El productor de cine estadounidense Roger Corman, artífice de cientos de películas de terror, ciencia ficción y crimen de bajo presupuesto, y apodado “El rey de la serie B”, ha fallecido a los 98 años, según anunció su familia.
En un
comunicado en su página oficial de Instagram, su esposa Julia y sus hijas
Catherine y Mary comunicaron que Corman falleció en su casa de Santa Mónica
(California), rodeado por sus familiares, y le dedicaron unas palabras de
homenaje.
“Sus
películas fueron revolucionarias e iconoclastas, y capturaron el espíritu de
una era. Cuando le preguntaban cómo le gustaría ser recordado, decía: yo hacía
películas, solo eso”, expresaron sus allegadas, describiendo al también
cineasta como un hombre generoso, amable y de gran corazón.
Corman,
nacido en Detroit, produjo más de 300 películas y dirigió medio centenar
de ellas, incluyendo clásicos como Un cubo de sangre (1959), La
máscara de la muerte roja (1964), Los Ángeles del Infierno (1966), La carrera
de la muerte del año 2000 (1975) o Grand Theft Auto (1977), ya tras
fundar su compañía New World Pictures.
Menospreciado
por la historia canónica del cine, Corman fue, sin embargo, un padrino más
que generoso de incontables talentos, y se convirtió en una figura de culto entre
los aficionados al Séptimo Arte, pese a no contar con los medios de las grandes
productoras.
Martin
Scorsese filmó para él Boxcar Bertha (1972), Jack Nicholson
debutó en el cine de su mano con The Cry Baby Killer (1958), Robert De
Niro le debe uno de sus primeros papeles con Bloody Mama (1970) y
Francis Ford Coppola hizo con él su ópera prima con Battle Beyond the Sun
(1962), entre otros.
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