Hace un par de años, la dominicana Leticia Tonos Paniagua
causó una excelente impresión en el medio cinematográfico con La hija natural,
su ópera prima. Tanto como que ganó el entonces Premio Casandra como Mejor
Directora del año.
Tonos vuelve a la carga con todo su talento para traernos
Cristo Rey, la que considero la mejor propuesta fílmica dominicana del 2013.
Por supuesto, Cristo Rey alude al barrio de Santo Domingo
que también sirvió de locación para el rodaje del filme que parte de la innegable
premisa de la presencia haitiana en cualquier barrio de Dominicana y los
conflictos que esa presencia genera.
El barrio es el espacio vital en que ambos pueblos,
literalmente, colisionan teniendo al prejuicio como caldo de cultivo de
intolerancias e incomprensiones.
Haití y Dominicana compartimos esta isla en un matrimonio
sin divorcio. El problema radica en que somos pueblos de culturas diferentes,
de idiomas diferentes y diferente desarrollo. Es indudable que, ante realidades
tan distintas, se genera una presión social que tiene consecuencias.
Cristo Rey es la poética mirada de Leticia Tonos, cineasta inteligente
y socialmente sensible, a esa realidad a través de un triángulo amoroso
con influencias shakesperianas entre
Jocelyn (Akari Endo) y los medio-hermanos Rudy (Yasser Michelén, dominicano) y
Janvier (James Saintil, haitiano). La historia enmarcada por la atmósfera de violencia,
criminalidad y marginalidad que es habitual en nuestros barrios.
Tonos destila pura influencia neorrealista en cada fotograma
del filme que retrata el grave problema de la desigualdad y la pobreza
compartida de nuestros pueblos, obligados a entenderse y convivir, a pesar de
la indiferencia internacional, como única posibilidad para romper su terrible
círculo de miseria.
TERIA como assiStir o Filme em PORTUGUÊS?
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