Cada año
para estas fechas, recibimos la entrega de, al menos, una nueva propuesta de
Pixar y Disney, cada vez más perfecta en sus técnicas de animación por
computadoras.
Este año
se trata de Buscando a Dory que, por la recaudación a que exhibe al momento
de escribir estas líneas, hay que catalogar como fulminante éxito: $286
millones de dólares en USA y unos $400 en el resto del mundo. Para la historia:
de los 16 largometrajes de Pixar, 15 han debutado en el puesto no.1.
Hay que
estar claro en que Pixar y Disney apuestan a lo seguro con este filme: cuando
se usan las estadísticas de las redes sociales (otro referente importante), “Dory”
registra más de 25 millones de “Me gusta”, el personaje individual de mayor votación
de todos los de Pixar o Disney.
Dory es
la olvidadiza pez cirujano (también conocido como “paleta de pintor”) que en Buscando
a Nemo (2003) ayudó a su amigo Marlin a encontrar a su hijo Nemo. El
nombre, para los que llevan anotaciones, se inspira en el personaje del Capitán
Nemo, jefe del submarino “Nautilus” en 20 mil leguas de viaje submarino, de
Julio Verne.
Ahora
Dory se vale de la ayuda de sus amigos Marlin y Nemo para buscar a sus padres,
de quienes se separó por accidente. Como puede apreciarse, Disney apuesta una
vez más por lo que es su fuerte emocional: la familia, como base de cualquier
sociedad. Primero, Marlin se reencuentra con su hijo Nemo, ahora Dory se reencuentra
con sus padres. Todo se trata se reunificar a las familias y, en el camino,
encontrar la solidaridad de los más variados amigos, uno de los tantos buenos
valores que Disney promueve desde hace mucho tiempo. Mientras más divertidos
resultan los amigos, más posibilidades de extender la saga para la factoría.
El
impresionante trabajo de animación en Buscando a Dory satisface al más
exigente. La recreación visual del movimiento de las olas y todo lo que vive en
los arrecifes, sobre todo si el filme se disfruta en 3D, nos sumerge en una realidad
virtual sencillamente espectacular.
Recordemos
que el director del filme, Andrew Stanton ya tiene dos Oscar (de los 8 de
Pixar) en su haber: Buscando a Nemo (2003) y Wall-E (2008). Esta vez co-dirige
junto a Angus MacLane, quien ha tenido su entrenamiento en filmes como: Monsters,
Los
increíbles y Wall-E. Otro método de Pixar:
siempre desarrollan sus talentos y ofrecen nuevos aires a sus productos.
Si lo
pensamos como una maquinaria de mercadeo, Buscando a Dory era la propuesta
lógica para este verano, luego de la tarkovskiana (pero exitosa) Intensa Mente (2015) y la rebelde (pero exitosa) Valiente (2012). Una propuesta
mucho más suave y popular, que no presentara el menor problema para nadie. Ya
lo dije en el título de la crónica: otro éxito de Pixar.
Buscando
a Dory (2016). Dirección: Andrew Stanton y Angus MacLane; Guión: Andrew
Stanton, Victoria Strouse, Bob Peterson y Angus MacLane; Fotografía: Jeremy
Lasky; Edición: Axel Geddes; Música: Thomas Newman; Voces: Ellen DeGeneres, Albert
Brooks, Hayden Rolence.
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