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miércoles, marzo 11, 2020

Los Miserables: las duras calles de París.


Desde que ganó el Premio del Jurado en el pasado Festival de Cannes, Los Miserables, ópera prima de Ladj Ly, se ha convertido en uno de los filmes más elogiado del año. Y no es para menos: su crudo realismo visual, unido a la perspectiva casi documental de los sucesos que relata, nos sumerge en un mundo tan cautivante como despiadado.
Hace apenas unos días, su temporada de premios se vio coronada con el Premio César a la Mejor Película. También obtuvo el César al Mejor actor revelación, para el formidable Alexis Manenti. Entre otras distinciones, el filme consiguió el Premio Fipresci del Cine Europeo y el Goya a la Mejor Película Europea.
En las duras calles de Montfermeil, un barrio de inmigrantes de París, una patrulla policial es el observatorio desde el cual medimos la tensión entre los distintos grupos que luchan por el control del negocio que deja ganancias, sea narcotráfico o prostitución. Para los miembros de la patrulla, el exceso siempre será una de sus constantes: el miedo se contagia con las miradas y no se puede ceder una pulgada de espacio.
Para cualquier nuevo miembro policial, el tour descriptivo es parte de su entrenamiento. Pasar frente a la escuela Victor Hugo, de donde surge el título del filme, en nostálgico homenaje a la obra del poeta y novelista francés varias veces llevada a la pantalla. Pero esos referentes literarios se quedan como referentes y ya. La cruda realidad que controla estas comunidades nada tiene de romántica.
En el fondo, estos nuevos miserables sufren del mismo desprecio social. No importa que ahora manejen un drone que sustituye las antiguas técnicas de voyeurismo barrial: forman parte de la escoria que pueblas los cinturones de miseria y violencia que forman parte del paisaje urbano de París. Celebramos juntos el triunfo de la Selección Francesa de Fútbol frente a la torre Eiffel, pero no somos lo mismo.
Estos nuevos miserables enturbian el entorno de las vistas de postalitas turísticas y engrosan las terribles estadísticas sobre marginalidad, delincuencia y muertes por violencia que las autoridades enarbolan como trofeos de concurso.
Estos nuevos miserables, es preciso decirlo, nacieron en París. Pero sus padres llegaron desde muy lejos, con la piel curtida, con otros dioses sin Notre Dame, pero igualmente incomprendidos en sus mensajes de amor.
Los Miserables queda como uno de los mejores estrenos del año y una película que nos sacude con su brutal crudeza, como la película que nos hace preguntas cuyas respuestas nunca queremos conocer.  

Los miserables (2019). Director: Ladj Ly; Guion: Ladj Ly, Giordano Gederlini, Alexis Manenti. Fotografía: Julien Poupard; Edición: Flora Volpeliére. Elenco: Damien Bonnard, Alexis Manenti, Djibril Zonga y Jeanne Balibar.

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