Alejandro Andújar es uno de nuestros mejores cineastas. Eso es porque cumple con una regla fundamental para serlo: antes de todo, es un buen cinéfilo que devora y aprende de los clásicos del Cine. Y aplica algo de lo que aprende en las películas que hace.
Debutó en
2017 con El hombre que cuida, un drama que se inscribe por derecho
propio entre lo mejor que se ha hecho en Dominicana. Su segundo largometraje, El Blanco (2021), confirmó sus sobradas condiciones de guionista y
director, a lo que añadimos buen director de talentos.
Ahora nos
presenta La Cigüeña, intenso thriller sicológico que cuenta con reparto
de lujo: Andrea Doimeadiós, Sarah Jorge León, Any Ferreiras y Héctor Aníbal y
que le ha merecido a la primera el premio a Mejor Actriz en la más reciente
edición del Festival Fine Arts “Hecho en RD”.
La Cigüeña se basa en una historia de James
Lawes, quien además firma el guion junto a Andújar, y nos introduce en el
oscuro mundo de Inés, una dama que padece de infertilidad y busca
desesperadamente un vientre en alquiler (la cigüeña del título) que sea capaz
de alumbrar para ella una descendencia con perfecta salud, que le permita
recuperar su paz. Para eso cuenta con la complicidad de Daniel, su marido, y
Grace, una asistente con características muy particulares.
Ya señalé
que Doimeadiós fue premiada en el Festival Fine Arts. Igual hay que mencionar
el regreso a la pantalla grande de Any Ferreiras (a quien todo el público
recuerda por su Andrea (2005), así como el demandante papel que interpreta
Sarah Jorge León. A cada quien lo suyo: este elenco ha logrado una magnífica
construcción de personajes, tanto de manera individual, como en conjunto, en
que cada quien aporta un matiz sicológico que resulta interesante. Héctor
Aníbal, actor fetiche del director, exhibe su habitual eficiencia.
En los
filmes de Andújar siempre está presente un subtexto de corte social que define
las metas y objetivos de sus personajes en función de su ascenso en nuestras
complicadas estructuras de explotación de todos contra todos. La condición de
emigrante cubana sin opción de fracasar funciona como leitmotiv de Leila para prestarse al juego y apostarse al destino.
No se hace hincapié en el matiz político de la historia, pero todos sospechamos
lo que no se dice.
Al igual
que en sus dos filmes anteriores, el ambiente juega un papel de primer orden en
el drama: en este caso es una sórdida mansión que se erige en personaje e
incluye un sótano en el que se respira expresionismo alemán. Es obvio entonces
que la dirección de fotografía y el diseño de producción han hechos sus aportes
para lograr esa atmósfera opresiva, para sembrarnos una inquietud entre los
huesos.
En ese
tenor, sus personajes visten casi siempre de negro y parecen escapados de una
obra de teatro de Lorca y ese solo un detalle contribuye a crear la atmósfera
asfixiante en que viven esos personajes.
La Cigüeña queda entonces como una propuesta
de cine de género que también podemos explorar, en el contexto de una industria
cinematográfica que sigue buscando sus voces más originales. Talento para
lograrlo es el ingrediente clave y lo tenemos.
La Cigüeña
(2024). Dirección: Alejandro Andújar; Guion: James Lawes y Alejandro Andújar;
Fotografía: Pedro Juan López; Edición: David Gallart; Música: Ernesto Paredano;
Elenco: Andrea Doimeadiós, Sarah Jorge León, Any Ferreiras, Héctor Aníbal.
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