Colombia es una nación desolada por la violencia. Una violencia social de todos contra todos que ha costado todas las vidas que uno puede imaginar. Y que se ha extendido más allá de todos los tiempos.
Una guerra
cruel que ha tenido como daño colateral miles de desplazados de la zona de
combate hasta los cinturones de miseria de las grandes ciudades. Lo irónico es
que huyen de la violencia de los fusiles (del narco, del Estado, de los
paramilitares) para terminar generando o siendo víctimas de la violencia de las
calles, esa misma que es alimentada por la marginalidad, la discriminación y
las pocas opciones reales de la sociedad colombiana de nuestros días.
Los reyes del mundo, ópera prima de Laura Moro nos
ofrece la desgarradora mirada de la vida de cinco de esos adolescentes que
buscan conseguir su espacio y que lo reclaman a gritos, por las buenas o por
las malas, albergando en sus corazones, con radical optimismo adolescente,
alcanzar cierta aceptación social.
Para Rá,
Culebro, Sere, Winny y Nano la vida les da un vuelco cuando el gobierno anuncia
un plan para la devolución de las tierras a los desplazados. Rá aspira a que le
devuelvan la tierra que heredó de su abuela e inicia con su grupo una peregrinación
que los lleve hasta XX, atravesando montes, selva, ríos y terratenientes
locales, que los tratan como si fueran parte de su ganado.
Para todos
los fines, Los reyes del mundo funciona como una road-movie que nos va develando las interioridades de una sociedad
que no ofrece segundas oportunidades. Para estos chicos, partir desde Medellín
hasta el Bajo Cauca es como una peregrinación a la “tierra prometida”.
La frase de
apertura no deja dudas: “Un día todos los hombres se quedaron dormidos…Y los
cercos de la tierra ardieron”: estamos ante un cuento que hereda la estructura
bíblica de posible redención, algo que no se logra ni siquiera en el maternal
abrazo de las prostitutas que encuentran en su camino.
La selva
colombiana, una realidad tan descomunal que no puede atraparse en las palabras,
sirve de escenario extraordinario para esta aventura que nos ofrece mucho
realismo (los protagonistas son actores no profesionales), pero también mucha
magia, ese estadio en que cualquier cosa es posible, pero solo para quienes
tienen fe. Estos reyes, no tienen reino, ni encuentran quién les muestre alguna
salida que no sea la de la ley del ojo por ojo, todo por violencia. Están
atrapados en un círculo vicioso que no admite desobediencias, ni deja cabos
sueltos. Por eso, parafraseando a Márquez, están condenados a muchos años de
soledad.
Los reyes del mundo tuvo su estreno mundial en el Festival de Cine de San Sebastián donde
consiguió la Concha de Oro, máximo premio del certamen, así como el Premio
Feroz Zinemaldia y el Premio SIGNIS de la Asociación Católica Mundial para la
Comunicación. Luego ha estado en festivales como: Toronto, Zurich y Chicago.
Los reyes del mundo es ese tipo de filme del que salimos impactados en la certeza de haber
presenciado una denuncia contra la injusticia, tan poética como brutal y
desconcertante.
Los
reyes del mundo (2022). Dirección: Laura Moro; Guion: María Camila Arias y
Laura Mora; Fotografía: David Gallego; Edición: Sebastián Hernández, Gustavo
Vasco; Música: Leonardo Heiblun, Alexis Ruiz; Elenco: Carlos Andrés Castañeda,
Davison Florez, Brahian Acevedo, Cristian Campaña, Cristian David Duque.
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