de exhibición:
-Lincoln, la formidable lección de historia de Steven Spielberg cumple con las expectativas.
-La noche más oscura, Kathryn Bigelow confirma que tiene talento para hacer cine.
-Django desencadenado, Quentin Tarantino es un genio.
-El lado bueno de las cosas, el formidable filme de David O. Russell, un nombre para añadir a los mejores realizadores del Hollywood contemporáneo.
-El gran Gatsby, dirigida por Baz Lurhmann para complacer el sentido fashionista.
-Capitán Phillips, nadie nos marea más con una cámara que Paul Greengrass.
-La montaña, notable trabajo de Tabaré Blanchard sobre la primera expedición dominicana en alcanzar el Everest.
-Intriga, formidable drama de suspenso dirigido por Denis Villeneuve.
-Cristo Rey, filme de Leticia Tonos que dignifica el cine dominicano.
Pero nada más necio que un crítico de cine: apenas arrancó el 2014 y ya estamos soñando de nuevo.
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