Durante la pasada edición del Festival Internacionalde Fine Arts sucedió un hecho poco frecuente en el mundo del cine: el filme
Relatos salvajes arrasó con
los principales premios que otorgó el Jurado Oficial (quien suscribe entre los
cómplices): Mejor Película, Mejor Director y Mejor Actriz; pero también
consiguió el importante Premio Orange del Público, como reconocimiento
de los cinéfilos que la disfrutaron sin límites.
Es decir, Relatos
salvajes conquista por igual a público y crítica.
¿Por qué conquista al público? Relatos salvajes, trata de la dulce posibilidad de que, como reza
en su poderoso eslogan, “Todos podemos perder el control”. Szifrón desata por
dos horas al animal que llevamos dentro, una bestia que amarramos con
educación, buenas formas y mucho miedo. Ha logrado volcar toda nuestra
indignación, nuestra cotidiana irritación ante los absurdos a los que cualquier
ciudadano se ve sometido en la vida diaria.
Nuestra frustración ante la pesadilla kafkiana que
supone, por ejemplo, acudir a una telefónica a dar la queja por un servicio
insatisfactorio pero que hay que pagar de todas formas, y por adelantado. Esa
necesidad de estallar que, a veces, sentimos representada en una imaginaria
metralleta, Szifrón la hace presente en cada una de las 6 historias que
componen Relatos salvajes.
Todos nos sentimos las víctimas de unos funcionarios que
no funcionan, de unos legisladores que no nos representan, de unas autoridades
ineptas y corruptas y, en muchos casos, la prudencia nos hace contener nuestra
ira y tragar sangre. Szifrón exorcisa ese sentimiento a través de unos
personajes que se hacen entrañables apenas al segundo de haberles conocido,
especial mención para el ingeniero
Bombita (interpretado por el grandioso Ricardo Darín).
¿Por qué gusta a la crítica? Relatos salvajes es un filme que derrocha virtuosidad. El logro
dramático de hacernos creer en historias tan inverosímiles y que, sin embargo,
nos parecen tan cercanas y naturales, va de la mano con una correctísima
formulación técnica. Para que quede claro, Relatos salvajes está lleno de planos perfectos.
Los brillantes diálogos de los personajes de Szifrón nos
conducen por las historias en estado de hipnosis colectiva. Bastaría poner de
ejemplo la primera historia en la que sus personajes, en pleno vuelo de avión,
se (nos) presentan uno a uno, con nombres, apellidos y profesiones y, de
inmediato, nos sentimos como otro
pasajero. Esa complicidad es vital para el impacto que provocan las
historias en el público.
Luego está el desarrollo de cada historia, sus
extraordinarios puntos de giro y sus clímax: inevitables, sorprendentes, concluyentes,
irrebatibles… como deben ser los finales. Servidos además, con una fuerte dosis
de sarcasmo e ironía, que cada quien consume al gusto de su necesidad
particular.
Relatos salvajes
es la demostración de que, de vez en cuando, el Cine es capaz de regalarnos un
filme de singular originalidad y vocación masiva. Sin duda, uno de los mejores
estrenos de 2014.
Relatos salvajes (2014). Dirección y guión: Damián
Szifrón; Fotografía: Javier Julia; Edición: Pablo Barbieri Carrera y Damián Szifrón;
Música: Gustavo Santaolalla; Elenco: Ricardo Darín, Darío Grandinetti, Erica
Rivas, Rita Cortese, Julieta Zylberberg, Leonardo Sbaraglia.
Exelente pelicula, para mi, fue la mejor!.....El humor es genial!....
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