Una lista con
mis mejores películas en la historia del Cine (el que se escribe con
mayúsculas) es el ejercicio de la memoria del corazón, el inventario de
aquellos filmes que lograron sembrar asombro en mí, que me hicieron rendirme
ante la maravilla del Séptimo Arte. Y, como sospechas, siempre estará
incompleta.
Como hace
unos días, Sight & Sound ha dado
a conocer la lista que se tiene como referencia obligatoria, aporto con mis 10
mejores del Cine, haciendo la salvedad de que, gracias a la solidaria
complicidad de Teddy Ureña, tengo en mis archivos Jeanne Dielman (1975,
Chantal Akerman), un excelente filme que merece ser conocido y apreciado por
todos, pero no forma parte de mis 10
mejores.
Dicho esto,
dicto sentencia:
1. El
Padrino (1972, Francis Coppola). Esta es una propuesta dramática que
nadie puede rechazar. Y no debe hacerlo por las razones correctas: es una
metáfora sobre el desarrollo del capitalismo contada como épica familiar que
contiene todos los temas: y el amor y el destino, como referencias para absolutamente
todo. Como otras de la lista, es el producto de la rebeldía del cineasta contra
la sociedad.
2. Ladrón
de bicicletas (1948, Vittorio De Sica). Esta joya del Neorrealismo nos
deslumbra con su perfección a la hora de mostrar personajes de carne y hueso
que pueden ser nuestros vecinos, en el contexto de la Italia que se levanta de
la pobreza de la guerra. Sí, la vida tal cual es el mejor drama.
3. La
quimera del oro (1925, Charles Chaplin). Chaplin contribuyó como pocos
a la conformación de la gramática cinematográfica, pero no todos están listos
para esta conversación. El público de todas partes rio a carcajadas con las
genialidades de Chaplin, quien logró la proeza de hacernos reír y llorar con la
misma escena.
4. Ciudadano
Kane (1942, Orson Welles). Cuando Welles, delirando en su megalomanía,
se propuso, contra todos los consejos, hacer esta película, basada en la vida
de William R. Hearst, nunca imaginó que sería una batalla que sellaría su
propia vida. El resultado es una joya que sirve para marcar la mayoría de edad
para el Séptimo Arte: ya nada había que temer a los medios de comunicación
masivos.
5. Solaris
(1972, Andrei Tarkovski). Mientras más veo a Tarkovski, menos lo entiendo. Pero
siembra inquietudes en nuestros corazones y eso es también el propósito del
Cine. Para las respuestas usted puede consultar Google (o su biblia favorita),
pero está aquello que va más allá de las mentiras generalmente aceptadas que es
el regocijo de la Poesía, área en la que este ruso es un Maestro.
6. Los
siete samuráis (1954, Akira Kurosawa). Hay una frase de Coppola: “La
mayoría de los cineastas tienen una Obra Maestra, o quizá dos, por lo que son
conocidos. Kurosawa tiene, por lo menos ocho o nueve”. Ahí lo dejo.
7. Psicosis
(1960, Alfred Hitchcock). Hitchcock es el director más influyente desde
la segunda mitad del siglo XX. Prefiero Psicosis a Vértigo por una razón muy
simple: la escena de la ducha (entre otras) está sembrada en el imaginario
colectivo del planeta. Este Maestro inglés escribía verdaderas sinfonías para
hacer gritar de terror a las audiencias, con un conocimiento absolutamente
impresionante de los elementos del lenguaje cinematográfico.
8. 8 ½
(1963, Federico Fellini). Reflexionar sobre el propio cine y su proceso
creativo como lo hizo este Maestro italiano en este filme, además de
inventariar todos los miedos, todos los fantasmas, todos los traumas del set de
filmación, le dan un peso específico en la historia del Cine.
9. Sin
aliento (1960, Jean-Luc Godard). Ningún otro director ha conseguido
dividir la historia del Cine en un antes y un después con su ópera prima, rodada sin guion. Punto.
10. 2001:
Odisea del espacio (1968, Stanley Kubrick). Kubrick siempre jugó una
partida de ajedrez con nuestras percepciones y sueños, y siempre ganó. Crear
esta maravilla antes de que el hombre
pisara la luna y que permanezca como la mejor película de ciencia-ficción hasta
nuestros días es la mejor muestra de su genialidad.
Postdata: Annie Hall (1977, Woody Allen). En esta joya, Allen rompe la cuarta
pared, mezcla dibujos animados y acción real, sicoanálisis, existencialismo,
amor y humor, crea universos con un guion perfecto. ¿Por qué estoy solo en esta
cruzada?
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