El Festival de San Sebastián reconocerá con un Premio
Donostia la trayectoria de la productora Esther García, figura clave en la
internacionalización del cine español y latinoamericano, justo cuando se
cumplen cuatro décadas de la creación de la compañía El Deseo. Además, el
cartel oficial de la 73ª edición será un homenaje a la actriz Marisa Paredes,
una de las estrellas más queridas del Festival desde su primera visita en 1977
y hasta su fallecimiento el pasado año.
El
Centro Internacional de Cultura Contemporánea-Tabakalera ha acogido el acto de
presentación de carteles, durante el cual el director del Festival, José Luis
Rebordinos, y la responsable de Comunicación, Ruth Pérez de Anucita, han
desvelado la concesión del Premio Donostia a Esther García, productora de El
Deseo con más de un centenar de títulos a sus espaldas.
Por octavo año consecutivo, una gran figura de la
cinematografía contemporánea protagoniza un cartel que desde 2018 ha estado
presidido por los retratos de Isabelle Huppert, Penélope Cruz, Willem Dafoe,
Sigourney Weaver, Juliette Binoche, Javier Bardem y Cate Blanchett. El póster
de este año con la imagen de Marisa Paredes ha sido diseñado por el estudio
donostiarra Wallijai a partir de una instantánea tomada por el fotógrafo Manuel
Outumuro en Madrid en el año 2000.
Wallijai también ha confeccionado los carteles del resto
de secciones, que como es habitual, mezclan fotografía e ilustración, y esta
vez juegan con la idea de que todas y todos llevamos distintas películas en
nuestro interior. Asimismo, cada póster incluye referencias más o menos
expresas a diferentes géneros: al drama (New Directors), al cine bélico
(Horizontes Latinos), al romántico y al musical (Zabaltegi-Tabakalera), a la
ciencia ficción (Perlak), al anime (Nest), al terror (Culinary Zinema), a las
historias de aventuras (Zinemira) y al western (Made in Spain).
Marisa Paredes, medio siglo de vínculo con el Festival de
San Sebastián
Dotada de una singular elegancia y presencia escénica,
Marisa Paredes (Madrid, 1946-2024) trabajó en más de 75 largometrajes durante
una carrera repleta de personajes complejos y de gran fuerza dramática. Su
carrera está asociada a directores como Fernando Trueba, Montxo Armendáriz,
Jaime Chávarri, Agustí Villaronga y, sobre todo, Pedro Almodóvar, para quien
trabajó en Entre tinieblas (1983), Tacones lejanos (1991), La
flor de mi secreto (1995), Todo sobre mi madre (1999), Hable
con ella (2002) y La piel que habito (2011).
Fuera del ámbito español, Paredes también actuó a las órdenes de cineastas como
los mexicanos Arturo Ripstein y Guillermo del Toro, el chileno Raúl Ruiz, el
italiano Roberto Benigni y el portugués Manoel de Oliveira.
Forjada en el teatro y la televisión de los años 60 y 70,
la actriz estableció un sólido vínculo con el Festival de San Sebastián desde
que en 1977 visitó el certamen por vez primera como parte del elenco de El
perro, un filme de Antonio Isasi-Isasmendi, que concursó en la Sección
Oficial. Posteriormente visitó
el certamen con Tras el cristal (Zabaltegi,
1986), de Agustí Villaronga; Mientras haya luz (New
Directors, 1987), de Felipe Vega, y Tres vidas y una sola muerte (1996),
obra de Raúl Ruiz incluida en Perlak, igual que Profundo carmesí (1996),
de Arturo Ripstein.
Con el
director mexicano repitió en El coronel no tiene quien le escriba (Made
in Spanish, 1999), a la que siguieron Salvajes (New Directors, 2001),
de Carlos Molinero; El espinazo del diablo (Made in
Spanish, 2001), de Guillermo del Toro; Una preciosa puesta de sol (Made
in Spain, 2003), de Álvaro del Amo; Crepúsculo rojo (Sección Oficial,
2003), de Edgardo Cozarinsky; Frío sol de invierno (New
Directors, 2004), de Pablo Malo, y Reinas (Made in Spain, 2005),
de Manuel Gómez Pereira.
En la
segunda década del siglo XXI visitó San Sebastián con As linhas de
torres (Zabaltegi-Especiales, 2012), de Raúl Ruiz y Valeria
Sarmiento; Querido Fotogramas (Made in Spain, 2018), de Sergio
Oksman, y Petra (Perlak, 2018), de Jaime Rosales. Su última
participación en el Festival tuvo lugar el año pasado, meses antes de fallecer
a los 78 años, cuando participó en Made in Spain como parte del reparto del
documental Mucha mierda (2024), de Alba Sotorra.
Premio Nacional de Cinematografía en 1996, Goya de Honor
en 2018 y presidenta de la Academia de Cine entre 2000 y 2003, Marisa Paredes
fue una de las grandes damas del cine español y, como tal, sus paseos por la
alfombra roja del Festival o sus apariciones en las galas fueron frecuentes. En
1994, por ejemplo, entregó la Concha de Plata al mejor actor a Javier Bardem, y
cinco años después recogió en nombre de Almodóvar el Premio FIPRESCI
para Todo sobre mi madre. También
otorgó los Premios Donostia a Ben Gazzara en 2005 y a Liv Ullmann en 2007, y
entre ambas ediciones, en 2006, su imagen quedó asociada de por vida al
Festival al protagonizar el cartel de su 54ª edición, caracterizada como el
personaje de Rita Hayworth en el clásico La dama de Shanghai (1947),
de Orson Welles.
Por tanto, tal y como ha señalado José Luis Rebordinos,
será la segunda vez que Marisa Paredes protagonice el cartel del Festival. “En
2006 fue representada como La dama de Shanghai y ahora, 19 años
después, en una imagen bellísima que nos recuerda su grandeza como actriz y
como persona. Y todo ello en una edición en la que uno de los Premios Donostia
será para una mujer igualmente talentosa y valiente con quien Marisa trabajó en
varias ocasiones, Esther García, una productora sin la que no se puede entender
el cine español y latinoamericano de los últimos 40 años. Por ambos motivos,
por este cartel y por este galardón, no podemos estar hoy más felices”, ha
concluido.